Sowon
Luna Sangrienta
16-10-2024, 07:21 PM
Las palabras de plumitas a veces eran como un mosquito molestando, nunca consideraba algo leve como un castigo notable ni tampoco veía con buenos ojos dejar enemigos vivos por el simple motivo de un castigo metafórico. Masculló sus palabras por unos leves segundos, no quería romper todas las ilusiones de alguien tan inocente, porque a sus ojos el pequeño plumitas pecaba de un exceso de inocencia. Se cruzó de brazos, negando con la cabeza cuando tuvo las ideas claramente estructuradas en su cabeza.
—El mundo no gira tan bien como lo quieres pintar, si el sistema funcionase tan bien no habría ladrones. Ese par saldrá en unas semanas o pagarán por ellos, la marina es una ruina y sobornarles parece moneda corriente incluso si hay personas que buscan realmente ayudar. Victoria o no, yo apunto a la victoria total cuando tomo mi espada para defenderme, en un entrenamiento no buscas eso, pero cuando apuestas tu vida debes olvidarte de esas ideas tan raras que las hormigas tienen sobre morir con honor. Si la muerte no fuese solo un destino no habría niños que mueren de hambre sin nadie que les recuerde. ¿Qué clase de herramienta es algo que se rompe sin haber madurado por circunstancias ajenas a su propia capacidad?—
Preguntó cuestionando las palabras de su curioso acompañante, ella había visto a niños morir, un mundo que se regía por la mera supervivencia y donde unos pocos privilegiados llegaban a pisar el mundo. También conocía esclavos, personas reducidas a lo más bajo por voluntad de los poderosos, de quienes se creían lo suficientemente capaces de mandar por nacimiento. Eran hechos que ocurrían a la luz del día, todos regidos por una rueda invisible donde incluso ellos se sometían a vender su fuerza de trabajo por un trozo de pan.
—¡Bwahahaha! Si quieres que lo guarde por tí solo debes pedirlo, pero si intentas tocar de más al momento de pagar te corto la mano. ¿Te interesa?—
Bromeó riendo mientras se ofrecîa a ser una especie de caja fuerte, era algo exagerada y sus cambios de humor eran bastante notorios. Peligroso se tornaba el hecho de aceptarle todo o negarle todo, era una Oni particular que requería cierto tacto para no desencadenar una tragedia. Algo pareció devolverle la seriedad, la última pregunta realmente sacudió una fibra bastante común, era algo que los humanos parecían tener prioridad en preguntar o conocer.
—¿Te refieres a un sueño? Veo que muchos de ustedes creen poder justificarse en algo tan vago e ilusorio, incluso subordinar a otros o aceptar el peso de un sueño para hacer lo que les plazca. Yo estoy en busca de algo que pueda considerar un sueño, nunca le vi necesidad ya que me inculcaron que mi misión era cumplir cada trabajo con la matyor eficiencia. Si algún día encuentro un sueño, uno que no sea una mera ilusión ni un objetivo sumamente sencillo, podremos decir que he dejado dee ver el ciclo natural de las cosas como un proceso más.—
Respondió con sinceridad, el aroma de la taberna era refrescante y tenía un interior amplio para que la Oni no tuviese que andar gateando, incluso había un asiento adaptado a clientes de su talla. Tomó lugar en la mesa e invitó a plumitas a su lado, una camarera les trajo el menú, al principio algo intimidada pero se relajó en señal de su jefe. Parecía nueva en el puesto o a lo mejor Sowon no recordaba su rostro, la rubia se limitó a ordenar un poco de alcohol y luego observó a su compañero.
—¿Tienes un sueño? Que no sea lavar esa cosa emplumada o manipular a alguien...—
Preguntó sin tapujos para luego inclinarse sobre la mesa, aguardando una respuesta honesta y clavando sus ojos en los de su acompañante. A veces la enorme guerrera podía intimidar más con esas miradas inquisidoras que cuando desenvainaba, por fortuna Mayura no había provocado la segunda reacción, aunque en el radar de Sowon este todavía se encontraba a prueba.
—El mundo no gira tan bien como lo quieres pintar, si el sistema funcionase tan bien no habría ladrones. Ese par saldrá en unas semanas o pagarán por ellos, la marina es una ruina y sobornarles parece moneda corriente incluso si hay personas que buscan realmente ayudar. Victoria o no, yo apunto a la victoria total cuando tomo mi espada para defenderme, en un entrenamiento no buscas eso, pero cuando apuestas tu vida debes olvidarte de esas ideas tan raras que las hormigas tienen sobre morir con honor. Si la muerte no fuese solo un destino no habría niños que mueren de hambre sin nadie que les recuerde. ¿Qué clase de herramienta es algo que se rompe sin haber madurado por circunstancias ajenas a su propia capacidad?—
Preguntó cuestionando las palabras de su curioso acompañante, ella había visto a niños morir, un mundo que se regía por la mera supervivencia y donde unos pocos privilegiados llegaban a pisar el mundo. También conocía esclavos, personas reducidas a lo más bajo por voluntad de los poderosos, de quienes se creían lo suficientemente capaces de mandar por nacimiento. Eran hechos que ocurrían a la luz del día, todos regidos por una rueda invisible donde incluso ellos se sometían a vender su fuerza de trabajo por un trozo de pan.
—¡Bwahahaha! Si quieres que lo guarde por tí solo debes pedirlo, pero si intentas tocar de más al momento de pagar te corto la mano. ¿Te interesa?—
Bromeó riendo mientras se ofrecîa a ser una especie de caja fuerte, era algo exagerada y sus cambios de humor eran bastante notorios. Peligroso se tornaba el hecho de aceptarle todo o negarle todo, era una Oni particular que requería cierto tacto para no desencadenar una tragedia. Algo pareció devolverle la seriedad, la última pregunta realmente sacudió una fibra bastante común, era algo que los humanos parecían tener prioridad en preguntar o conocer.
—¿Te refieres a un sueño? Veo que muchos de ustedes creen poder justificarse en algo tan vago e ilusorio, incluso subordinar a otros o aceptar el peso de un sueño para hacer lo que les plazca. Yo estoy en busca de algo que pueda considerar un sueño, nunca le vi necesidad ya que me inculcaron que mi misión era cumplir cada trabajo con la matyor eficiencia. Si algún día encuentro un sueño, uno que no sea una mera ilusión ni un objetivo sumamente sencillo, podremos decir que he dejado dee ver el ciclo natural de las cosas como un proceso más.—
Respondió con sinceridad, el aroma de la taberna era refrescante y tenía un interior amplio para que la Oni no tuviese que andar gateando, incluso había un asiento adaptado a clientes de su talla. Tomó lugar en la mesa e invitó a plumitas a su lado, una camarera les trajo el menú, al principio algo intimidada pero se relajó en señal de su jefe. Parecía nueva en el puesto o a lo mejor Sowon no recordaba su rostro, la rubia se limitó a ordenar un poco de alcohol y luego observó a su compañero.
—¿Tienes un sueño? Que no sea lavar esa cosa emplumada o manipular a alguien...—
Preguntó sin tapujos para luego inclinarse sobre la mesa, aguardando una respuesta honesta y clavando sus ojos en los de su acompañante. A veces la enorme guerrera podía intimidar más con esas miradas inquisidoras que cuando desenvainaba, por fortuna Mayura no había provocado la segunda reacción, aunque en el radar de Sowon este todavía se encontraba a prueba.