Había pocas cosas que le sentaran tan bien a su ego como escuchar de regreso un eco de la diversión que el Lunarian experimentaba en situaciones bélicas como ésta, se trataba de un halago como ningún otro, comparable al que recibe un chef cuando lo felicitan por su exquisita preparación, o cuando un modista observa un par de ojos incapaces de rehuir a su magnum opus de confección. Equivalía a reafirmarle que poseía fuerza de verdad, y no podía existir una mejor adulación para el pequeño mochuelo que se había dejado la piel en las manos para entrenar el arte de la espada.
Por esto mismo sabía que no se arrepentiría de invitar la comida tan pronto acabaran su actividad. Porque, incluso si le costaba un dineral -y probablemente parte de su hígado-, tenía la satisfacción de saber que sería la mejor cena en muchísimo tiempo. Después de todo, toda comida entraba mil veces mejor con el estómago vacío tras un buen ejercicio.
La defensa de Lemon había sido impecable. A diferencia de la primera vez en la que la distracción utilizada fue moderadamente efectiva, el enmascarado desistió de reaccionar para centrarse exclusivamente en el espadachín detrás de la intención; un momento de grave exceso de confianza provocó que subestimara la férrea tenacidad que Lemon podía exhibir, y como si se trataran de simples papeles arrojados hacia su persona, no se molestó con apartarse en lo mas mínimo de su trayectoria, permitiendo que tan solo rebotaran en su cuerpo firmemente plantado en el suelo, indispuesto a moverse.
El contratiempo anterior puso en peligro todo el plan posterior. Pero la verdad era que estaba tan consumido en la batalla, y en la adrenalina recorriéndole las venas, que había dejado tales pensamientos menores atrás. Quería seguir adelante. Quería nuevamente intentar hacer un pulso contra el titán en frente suya. Quería chocar aceros hasta que lo hiciera ceder, o hasta que viera las consecuencias de intentarlo de manera tan descuidada. Una de las tantas contraindicaciones a su falta de experiencia, pero él por su parte estaba pasándolo fenomenal.
Su estocada resultó devolviendo ningún fruto, pues la punta de las katanas chocarían de frente con la inamovible defensa que el enmascarado había levantado en contra. ¡Las farolas no cedían en lo absoluto por mucha fuerza que le pusiera! Era como encontrarse de cara con una lámina maciza de metal.
Pero no acababa allí. Ahora era el turno del Lunarian para montar una defensiva, un campo en el que estaría a punto de aprender que le faltaba mucho por aprender, a diferencia de su compañero revolucionario. Pero incluso si caía, caería con una llama encendida en el pecho. Y en la espalda también, en este caso.
— ¡Dame tu mejor golpe, Lemon! — Unas palabras que pronto pasarían factura con intereses en su propia cara.
El primer golpe vería el costado de las hojas del Lunarian aproximarse por los costados de sus armas con la intención de desviarlas a un lado, intentando que el golpe siquiera de largo en vez de conectar con Alistair, pero sin la fuerza para superar la temible fuerza de empuje de Lemon, el primer ataque acabaría dando de lleno en el centro de su estomago, provocando un entumecimiento generalizado por la vibración del impacto que consiguió recorrer todo su cuerpo y provocarle un descontrol a sus movimientos; la saliva que saldría de su boca no sería vista por ser detenida con el mango de la katana en su boca. Fue un segundo que se dilató para sentirse como varios ocurriendo uno tras otro, producto del daño sufrido.
Y ahí venía el segundo. Incesante como un tren en marcha, la ofensiva de Lemon no le dio tregua y se aproximó ahora apuntando a las extremidades de Alistair; no iba a caer sin dar un último esfuerzo, por mucho que demandara generoso esfuerzo de su parte tras las heridas que habían dejado el ataque anterior. Reuniendo aire con las fuerzas que le quedaban, haciendo espejo a la acción de Lemon, el Lunarian se concentraría al límite para intentar seguir con la mirada las farolas de Lemon y chocarlas con una técnica ofensiva, en vez de recaer nuevamente en su acercamiento de utilizar un método defensivo.
Sus espadas buscaron colisionar de frente con las armas contundentes, cada una ocupándose de un arma distinta para facilitar el trabajo. Por un momento luchó en contra con todo lo que pudo, siendo visible en sus facciones cuando sus dientes rechinaban al aplicar fuerza entre ellos, una mueca de esfuerzo que de alguna manera casi idealista conseguía mantenerse como una sonrisa desafiante; era parte de su deleite en el momento incluso con todo en contra, el cual buscaba ver -con sustancioso esfuerzo- mas allá del dolor y el adormecimiento en todo su cuerpo.
