Ray
Kuroi Ya
15-10-2024, 08:01 PM
El pequeño pero feroz tontatta, poseído por un incontenible deseo de venganza hacia el hombre que hace años le forzó a cerrar su negocio, se lanza a una velocidad endiablada hacia Beck Ham, quien es incapaz de reaccionar con la suficiente rapidez para evitar su ofensiva, siendo golpeado por el poderoso ataque por la espalda del diminuto revolucionario. El impacto es tal que lo impulsa hacia delante varios metros, chocando estrepitosamente con una de las mesas que algún comensal había abandonado a toda prisa tras la llegada de los maleantes.
No obstante, cuando el justiciero borracho intenta recortar de nuevo la distancia que los separa para asestarle dos nuevos golpes uno de los compañeros del rubio ya se ha dado cuenta de su presencia. El tipo repeinado, gracias a su habilidad para percibir otras presencias, advierte rápidamente la incorporación del tontatta a la batalla y coge dos de los higos que porta en su mochila, lanzándolos al aire para acto seguido golpearlos con el pie derecho, que mueve a una velocidad tal que apenas es posible seguir para el ojo humano. Ambas frutas siguen unas trayectorias erráticas, en extraños arcos fruto de la rapidísima rotación a la que están sometidas en su desplazamiento. De este modo resulta verdaderamente difícil saber cuándo o dónde van a golpear, pero interceptan la trayectoria de Tofun en su camino a continuar golpeando al rubio. Cuando impacten explotarán violentamente, generando una onda expansiva de cinco metros de radio.
- ¡Tienen refuerzos inesperados! ¡Vamos perdiendo! - Advierte entonces el repeinado, a lo que su compañero calvo responde casi inmediatamente:
- ¡Todo o nada chicos! ¡Es el momento de la vegdad!
Es en ese momento cuando los once comienzan a cantar. Es una melodía solemne, y sus voces son tan agudas que no parecen ni mucho menos las mismas. Van todos a una, a coro, sin fallar ni una nota durante los muy escasos segundos que dura. Y cuando la última palabra resuena en sus gargantas, en un sonoro: "The Champioooooons" los ojos de todos ellos cambian de tonalidad. Se puede apreciar un ligero tono rojizo en ellos, como a sangre. De repente todos se mueven más rápido que antes, como si estuvieran más vivos.
Es entonces cuando Beck Ham, que pese a estar considerablemente herido se ha levantado como si el dolor no existiera para él, se lanza sobre Tofun a gran velocidad. Es mucho más rápido que antes, costando seguir sus desplazamientos. Entonces, cuando está ya muy cerca de él, tropieza y cae al suelo hacia delante. O eso parece, pues antes de tocar el suelo apoya de nuevo sus pies y aprovecha ese instante para lanzar un feroz golpe con su pata de jamón dirigido al tontatta. No se sabe hacia qué parte de él, pues el ancho del arma es más o menos similar a la altura de este.
Al mismo tiempo Romualdo hace unos gestos raros con las piernas, trazando semicírculos alternativamente con una y otra en el aire, como intentando despistar sobre la trayectoria que va a tomar. Y cuando parece que va a continuar haciendo esos movimientos para siempre acelera de golpe, de una forma tan brusca que apenas es visible, e intenta asestar un espadazo a ras de suelo en su trayectoria, a la altura de la cintura del tontatta, apenas una fracción de segundo después del ataque lanzado por su compañero. Ambas armas, jamón y espada, brillan con un color negro que resulta familiar a nuestro pequeño héroe.
Mientras tanto Zizuff e Higo pelean contra Douma, quien está empezando a verse en serios apuros para igualar a ambos al mismo tiempo.
No obstante, cuando el justiciero borracho intenta recortar de nuevo la distancia que los separa para asestarle dos nuevos golpes uno de los compañeros del rubio ya se ha dado cuenta de su presencia. El tipo repeinado, gracias a su habilidad para percibir otras presencias, advierte rápidamente la incorporación del tontatta a la batalla y coge dos de los higos que porta en su mochila, lanzándolos al aire para acto seguido golpearlos con el pie derecho, que mueve a una velocidad tal que apenas es posible seguir para el ojo humano. Ambas frutas siguen unas trayectorias erráticas, en extraños arcos fruto de la rapidísima rotación a la que están sometidas en su desplazamiento. De este modo resulta verdaderamente difícil saber cuándo o dónde van a golpear, pero interceptan la trayectoria de Tofun en su camino a continuar golpeando al rubio. Cuando impacten explotarán violentamente, generando una onda expansiva de cinco metros de radio.
- ¡Tienen refuerzos inesperados! ¡Vamos perdiendo! - Advierte entonces el repeinado, a lo que su compañero calvo responde casi inmediatamente:
- ¡Todo o nada chicos! ¡Es el momento de la vegdad!
Es en ese momento cuando los once comienzan a cantar. Es una melodía solemne, y sus voces son tan agudas que no parecen ni mucho menos las mismas. Van todos a una, a coro, sin fallar ni una nota durante los muy escasos segundos que dura. Y cuando la última palabra resuena en sus gargantas, en un sonoro: "The Champioooooons" los ojos de todos ellos cambian de tonalidad. Se puede apreciar un ligero tono rojizo en ellos, como a sangre. De repente todos se mueven más rápido que antes, como si estuvieran más vivos.
Es entonces cuando Beck Ham, que pese a estar considerablemente herido se ha levantado como si el dolor no existiera para él, se lanza sobre Tofun a gran velocidad. Es mucho más rápido que antes, costando seguir sus desplazamientos. Entonces, cuando está ya muy cerca de él, tropieza y cae al suelo hacia delante. O eso parece, pues antes de tocar el suelo apoya de nuevo sus pies y aprovecha ese instante para lanzar un feroz golpe con su pata de jamón dirigido al tontatta. No se sabe hacia qué parte de él, pues el ancho del arma es más o menos similar a la altura de este.
Al mismo tiempo Romualdo hace unos gestos raros con las piernas, trazando semicírculos alternativamente con una y otra en el aire, como intentando despistar sobre la trayectoria que va a tomar. Y cuando parece que va a continuar haciendo esos movimientos para siempre acelera de golpe, de una forma tan brusca que apenas es visible, e intenta asestar un espadazo a ras de suelo en su trayectoria, a la altura de la cintura del tontatta, apenas una fracción de segundo después del ataque lanzado por su compañero. Ambas armas, jamón y espada, brillan con un color negro que resulta familiar a nuestro pequeño héroe.
Mientras tanto Zizuff e Higo pelean contra Douma, quien está empezando a verse en serios apuros para igualar a ambos al mismo tiempo.