Alguien dijo una vez...
Monkey D. Luffy
Digamos que hay un pedazo de carne. Los piratas tendrían un banquete y se lo comerían, pero los héroes lo compartirían con otras personas. ¡Yo quiero toda la carne!
[Aventura] [T3] Una enfermedad incurable (Parte 2)
Silver
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Zona Este, Reino de Oykot
Día 6 de Verano del año 724

El aire en la zona Este de Oykot estaba tan cargado como siempre, una mezcla sofocante de salitre, aceite de ballena y el humo que ascendía de las chimeneas de los talleres. A lo lejos, el río que atravesaba la ciudad continuaba su lento recorrido hacia el sur, arrastrando consigo el reflejo de las luces de la central hidroeléctrica en construcción. Pero para quienes vivían en este lado de la isla, esas luces representaban un lujo distante, algo reservado para los ricos que habitaban al otro lado del río.

Marvolath caminaba por las estrechas calles que bordeaban el puerto ballenero. El sonido de las olas rompiendo suavemente contra los muelles de madera se mezclaba con los ecos de los pescadores regresando tras largas jornadas de trabajo. La actividad en la zona no parecía haber disminuido, pero algo en el ambiente era diferente. En las últimas semanas, las enfermedades respiratorias se habían disparado, y ni siquiera los tratamientos más cuidadosos parecían suficientes para contener el avance de los síntomas.

El hospital improvisado en el que trabajaba seguía repleto de pacientes, y aunque Marvolath había hecho todo lo posible para estabilizarlos, el empeoramiento de la situación era evidente. Algunos balleneros decían que el aire estaba más pesado que nunca, otros que el agua con la que lavaban las herramientas tenía un color extraño. Pero la realidad era más simple: la gente se estaba muriendo, y nadie sabía con certeza por qué. Rael, el sanador con el que había colaborado anteriormente, se le acercó con el rostro cansado pero sin perder la determinación.

—La familia Greffen, en el puerto, ha empeorado —dijo en voz baja, para que no lo escucharan los pacientes—. El niño apenas puede respirar, y su madre... no creo que sobreviva a esta noche.

Rael hizo una pausa, como si meditara las palabras que venían a continuación.

—Esto es más grande de lo que pensamos. Ya no es solo el aceite de ballena. —Su tono era sombrío, y sus ojos revelaban una inquietud que pocas veces había mostrado—. He escuchado rumores, Marvolath... Hay contenedores que llegan por la noche, no parecen tener nada que ver con el pescado. Algunos dicen que vienen de fuera de la isla. Quizás estén relacionados.

La mirada de Rael se mantuvo fija en Marvolath, esperando una reacción. El sanador ya se había percatado de que el pequeño médico no era de los que dejaban un problema sin resolver. Si alguien podía hacer algo para ayudarles, era él.

El ambiente en el puerto ballenero estaba cargado de incertidumbre, y el creciente número de enfermos solo añadía presión. Sin embargo, algo en las palabras de Rael y los hechos vividos desde su llegada a la isla, hacían que Marvolath intuyera que este no era un simple malestar pasajero. Lo que estaba en juego era mucho más grande, y la única manera de llegar al fondo de la verdad era investigando.

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[T3] Una enfermedad incurable (Parte 2) - por Silver - 16-10-2024, 01:47 AM

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