Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
15-10-2024, 04:18 PM
-Una promesa… - Te quedaste pensando en eso durante un momento. Una promesa era algo sagrado. Era bastante respetable como Mayura se había hecho un promesa a si mismo y, realmente se le notaba la intención de cumplirla. Ese brillo en los ojos al mencionar que desea reclamar lo que le pertenece, era los ojos de alguien digno de sacrificar lo que sea para lograrlo. - ¿Y qué es lo que te pertenece?
Una pregunta bastante curiosa de tu parte. Justo en ese instante la camarera coloca tu tazón de arroz con carne y curri en la barra. Tú, sin perder mucho tiempo, comienzas a degustar de la comida con suma tranquilidad. Estaba bastante delicioso. Disfrutabas de cada bocado mientras escuchabas las palabras de Mayura. Terminaste y colocaste el plato al frente. Tu solías ser de los que acababan la comida rápido, era algo que realmente resaltaba en ti.
-Las personas que han perdido todo suelen ser peligrosas. – Además, también afirma que es un pirata, al igual que tú. Aunque en tu caso al no ir directamente a buscar problemas contigo, no consideras que sea una amenaza o alguien que debas dar caza. Es simplemente alguien que se le nota un poco afligido y arto de las situaciones desafortunadas. Luego que te llamara querido te hizo algo de gracia. Ya el coqueteo estaba siendo más descarado y más directo. Lo que no sabía Mayura, era que estaba tratando de jugar con un pirata… que no eran de los que se dejaban doblegar fácilmente. Y yo que claramente soy tu observador, puedo decir y afirmarlo. Lo superas por mucho Alpha. Él no lo sabe y tú tampoco, pero tu confianza en ti mismo te hace no dudar y tampoco subestimar a nadie. Aunque que le coquetearan para intentar robarlo… era una simple estrategia para sobrevivir. Se trataba de un ladrón tratando de robar a otro lado.
Solo que el perdedor no tubo cien años de perdón.
-No suelo tener muchos problemas la verdad. – Descubres un poco la manga de tu kimono, dejando ver tu brazo. De pronto, das un profundo respiro y las venas de este comienzan a marcarse al mismo tiempo que los musculo comienzan a endurecerse y a crecer. – Suelen huir cuando muestro mi fuerza. – Luego dejas de hacer fuerza y simplemente tu brazo regresa a la normalidad. Luego… Mayura intentar persuadirte con su delicado tono de voz para que le comentes algo más. Tú simplemente no pierdes nada al contarle. Te podría considerar quizás alguien diferente o simplemente un loco.
Aunque eso, te daba igual.
- Morir… - Lo dijiste seco y directamente. – Morir dándolo todo sin que me quede nada por dentro. Morir sabiendo que di todo lo que tenía en combate y haber quedado satisfecho. Morir sabiendo que le he demostrado al mundo el cómo hay que hacerlo. Por que seria de tontos no admitir que lo que nos espera al final es la muerte. Entonces…. Prefiero simplemente aceptar su existencia y prepararme para un final adecuado. – En ese momento te muestras muy feliz. De hecho, tu mirada brilla imaginando algo como eso. Se notaba a leguas que parte del camino que vives, esperas tener ese verdadero descanso que solo se encuentra al final.
Una pregunta bastante curiosa de tu parte. Justo en ese instante la camarera coloca tu tazón de arroz con carne y curri en la barra. Tú, sin perder mucho tiempo, comienzas a degustar de la comida con suma tranquilidad. Estaba bastante delicioso. Disfrutabas de cada bocado mientras escuchabas las palabras de Mayura. Terminaste y colocaste el plato al frente. Tu solías ser de los que acababan la comida rápido, era algo que realmente resaltaba en ti.
-Las personas que han perdido todo suelen ser peligrosas. – Además, también afirma que es un pirata, al igual que tú. Aunque en tu caso al no ir directamente a buscar problemas contigo, no consideras que sea una amenaza o alguien que debas dar caza. Es simplemente alguien que se le nota un poco afligido y arto de las situaciones desafortunadas. Luego que te llamara querido te hizo algo de gracia. Ya el coqueteo estaba siendo más descarado y más directo. Lo que no sabía Mayura, era que estaba tratando de jugar con un pirata… que no eran de los que se dejaban doblegar fácilmente. Y yo que claramente soy tu observador, puedo decir y afirmarlo. Lo superas por mucho Alpha. Él no lo sabe y tú tampoco, pero tu confianza en ti mismo te hace no dudar y tampoco subestimar a nadie. Aunque que le coquetearan para intentar robarlo… era una simple estrategia para sobrevivir. Se trataba de un ladrón tratando de robar a otro lado.
Solo que el perdedor no tubo cien años de perdón.
-No suelo tener muchos problemas la verdad. – Descubres un poco la manga de tu kimono, dejando ver tu brazo. De pronto, das un profundo respiro y las venas de este comienzan a marcarse al mismo tiempo que los musculo comienzan a endurecerse y a crecer. – Suelen huir cuando muestro mi fuerza. – Luego dejas de hacer fuerza y simplemente tu brazo regresa a la normalidad. Luego… Mayura intentar persuadirte con su delicado tono de voz para que le comentes algo más. Tú simplemente no pierdes nada al contarle. Te podría considerar quizás alguien diferente o simplemente un loco.
Aunque eso, te daba igual.
- Morir… - Lo dijiste seco y directamente. – Morir dándolo todo sin que me quede nada por dentro. Morir sabiendo que di todo lo que tenía en combate y haber quedado satisfecho. Morir sabiendo que le he demostrado al mundo el cómo hay que hacerlo. Por que seria de tontos no admitir que lo que nos espera al final es la muerte. Entonces…. Prefiero simplemente aceptar su existencia y prepararme para un final adecuado. – En ese momento te muestras muy feliz. De hecho, tu mirada brilla imaginando algo como eso. Se notaba a leguas que parte del camino que vives, esperas tener ese verdadero descanso que solo se encuentra al final.