Pero debía saber mejor que comparar fuerzas con el hombre que blandía farolas como si fuesen abrecartas. Las espadas no tardaron en retroceder por la dirección que vinieron, y pronto los martillos conseguirían alcanzar sus brazos además del resto de su cuerpo, mandándolo a volar unos cuantos metros para atrás hasta que un irreconocible manojo de madera -probablemente otro armario, para mayor ironía- detuviera su avance de golpe a costa de su integridad física. Siempre te recordaremos, Armario-kun.
Como resultado, la katana que sostenía en su boca habría caído inerte al suelo, no sin antes dar un par de giros sobre la superficie por la inercia ganada en un instante, mientras que las otras dos permanecerían -con remarcada dificultad- aún entre el agarre del Lunarian. La katana en el suelo tendría una mancha de sangre en su mango, un indicativo de que había expulsado sangre por la boca; nada serio, solo unas gotas, pero suficiente para evidenciar un punto sin poder refutarlo. Por un segundo hubo total silencio...
Hasta que se rompería de golpe con una sonora carcajada que inundaría la habitación, acompañada de un silbido irregular que venía y se iba de a ratos. No era para menos, teniendo en cuenta el impacto que se había llevado. — ¡Jajajajajagh-! — La cortó en seco, producto de una incómoda sensación en las costillas cada vez que sus pulmones se expandían demasiado. Nada por lo cual asustarse, solo debía examinarse a sí mismo en un momento en busca de entender la extensión de sus heridas, pero conseguir retener su consciencia en vez de caer directamente era una buena primera señal. Su voz también acompañaba al daño recibido, debilitándose en consecuencia pero sin falta de ganas por levantarla nuevamente a la primera señal de ser capaz.
Intentó levantarse sin éxito. Su cuerpo se sentía pesado, y no parecía tener intención de responderle como debía; forzarse haría que sus piernas cedieran al peso de su cuerpo y se encontrara de cara con el piso, una mala idea si tenía algo roto por dentro. — Ah... Discúlpame, Lemon... Creo que no doy más... — A pesar de la situación, había un toque de compañerismo en sus palabras, incluso llegando al punto en que cualquier formalidad que pudiera sostener inconscientemente en su hablar había desaparecido. A él ya lo veía como una amistad, y... Por supuesto que honraría su promesa de llevarle a comer, aunque fuera con un cabestrillo encima. — ¿A la misma hora mañana? Yo paso a recogerte a tu casa — Bromeó; aún tenía alientos para eso.
Por esto mismo sabía que no se arrepentiría de invitar la comida tan pronto acabaran su actividad. Porque, incluso si le costaba un dineral -y probablemente parte de su hígado-, tenía la satisfacción de saber que sería la mejor cena en muchísimo tiempo. Después de todo, toda comida entraba mil veces mejor con el estómago vacío tras un buen ejercicio.
La defensa de Lemon había sido impecable. A diferencia de la primera vez en la que la distracción utilizada fue moderadamente efectiva, el enmascarado desistió de reaccionar para centrarse exclusivamente en el espadachín detrás de la intención; un momento de grave exceso de confianza provocó que subestimara la férrea tenacidad que Lemon podía exhibir, y como si se trataran de simples papeles arrojados hacia su persona, no se molestó con apartarse en lo mas mínimo de su trayectoria, permitiendo que tan solo rebotaran en su cuerpo firmemente plantado en el suelo, indispuesto a moverse.
El contratiempo anterior puso en peligro todo el plan posterior. Pero la verdad era que estaba tan consumido en la batalla, y en la adrenalina recorriéndole las venas, que había dejado tales pensamientos menores atrás. Quería seguir adelante. Quería nuevamente intentar hacer un pulso contra el titán en frente suya. Quería chocar aceros hasta que lo hiciera ceder, o hasta que viera las consecuencias de intentarlo de manera tan descuidada. Una de las tantas contraindicaciones a su falta de experiencia, pero él por su parte estaba pasándolo fenomenal.
Su estocada resultó devolviendo ningún fruto, pues la punta de las katanas chocarían de frente con la inamovible defensa que el enmascarado había levantado en contra. ¡Las farolas no cedían en lo absoluto por mucha fuerza que le pusiera! Era como encontrarse de cara con una lámina maciza de metal.
