Umibozu
El Naufragio
15-10-2024, 02:59 AM
-¿Me dejarás probar de eso? – preguntó el pequeño gyojin señalando el cóctel que me había dado mi compañero.
-Cuando midas al menos quince metros-lurk – respondí burlón.
-Imbécil.
Reí con más ganas.
Nuestra presencia no pasó inadvertida, como no podía ser de otra manera. El primero en reaccionar fue el humano. Antes de que pudiera responder, El Largo se encargó de magnificar mi ya de por sí gran tamaño y mastodónticas necesidades. Reí a carcajadas por su ocurrente respuesta. Timsy rio también, cómplice.
-Pues es verdad que al final me va a caer bien aunque sea un borracho…
-Eso dependerá de para quien-lurk – le dije al humano encogiéndome de hombros. De entrada no me consideraba ni amigo, ni enemigo de nadie. Eso lo dictaminaban las acciones de cada uno.
-Yo de ti, por si acaso, no lo molestaría demasiado. Después de siete ballenas siempre le apetece un postre – Miré a mi hermano pequeño y reímos los dos juntos.
Me mantuve sentado y en posición inofensiva. Con las piernas cruzadas entre sí y los brazos reposando sobre ellas. Saqué una pipa de hueso de ave, alga seca de fumar y la encendí mientras observaba a todos los presentes y estudiaba sus movimientos. La escena parecía de lo más tranquila, pero uno debía estar alerta. Más cuando tiene un hermano pequeño al que cuidar y proteger.
-No. ¿Y a ti? – le respondió Timsy al panda - ¿Tú eres un mink, verdad? Mi mejor amigo es un mink. ¡Oe! ¿Me dejas probar un poco de eso? – trepó por el hombro hasta acercarse a la boquilla de la pipa. Soplé el humo al aire encarando la boca al cielo y le acerqué el instrumento para que pudiera aspirar. Naturalmente le cabía prácticamente, y sin el prácticamente, la cabeza entera en la boquilla.
-¡Por las ancas de mi tía! ¿Y cómo escamas aspiro yo? ¡Eh, Largo! ¿Qué te da miedo pelear contra esos tipos y por eso mandas a mi hermano? - provocó mientras trataba de rodear con su pequeña boca la totalidad de la boquilla. La escena era de lo más esperpéntica.
La realidad era que a pesar de mi imponente tamaño, el tontatta era bastante más fuerte que yo, aunque yo también pudiera darle más de uno, y dos, quebraderos de cabeza. Su pequeño tamaño en combate directo contra mí era un arma de doble filo, pues le permitía escabullirse y complicarme el golpe, sin embargo también esquivar mis ataques.
-A mí dejadme tranquilo-lurk – respondí mirando a todos los presentes pretendiéndome desentender del combate que auguraba que vendría.
-Lo que decía, que Tofun El Laaaargo tiene miedo de un humano y un panda – añadió provocativo y burlón el renacuajo.
-Cuando midas al menos quince metros-lurk – respondí burlón.
-Imbécil.
Reí con más ganas.
Nuestra presencia no pasó inadvertida, como no podía ser de otra manera. El primero en reaccionar fue el humano. Antes de que pudiera responder, El Largo se encargó de magnificar mi ya de por sí gran tamaño y mastodónticas necesidades. Reí a carcajadas por su ocurrente respuesta. Timsy rio también, cómplice.
-Pues es verdad que al final me va a caer bien aunque sea un borracho…
-Eso dependerá de para quien-lurk – le dije al humano encogiéndome de hombros. De entrada no me consideraba ni amigo, ni enemigo de nadie. Eso lo dictaminaban las acciones de cada uno.
-Yo de ti, por si acaso, no lo molestaría demasiado. Después de siete ballenas siempre le apetece un postre – Miré a mi hermano pequeño y reímos los dos juntos.
Me mantuve sentado y en posición inofensiva. Con las piernas cruzadas entre sí y los brazos reposando sobre ellas. Saqué una pipa de hueso de ave, alga seca de fumar y la encendí mientras observaba a todos los presentes y estudiaba sus movimientos. La escena parecía de lo más tranquila, pero uno debía estar alerta. Más cuando tiene un hermano pequeño al que cuidar y proteger.
-No. ¿Y a ti? – le respondió Timsy al panda - ¿Tú eres un mink, verdad? Mi mejor amigo es un mink. ¡Oe! ¿Me dejas probar un poco de eso? – trepó por el hombro hasta acercarse a la boquilla de la pipa. Soplé el humo al aire encarando la boca al cielo y le acerqué el instrumento para que pudiera aspirar. Naturalmente le cabía prácticamente, y sin el prácticamente, la cabeza entera en la boquilla.
-¡Por las ancas de mi tía! ¿Y cómo escamas aspiro yo? ¡Eh, Largo! ¿Qué te da miedo pelear contra esos tipos y por eso mandas a mi hermano? - provocó mientras trataba de rodear con su pequeña boca la totalidad de la boquilla. La escena era de lo más esperpéntica.
La realidad era que a pesar de mi imponente tamaño, el tontatta era bastante más fuerte que yo, aunque yo también pudiera darle más de uno, y dos, quebraderos de cabeza. Su pequeño tamaño en combate directo contra mí era un arma de doble filo, pues le permitía escabullirse y complicarme el golpe, sin embargo también esquivar mis ataques.
-A mí dejadme tranquilo-lurk – respondí mirando a todos los presentes pretendiéndome desentender del combate que auguraba que vendría.
-Lo que decía, que Tofun El Laaaargo tiene miedo de un humano y un panda – añadió provocativo y burlón el renacuajo.