Lionhart D. Cadmus
Tigre Blanco de la Marina
13-10-2024, 07:21 AM
(Última modificación: 13-10-2024, 07:38 AM por Lionhart D. Cadmus.)
Pasaría un rato de calma mientras se tejía el resto de los eventos; el asunto del barco pirata se habría resuelto sin mayor inconveniente. Cadmus habría llamado al Centro de Comando y avisado de refuerzos, mínimamente para capturar al resto de los piratas, así que no sería de mucha ayuda. Sin embargo, sí que la necesitaría. En el breve tiempo restante, le retumbaba el estómago, así que mientras nadie más lo miraba, sacaría un divino Onigiri Deluxe Megatrón 3000 y abusaría de él en instantáneos bocados, después de todo, Cadmus poseía el apetito de un tigre.
Sería el primero en ver, a la proa del barco escolta, otro navío que se aproximaba. Sin dudarlo, ya se prepararía y su cuerpo nuevamente se transformaría en la forma híbrida de tigre blanco de casi 3 metros. Atento a todas las direcciones, por estribor vería a otro acercándose, pero a una distancia aún no amenazante.
Entonces, experimentaría una sensación de miedo y asombro al ver un galeón siendo tirado por tres enormes tiburones, como riendas de caballo. Nunca antes habría visto algo similar, era una completa amenaza y ya a ese punto el tigre se prepararía para lo peor. Aquello no era un asunto ligero. Se venía un asedio por todos lados, y esto podría significar una derrota.
Pero no atacarían. Un megáfono sonaría a la distancia y el tigre escucharía.
¿Un demonio peligroso? ¿Se refiere a... una Akuma? Fue su primer cuestionamiento; Cadmus entendía bien el concepto, ya que él habría sido víctima de uno de esos demonios, si es que a eso se refería. Y fuese lo que fuese, debía protegerlo, esas eran sus órdenes y obedecería para proteger a la mercancia, y a sus compañeros. Eso es lo que haría su abuelo.
El galeón soltaría una barca de salvamento y Cadmus vería cómo era un solo ocupante. El galeón se apartaría en seguida, tan solo estaría ahí para informarles y soltar a un individuo, era quizás un alivio o demasiada suerte, pero no lo sabría a ciencia cierta, aún desconocía el motivo de aquel encuentro. De resto, seguían rodeados por barcos enemigos y Cadmus sabía que no habría escapatoria, debían enfrentarse al enemigo que se avecinaba.
Galhard lo miraría y le comentaría. Entendido, Galhard. El enemigo está determinado a obtener esta mercancía. Hay un individuo en la barca, puede que sea peligroso, así que no permitiré que se acerque más de lo necesario. Dejaría un suspiro.
Antes de volar, Cadmus miraría hacia la cubierta. Miraría a Anko, a Galhard, a Nagaki y a Lovecraft. Sospecho que se avecina un enfrentamiento serio. Ese galeón no era normal, y seguramente tampoco lo sean estos rivales. Tengan cuidado, compañeros. ¡Por la Voluntad del Loto! Rugiría.
No sabría lo que le esperaría, pero no se quedaría quieto a esperar. Debía primero tentar quién era el enemigo. Esperaría que se acercarse un poco más.
En su forma híbrida, Cadmus saltaría hacia el mar, pero en vez de caer, pequeñas nubes se formarían debajo de sus pies y, las cuales sostendrían su cuerpo mientras corría en dirección a la barca, alzado a 5 metros de altura del mar.
Correría en el aire alejándose a 20 metros de la proa del barco de escolta, en dirección a la barca de salvamento. Cuando dicha barca de salvamento estuviese a 40 metros frente al barco de escolta apróximadamente, Cadmus estaría a 20 metros entre la barca de salvamento y el barco de escolta. Se fijaría en el individuo que estuviese en la barca, con su Vista Aumentada, para identificar al sujeto.
Mi nombre Suboficial Lionhart D. Cadmus. ¿Quiénes son ustedes y cuáles son sus intenciones? No tenemos la intención de entregar la mercancía y tampoco queremos luchar, así que les pido que desistan. Exclamaría con firmeza y claridad.
Sería el primero en ver, a la proa del barco escolta, otro navío que se aproximaba. Sin dudarlo, ya se prepararía y su cuerpo nuevamente se transformaría en la forma híbrida de tigre blanco de casi 3 metros. Atento a todas las direcciones, por estribor vería a otro acercándose, pero a una distancia aún no amenazante.
Entonces, experimentaría una sensación de miedo y asombro al ver un galeón siendo tirado por tres enormes tiburones, como riendas de caballo. Nunca antes habría visto algo similar, era una completa amenaza y ya a ese punto el tigre se prepararía para lo peor. Aquello no era un asunto ligero. Se venía un asedio por todos lados, y esto podría significar una derrota.
Pero no atacarían. Un megáfono sonaría a la distancia y el tigre escucharía.
¿Un demonio peligroso? ¿Se refiere a... una Akuma? Fue su primer cuestionamiento; Cadmus entendía bien el concepto, ya que él habría sido víctima de uno de esos demonios, si es que a eso se refería. Y fuese lo que fuese, debía protegerlo, esas eran sus órdenes y obedecería para proteger a la mercancia, y a sus compañeros. Eso es lo que haría su abuelo.
El galeón soltaría una barca de salvamento y Cadmus vería cómo era un solo ocupante. El galeón se apartaría en seguida, tan solo estaría ahí para informarles y soltar a un individuo, era quizás un alivio o demasiada suerte, pero no lo sabría a ciencia cierta, aún desconocía el motivo de aquel encuentro. De resto, seguían rodeados por barcos enemigos y Cadmus sabía que no habría escapatoria, debían enfrentarse al enemigo que se avecinaba.
Galhard lo miraría y le comentaría. Entendido, Galhard. El enemigo está determinado a obtener esta mercancía. Hay un individuo en la barca, puede que sea peligroso, así que no permitiré que se acerque más de lo necesario. Dejaría un suspiro.
Antes de volar, Cadmus miraría hacia la cubierta. Miraría a Anko, a Galhard, a Nagaki y a Lovecraft. Sospecho que se avecina un enfrentamiento serio. Ese galeón no era normal, y seguramente tampoco lo sean estos rivales. Tengan cuidado, compañeros. ¡Por la Voluntad del Loto! Rugiría.
No sabría lo que le esperaría, pero no se quedaría quieto a esperar. Debía primero tentar quién era el enemigo. Esperaría que se acercarse un poco más.
En su forma híbrida, Cadmus saltaría hacia el mar, pero en vez de caer, pequeñas nubes se formarían debajo de sus pies y, las cuales sostendrían su cuerpo mientras corría en dirección a la barca, alzado a 5 metros de altura del mar.
Correría en el aire alejándose a 20 metros de la proa del barco de escolta, en dirección a la barca de salvamento. Cuando dicha barca de salvamento estuviese a 40 metros frente al barco de escolta apróximadamente, Cadmus estaría a 20 metros entre la barca de salvamento y el barco de escolta. Se fijaría en el individuo que estuviese en la barca, con su Vista Aumentada, para identificar al sujeto.
Mi nombre Suboficial Lionhart D. Cadmus. ¿Quiénes son ustedes y cuáles son sus intenciones? No tenemos la intención de entregar la mercancía y tampoco queremos luchar, así que les pido que desistan. Exclamaría con firmeza y claridad.