Juuken
Juuken
14-10-2024, 08:46 PM
Nagaki consiguió sujetar bastante a ese sujeto tan extraño, lo suficiente para que mi ataque fuese lo bastante efectivo. La hoja le provocó un gran corte diagonal por todo su cuerpo, haciendole sangrar abundantemente, comenzó a toser expulsando más sangre por su boca. Por desgracia, o fortuna, para él, todavía seguía en pie.
La chica gyojin le tenía bien sujeto, por lo que no podía evadir nada, además se le pudo notar cómo perdía hasta la voluntad de pelear. Había sido lo suficientemente ruín como para intentar secuestrar al pobre músico, que igual no tenía culpa alguna de nada. Por fortuna, Shiro fue muy veloz, atrapó al músico apartándole de su captor y sacándole de la taberna. Ya no había nada más que fuera necesario de esa persona. Dejar alguien así suelto solo provocaría que más adelante tuviera la ocasión de secuestrar a otra persona, y tal vez en ese momento no hubiera nadie para ayudar a la víctima.
Me preparé, eché la hoja de mi arma hacia atrás para ejecutar un segundo, y probablemente último, golpe de metal. Todo se acabaría en ese momento, ese muchacho ya estaría arrepintiéndose de esa actitud tan agresiva, tanto a nosotros como al pobre músico, que ahora estaba a salvo fuera de la taberna con Shiro. En ese momento entraba también Lance, lo pude ver por el rabillo del ojo. Justo para ver el momento en que se ejecutaba a ese maldito delincuente y secuestrador. Me disponía a realizar el corte, cuando de pronto.
-¡Oe! ¡Chico! -vi de reojo que Lance decía esas palabras mirando hacia mi posición, entendí entonces que quería hablar con él. No veía por qué no- ¡Cálmate! ¡Que lo vas a matar!
Esa frase me hizo relajarme, tal vez incluso demasiado, bajé mi arma relajando mis músculos, pero sin perder de vista aquél tipo. Estaba sangrando, pero Nagaki comenzaba a intentar cortarle la hemorragia. Su cuerpo no cesaba de sangrar, pero la gyojin estaba intentando cubrir sus heridas. Lo que no me esperaba era que el capitán me dijese a mí que me detuviese.
¿Por qué? No le encontraba el menor de los sentidos ¿Por qué dejar vivir a un maldito secuestrador? ¿Quién sabe qué podría haberle hecho a ese hombre? ¿Qué no habrá hecho con otras personas? A mi parecer no se trataba de una persona que mereciese la vida. Por otro lado, había tantas cosas de esta vida que todavía desconocía, que preferí no reprocharle ni contradecir al capitán. Tendría sus razones para decirme eso.
-¡Muy bien hecho chaval!
Me giré y pude ver alguien del fondo del local, de donde provenía ese comentario. Gente alzaba la mano, otros aplaudían, algunos vitoreaban. Todo eso era... ¿para nosotros? No pude evitar sentirme algo avergonzado por la situación. ¿Por qué todo ese jaleo? El músico daba vueltas sobre el escenario, una tras otra, y todo el mundo clamaba alegre por la situación.
-¡Has estado increíble chica Marine!
¿Chica marine? Me giré hacia Nagaki, le hablaban a ella. ¿De modo que ella era marine? Había visto ya algunos por el pueblo y por el puerto rondando y patrullando de vez en cuando, pero no había visto a nadie que fuese tan distinto. No sabía que los gyojin también eran marines. Eso podría habernos puesto en un pequeño aprieto. Tenía entendido que los marines y los piratas no se llevaban bien, aunque no terminaba de entender todavía el por qué. Si ella hubiese descubierto que somos piratas. ¿Qué habría pasado?
De pronto el cantante de cabellos rizados, con un gran grito comenzó a cantar de nuevo, el acompañamiento musical no tardó en hacerse eco y seguir a la melodía vocal en su ritmo y tono. No tardó en ser ahogado por una señora que le gritó que nada de música por ahora y que todo el mundo volviera a su mesa. El escándalo cesó casi instantáneamente, lo cual inspiró algo de respeto hacia esa mujer. Y temor.
