Son Goku D. Namek
Dr. Goku
14-10-2024, 05:36 PM
El barco se movía de un lado a otro como si estuviera en medio de la peor tormenta de su vida, pero no había ni una nube en el cielo. El crujido de la madera acompañaba los gritos de una cerdita y un mono, que parecían competir para ver quién gritaba más fuerte, el pobre barco no podía con tanta actividad. Entre saltos y sacudidas, cualquiera en la tripulación sabía perfectamente lo que estaba pasando, aunque muchos se hacían los desentendidos… o lo intentaban, porque el escándalo era imposible de ignorar.
Después de varias horas, el barco finalmente atracó en el puerto, y fue entonces cuando Goku, el héroe de la jornada (o más bien de la cama), salió al fin de su encierro con Gretta. Parecía un desastre andante, el brazo izquierdo colgando, la ropa hecha jirones y el cuerpo cubierto de moretones y un liquido extraño como si hubiera peleado con un ejército - Guau... Nunca había vivido algo así - murmuraba mientras intentaba encajar su brazo en su sitio de nuevo y cojeaba por la cubierta. Cada paso que daba hacía sonar un crujido extraño, señal de que no solo tenía simples moretones, si no un montón de huesos rotos y molidos… huesos que fueron destrozados y reparados varias veces durante todo este tiempo... Pero para Goku, eso era solo parte de la "diversión."
Casi tambaleándose, llegó a la cocina y saqueó todo lo que encontró. Se fue con un trozo gigante de carne en el hueso, un montón de frutas y un litro de leche, porque claro, después de una "sesión" como esa, necesitaba reponer energías, y extrañamente, con un poco de calcio y carne, su cuerpo se regeneraba y volvía a la actividad, no pregunten como es que se entero de esto hace unas horas atrás... Solo es algo que aprovecharon estos dos. Pero no se olvidó de su amada Gretta, le llevó una pata de res y la mitad de lo que cargaba, mientras sonreía como un idiota enamorado, este empezo a gritar antes de llegar a la puerta de la bodega - ¡Gretta, mi amor! ¡Hora del décimo round! - gritaba emocionado mientras caminaba hacia la bodega, donde ella descansaba, seguramente tan agotada como él, pero lista para más (o eso pensaba él, claro).
Con su ropa hecha trizas y los músculos apenas regenerándose, Goku no podía evitar presumir - Diablos, Gretta, nunca pensé que una chica podría hacerme esto... - decía con una risa entre jadeos, sin importarle que la mitad de la tripulación lo escuchara - Eres mil veces mejor que Chi-Chi en la cama - soltó, sin filtro, con toda la confianza del mundo - Ella es más delicada, más de usar la lengua y todo eso, pero lo tuyo, ¡diablos, lo tuyo es brutal! - refiriéndose a que Chi-chi era más de hablar con Goku que de hacer otras cosas. Sus palabras se podrían escuchar por toda la cubierta del barco y obvio desde el interior de aquella bodega del amor, sin ningún tipo de vergüenza o pudor. Era como si quisiera que todo el mundo supiera de sus hazañas amorosas.
Después de varias horas, el barco finalmente atracó en el puerto, y fue entonces cuando Goku, el héroe de la jornada (o más bien de la cama), salió al fin de su encierro con Gretta. Parecía un desastre andante, el brazo izquierdo colgando, la ropa hecha jirones y el cuerpo cubierto de moretones y un liquido extraño como si hubiera peleado con un ejército - Guau... Nunca había vivido algo así - murmuraba mientras intentaba encajar su brazo en su sitio de nuevo y cojeaba por la cubierta. Cada paso que daba hacía sonar un crujido extraño, señal de que no solo tenía simples moretones, si no un montón de huesos rotos y molidos… huesos que fueron destrozados y reparados varias veces durante todo este tiempo... Pero para Goku, eso era solo parte de la "diversión."
Casi tambaleándose, llegó a la cocina y saqueó todo lo que encontró. Se fue con un trozo gigante de carne en el hueso, un montón de frutas y un litro de leche, porque claro, después de una "sesión" como esa, necesitaba reponer energías, y extrañamente, con un poco de calcio y carne, su cuerpo se regeneraba y volvía a la actividad, no pregunten como es que se entero de esto hace unas horas atrás... Solo es algo que aprovecharon estos dos. Pero no se olvidó de su amada Gretta, le llevó una pata de res y la mitad de lo que cargaba, mientras sonreía como un idiota enamorado, este empezo a gritar antes de llegar a la puerta de la bodega - ¡Gretta, mi amor! ¡Hora del décimo round! - gritaba emocionado mientras caminaba hacia la bodega, donde ella descansaba, seguramente tan agotada como él, pero lista para más (o eso pensaba él, claro).
Con su ropa hecha trizas y los músculos apenas regenerándose, Goku no podía evitar presumir - Diablos, Gretta, nunca pensé que una chica podría hacerme esto... - decía con una risa entre jadeos, sin importarle que la mitad de la tripulación lo escuchara - Eres mil veces mejor que Chi-Chi en la cama - soltó, sin filtro, con toda la confianza del mundo - Ella es más delicada, más de usar la lengua y todo eso, pero lo tuyo, ¡diablos, lo tuyo es brutal! - refiriéndose a que Chi-chi era más de hablar con Goku que de hacer otras cosas. Sus palabras se podrían escuchar por toda la cubierta del barco y obvio desde el interior de aquella bodega del amor, sin ningún tipo de vergüenza o pudor. Era como si quisiera que todo el mundo supiera de sus hazañas amorosas.