Jack D. Agnis
Golden Eyes
15-10-2024, 06:07 AM
Yo sabía que pasar las noches bebiendo ron y emborrachándome con otras personas algún día daría sus frutos, y esta era una de esas ocasiones.
Tras una larga charla con Viorn sobre la vida en el mar, aproveché para invitarlo a unirse a nuestra tripulación, pero me respondió que no podía hacerlo porque su trabajo se lo impedía. Al parecer su carga horaria era muy grande y apenas tenia tiempo para beber hasta el hartazgo y en buena hora que hoy podía.
—Deja ese trabajo de mierda y únete a nosotros. Vive la vida que realmente te mereces. Además, ¿qué clase de empleo tienes y para quién trabajas, que es más importante que tu libertad? —le pregunté, inclinando mi jarro de ron para vaciarlo de un trago, disfrutando de esa bebida que liberaba al verdadero yo que llevaba dentro.
Lo que vino después de esa pregunta hizo que dejara de beber por un momento, prestando más atención a sus palabras. Aunque estaba un poco mareado, mis oídos seguían funcionando perfectamente.
Escuché a Viorn con atención, asegurándome de que su jarro nunca estuviera vacío. Necesitaba que siguiera hablando, revelando todos los detalles turbios sobre sus patrones. Sin embargo, me di cuenta demasiado tarde de que cuanto más bebía, menos claro se volvía su discurso. Aun así, había conseguido la información suficiente para planear una buena redada a esa bóveda.
Sin perder tiempo, regresé con esos idiotas de la tripulación y les conté, con lujo de detalles, lo que había dicho Viorn. Aunque, debido a que yo también estaba algo ebrio, seguro que se me escapó algún que otro detalle escabroso, pero lo más importante ya lo había transmitido.
Confiaba en que los demás, especialmente Muzen, que tenía contactos en los rincones más oscuros del submundo, iniciarían la búsqueda de esa cúpula en el casco histórico. La verdad, no tenía claro a qué se refería con "cúpula", pero ese era un problema que debían resolver ellos.
La búsqueda de la dichosa cúpula tomó más tiempo del que esperaba, pero al final la encontramos. Y ahora estábamos en marcha hacia Goa, listos para echarle mano a ese maldito tesoro del que Vioron, bjorn, o como mierda se llamase, me había hablado en su momento.
—¿Tenemos algún plan al que seguir, o simplemente entraremos a la fuerza, matando a todo el que se cruce en nuestro camino? —pregunté, con una mezcla de curiosidad y ganas de terminar de una vez con todo esto y largarnos de esa aburrida isla, la cual ya no tenía nada que ofrecernos, salvo buena comida, buen ron y ese asqueroso olor a humo que provenía de las fábricas de Grey Terminal