-Nagaki, cielo, puedes llevar a ese indeseable al cuartel antes de que me siga llenando el local de sangre, luego te invito a algo, por favor -dijo esa misma mujer dirigiéndose a la gyojin, acto seguido se giró hacia mí y Lance, quien había llegado justo a mi lado-. Y tu chico, te invito a ti y tus amigos a lo que hayáis pedido, ronda libre.
-Me lo he pasado muy bien hoy con vosotros, espero que nos volvamos a encontrar, tenemos que repetirlo algún día.
Nagaki se despidió con una sonrisa e inclinando su cuerpo. Por inercia, y sin saber por qué lo hacía, yo la imité haciendo lo mismo que ella, pero con cara de incertidumbre, sin saber exactamente por qué. Pero después le dediqué una sonrisa y me despedí.
-Un placer, Nagaki. Espero que te vaya todo bien.
Me quedé mirando durante un momento a Lance que estaba a mi lado. Le sonreí y le recordé que había dicho que nos invitaban a lo que habíamos pedido, me reí y recordé que apenas había tocado la bebida que me había llegado. Me acerqué a la mesa y me senté, contando con que Lance me seguiría, le tendí su bebida, todavía le quedaba. Había sido muy extraño todo eso y no sabía exactamente cómo afrontar ahora lo que había pasado. Me quedé mirando a mi capitán.
-¿Por qué los marine son enemigos de los piratas? Nagaki parecía muy agradable, y ha resultado ser marine. No le veo sentido.
Tampoco esperaba que me respondiese al momento, de hecho fue más bien como un pensamiento en voz alta, sin esperar obtener mucha respuesta más que la que pudiera conseguir por mi mismo. Había sido un rato bastante extraño, tantos músicos habían pasado por el escenario en tan breve espacio de tiempo, ahora estaba vacío, el tipo de los rizos estaba como bailando en una mesa él solo. Tiene mucha energía ese tipo. Entonces lo recordé. Me levanté rápido.
-¡Capitán! Shiro ha salido, voy con él, igual necesita ayuda.
Me dispuse a salir directamente de la taberna, en busca de Shiro, mi compañero, quien había sacado de allí al primer músico, rescatándole de una situación bastante peligrosa para el pobre que parecía que no tenía opción alguna a defenderse.
La chica gyojin le tenía bien sujeto, por lo que no podía evadir nada, además se le pudo notar cómo perdía hasta la voluntad de pelear. Había sido lo suficientemente ruín como para intentar secuestrar al pobre músico, que igual no tenía culpa alguna de nada. Por fortuna, Shiro fue muy veloz, atrapó al músico apartándole de su captor y sacándole de la taberna. Ya no había nada más que fuera necesario de esa persona. Dejar alguien así suelto solo provocaría que más adelante tuviera la ocasión de secuestrar a otra persona, y tal vez en ese momento no hubiera nadie para ayudar a la víctima.
Me preparé, eché la hoja de mi arma hacia atrás para ejecutar un segundo, y probablemente último, golpe de metal. Todo se acabaría en ese momento, ese muchacho ya estaría arrepintiéndose de esa actitud tan agresiva, tanto a nosotros como al pobre músico, que ahora estaba a salvo fuera de la taberna con Shiro. En ese momento entraba también Lance, lo pude ver por el rabillo del ojo. Justo para ver el momento en que se ejecutaba a ese maldito delincuente y secuestrador. Me disponía a realizar el corte, cuando de pronto.
-¡Oe! ¡Chico! -vi de reojo que Lance decía esas palabras mirando hacia mi posición, entendí entonces que quería hablar con él. No veía por qué no- ¡Cálmate! ¡Que lo vas a matar!
Esa frase me hizo relajarme, tal vez incluso demasiado, bajé mi arma relajando mis músculos, pero sin perder de vista aquél tipo. Estaba sangrando, pero Nagaki comenzaba a intentar cortarle la hemorragia. Su cuerpo no cesaba de sangrar, pero la gyojin estaba intentando cubrir sus heridas. Lo que no me esperaba era que el capitán me dijese a mí que me detuviese.
