Drake Longspan
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14-10-2024, 02:58 PM
(Última modificación: 14-10-2024, 03:02 PM por Drake Longspan.)
El suelo bajo sus pies crujió y se partió en mil astillas. El impacto del hacha, acompañado por el martillo de su compañero, fue más de lo que la vieja madera del barco mercante podía soportar. Un segundo después, todo el grupo se precipitaba hacia el vacío.
Cayeron de golpe al piso inferior, envueltos en una nube de polvo y escombros. El estruendo fue ensordecedor; las cajas apiladas crujieron al ser aplastadas bajo el peso de los intrusos, el eco resonando como una advertencia en la estructura del barco. El aire estaba cargado del olor a madera rota y de la tensión palpable de lo inesperado.
Aunque el golpe había sido fuerte, el dolor no era lo que más les preocupaba en ese momento. Lo que les inquietaba de verdad era el ruido ensordecedor que acababan de provocar, demasiado evidente como para pasar desapercibido. Se levantaron de entre las astillas, con rápidas miradas entre ellos y alrededor. La bodega estaba oscura, llena de barriles y cajas rotas, pero el verdadero peligro no estaba ahí... estaba por llegar.
De repente, el grupo notó algo húmedo en sus ropas. Al bajar la vista, vieron cómo un líquido oscuro comenzaba a impregnarlas. Un olor dulce y fuerte a vino tinto les envolvió de inmediato. Habían caído sobre parte de un lujoso cargamento de vino, las etiquetas aún visibles entre los restos. Un nombre brillaba en ellas con elegancia:
"Flamingo"
Pero no había tiempo para distracciones...
Los pasos rápidos y pesados de dos hombres resonaron desde la escalera que conectaba con el nivel superior, un sonido que anunciaba su llegada inminente. El primero en aparecer era un hombre robusto, con una espada curva desenfundada y lista en la mano. Su mirada recorrió la escena con desconfianza, los músculos tensos ante la posibilidad de intrusos. Detrás de él, una figura más ágil y delgada, con dos dagas brillando entre sus dedos, se movió con la fluidez de alguien acostumbrado a las sombras.
Ambos se detuvieron por un momento al ver el caos en el piso superior, sus miradas revelaban una mezcla de sorpresa y furia. No tardaron en sobreponerse.
Penca y Tuno
Nivel 7.
— ¿Qué demonios fue eso? ¿Una explosión? ¿Un rayo?
Penca, el más corpulento, gruñó, apretando el mango de su espada.
—El señor K. no tolera sorpresas — respondió su compañero con tono frío, mientras sus ojos recorrían cada rincón del lugar — Será mejor que limpiemos esto antes de que él lo vea.
El sonido metálico de sus armas desenvainadas resonó en la bodega, una clara advertencia de lo que estaba por venir. Los dos hombres avanzaron con cautela, listos para enfrentarse a cualquiera que hubiese osado perturbar la paz de su navío mercante.
— Daré una vuelta para comprobar que no hay ratas.
No tardarían mucho en encontrar a los sujetos, salvo que fuesen lo suficientemente astutos para esconderse a tiempo...
"El sigilo es opcional cuando eres un pirata."