Nagaki
Medusa
13-10-2024, 05:25 PM
Todo sucedió muy rápido, pero por suerte todas mis mañanas y tardes de entrenamiento en los patios de la base de la Marina habían tenido frutos. Esto no era una simulación, esto no era un simple entrenamiento en el que meter la pata no tuviera consecuencias malas para el resto de los involucrados. Esto era un combate real y tenía que aplicar todo el conocimiento que había adquirido para poder salir de esa situación lo menos dañada posible. Y gracias a ese entrenamiento, mi cuerpo sabía que hacer y en un momento conseguí bloquear su ataque y hacerle una llave donde inmovilizar su brazo y evitar así que atacase a mi amigo Juuken.
Juuken sin embargo al verse atacado de repente reaccionó de manera violenta, dándole un gran corte al chico del pelo verde que tenía retenido. No se lo podía reprochar, después de todo le habían intentado atacar, pero algo dentro de mí se apiadó del chico peliverde al verlo tan gravemente herido y sangrando. Aún agarrándole con una mano al ver que dejaba de intentar atacar, con la otra mano me acerqué a una mesa cercana y cogí un puñado de servilletas que apreté contra su herida con la intención de taponarla. Necesitaría cuidados médicos lo más rápido posible para que no empeorase la situación a algo más grave de lo que era.
Desde la posición, me dirigí a la dueña del local y le dije: - Sí señora, le llevaré ahora mismo a la base por este ataque. Algún compañero vendrá en los próximos días para intentar recoger información sobre lo que ha pasado, especialmente con el músico que estuvo hablando. -Me dirigí a Juuken y Lance - Me lo he pasado muy bien hoy con vosotros, espero que nos volvamos a encontrar, tenemos que repetirlo algún día. - dije con una sonrisa y haciendo una reverencia por tener que despedirme tan pronto por trabajo, y a Shiro y al músico también les hice otra puesto que estaban lejos hablando. Después me dirigí al chico del pelo verde con voz un poco más autoritaria- Ya hablaremos tu y yo más profundamente al respecto en la base, mira que atacar tan gratuitamente a alguien, ¡en un lugar público! ¡con testigos y todo!. Y para colmo en mi día libre, se suponía que hoy tenía que descansar, no estar de agente de paisano y trabajando. ¡Estas horas no me las pagan, que lo sepas!.
De camino a la base llevé al delincuente a una comisaría cercana (o a la base directamente, según la distancia) para que le atendieran las heridas y me ayudaran a llevarlo a la base. De camino tenía las manos fuertemente agarrándole la muñeca y presionando sobre la herida, a veces más fuerte de lo que debería, para que no se le pasara por la cabeza ningún intento de fuga.
Juuken sin embargo al verse atacado de repente reaccionó de manera violenta, dándole un gran corte al chico del pelo verde que tenía retenido. No se lo podía reprochar, después de todo le habían intentado atacar, pero algo dentro de mí se apiadó del chico peliverde al verlo tan gravemente herido y sangrando. Aún agarrándole con una mano al ver que dejaba de intentar atacar, con la otra mano me acerqué a una mesa cercana y cogí un puñado de servilletas que apreté contra su herida con la intención de taponarla. Necesitaría cuidados médicos lo más rápido posible para que no empeorase la situación a algo más grave de lo que era.
Desde la posición, me dirigí a la dueña del local y le dije: - Sí señora, le llevaré ahora mismo a la base por este ataque. Algún compañero vendrá en los próximos días para intentar recoger información sobre lo que ha pasado, especialmente con el músico que estuvo hablando. -Me dirigí a Juuken y Lance - Me lo he pasado muy bien hoy con vosotros, espero que nos volvamos a encontrar, tenemos que repetirlo algún día. - dije con una sonrisa y haciendo una reverencia por tener que despedirme tan pronto por trabajo, y a Shiro y al músico también les hice otra puesto que estaban lejos hablando. Después me dirigí al chico del pelo verde con voz un poco más autoritaria- Ya hablaremos tu y yo más profundamente al respecto en la base, mira que atacar tan gratuitamente a alguien, ¡en un lugar público! ¡con testigos y todo!. Y para colmo en mi día libre, se suponía que hoy tenía que descansar, no estar de agente de paisano y trabajando. ¡Estas horas no me las pagan, que lo sepas!.
De camino a la base llevé al delincuente a una comisaría cercana (o a la base directamente, según la distancia) para que le atendieran las heridas y me ayudaran a llevarlo a la base. De camino tenía las manos fuertemente agarrándole la muñeca y presionando sobre la herida, a veces más fuerte de lo que debería, para que no se le pasara por la cabeza ningún intento de fuga.