¿Por qué? No le encontraba el menor de los sentidos ¿Por qué dejar vivir a un maldito secuestrador? ¿Quién sabe qué podría haberle hecho a ese hombre? ¿Qué no habrá hecho con otras personas? A mi parecer no se trataba de una persona que mereciese la vida. Por otro lado, había tantas cosas de esta vida que todavía desconocía, que preferí no reprocharle ni contradecir al capitán. Tendría sus razones para decirme eso.
-¡Muy bien hecho chaval!
Me giré y pude ver alguien del fondo del local, de donde provenía ese comentario. Gente alzaba la mano, otros aplaudían, algunos vitoreaban. Todo eso era... ¿para nosotros? No pude evitar sentirme algo avergonzado por la situación. ¿Por qué todo ese jaleo? El músico daba vueltas sobre el escenario, una tras otra, y todo el mundo clamaba alegre por la situación.
-¡Has estado increíble chica Marine!
¿Chica marine? Me giré hacia Nagaki, le hablaban a ella. ¿De modo que ella era marine? Había visto ya algunos por el pueblo y por el puerto rondando y patrullando de vez en cuando, pero no había visto a nadie que fuese tan distinto. No sabía que los gyojin también eran marines. Eso podría habernos puesto en un pequeño aprieto. Tenía entendido que los marines y los piratas no se llevaban bien, aunque no terminaba de entender todavía el por qué. Si ella hubiese descubierto que somos piratas. ¿Qué habría pasado?
De pronto el cantante de cabellos rizados, con un gran grito comenzó a cantar de nuevo, el acompañamiento musical no tardó en hacerse eco y seguir a la melodía vocal en su ritmo y tono. No tardó en ser ahogado por una señora que le gritó que nada de música por ahora y que todo el mundo volviera a su mesa. El escándalo cesó casi instantáneamente, lo cual inspiró algo de respeto hacia esa mujer. Y temor.
-Nagaki, cielo, puedes llevar a ese indeseable al cuartel antes de que me siga llenando el local de sangre, luego te invito a algo, por favor -dijo esa misma mujer dirigiéndose a la gyojin, acto seguido se giró hacia mí y Lance, quien había llegado justo a mi lado-. Y tu chico, te invito a ti y tus amigos a lo que hayáis pedido, ronda libre.
-Me lo he pasado muy bien hoy con vosotros, espero que nos volvamos a encontrar, tenemos que repetirlo algún día.
Nagaki se despidió con una sonrisa e inclinando su cuerpo. Por inercia, y sin saber por qué lo hacía, yo la imité haciendo lo mismo que ella, pero con cara de incertidumbre, sin saber exactamente por qué. Pero después le dediqué una sonrisa y me despedí.
-Un placer, Nagaki. Espero que te vaya todo bien.
Me quedé mirando durante un momento a Lance que estaba a mi lado. Le sonreí y le recordé que había dicho que nos invitaban a lo que habíamos pedido, me reí y recordé que apenas había tocado la bebida que me había llegado. Me acerqué a la mesa y me senté, contando con que Lance me seguiría, le tendí su bebida, todavía le quedaba. Había sido muy extraño todo eso y no sabía exactamente cómo afrontar ahora lo que había pasado. Me quedé mirando a mi capitán.
-¿Por qué los marine son enemigos de los piratas? Nagaki parecía muy agradable, y ha resultado ser marine. No le veo sentido.
Tampoco esperaba que me respondiese al momento, de hecho fue más bien como un pensamiento en voz alta, sin esperar obtener mucha respuesta más que la que pudiera conseguir por mi mismo. Había sido un rato bastante extraño, tantos músicos habían pasado por el escenario en tan breve espacio de tiempo, ahora estaba vacío, el tipo de los rizos estaba como bailando en una mesa él solo. Tiene mucha energía ese tipo. Entonces lo recordé. Me levanté rápido.
-¡Capitán! Shiro ha salido, voy con él, igual necesita ayuda.
Me dispuse a salir directamente de la taberna, en busca de Shiro, mi compañero, quien había sacado de allí al primer músico, rescatándole de una situación bastante peligrosa para el pobre que parecía que no tenía opción alguna a defenderse.