Pero no acababa allí. Ahora era el turno del Lunarian para montar una defensiva, un campo en el que estaría a punto de aprender que le faltaba mucho por aprender, a diferencia de su compañero revolucionario. Pero incluso si caía, caería con una llama encendida en el pecho. Y en la espalda también, en este caso.
— ¡Dame tu mejor golpe, Lemon! — Unas palabras que pronto pasarían factura con intereses en su propia cara.
esp102
ESPADACHíN
Defensiva Activa
Tier 1
No Aprendida
15
1
Usando su arma el usuario trazara unos movimientos rápidos buscando desviar las ofensivas en su contra, mitigando parte de su daño. En el caso de que la ofensiva sea utilizando proyectiles y se Mitige todo el daño, el usuario podra desviar dicha ofensiva hacia un nuevo objetivo dentro del alcance restante de la ofensiva y recibiendo el nuevo objetivo todo el daño.
Defensa Pasiva + [FUEx2] de Daño Mitigado
El primer golpe vería el costado de las hojas del Lunarian aproximarse por los costados de sus armas con la intención de desviarlas a un lado, intentando que el golpe siquiera de largo en vez de conectar con Alistair, pero sin la fuerza para superar la temible fuerza de empuje de Lemon, el primer ataque acabaría dando de lleno en el centro de su estomago, provocando un entumecimiento generalizado por la vibración del impacto que consiguió recorrer todo su cuerpo y provocarle un descontrol a sus movimientos; la saliva que saldría de su boca no sería vista por ser detenida con el mango de la katana en su boca. Fue un segundo que se dilató para sentirse como varios ocurriendo uno tras otro, producto del daño sufrido.
Y ahí venía el segundo. Incesante como un tren en marcha, la ofensiva de Lemon no le dio tregua y se aproximó ahora apuntando a las extremidades de Alistair; no iba a caer sin dar un último esfuerzo, por mucho que demandara generoso esfuerzo de su parte tras las heridas que habían dejado el ataque anterior. Reuniendo aire con las fuerzas que le quedaban, haciendo espejo a la acción de Lemon, el Lunarian se concentraría al límite para intentar seguir con la mirada las farolas de Lemon y chocarlas con una técnica ofensiva, en vez de recaer nuevamente en su acercamiento de utilizar un método defensivo.
Sus espadas buscaron colisionar de frente con las armas contundentes, cada una ocupándose de un arma distinta para facilitar el trabajo. Por un momento luchó en contra con todo lo que pudo, siendo visible en sus facciones cuando sus dientes rechinaban al aplicar fuerza entre ellos, una mueca de esfuerzo que de alguna manera casi idealista conseguía mantenerse como una sonrisa desafiante; era parte de su deleite en el momento incluso con todo en contra, el cual buscaba ver -con sustancioso esfuerzo- mas allá del dolor y el adormecimiento en todo su cuerpo.
ase301
ASESINO
Utilidad Activa
Tier 3
No Aprendida
35
2
El usuario trazara un rápido movimiento buscando bordear una ofensiva en su contra recorriendo el perímetro de la misma con suma facilidad contando con un incremento en sus [Reflejos] para esquivarla. Buscando al trazar el perimetro alrededor de la ofensiva alcanzar al oponente, siempre que el [Movimiento] del usuario le permita alcanzalo, pudiendo ejecutar en combo un [Golpe Básico] extra, adicional al limite de basicos por turno, pero debe ser consecutivo a la esquiva.
+10 [Reflejos]
esp101
ESPADACHíN
Ofensiva Activa
Tier 1
No Aprendida
22
1
Se trata de un simple pero rápido tajo con el arma buscando encajar un corte con la mayor profundidad posible, causando +10 de daño de [Colisión].
Golpe Basico + [FUEx2] de [Daño cortante]
Pero debía saber mejor que comparar fuerzas con el hombre que blandía farolas como si fuesen abrecartas. Las espadas no tardaron en retroceder por la dirección que vinieron, y pronto los martillos conseguirían alcanzar sus brazos además del resto de su cuerpo, mandándolo a volar unos cuantos metros para atrás hasta que un irreconocible manojo de madera -probablemente otro armario, para mayor ironía- detuviera su avance de golpe a costa de su integridad física. Siempre te recordaremos, Armario-kun.
Como resultado, la katana que sostenía en su boca habría caído inerte al suelo, no sin antes dar un par de giros sobre la superficie por la inercia ganada en un instante, mientras que las otras dos permanecerían -con remarcada dificultad- aún entre el agarre del Lunarian. La katana en el suelo tendría una mancha de sangre en su mango, un indicativo de que había expulsado sangre por la boca; nada serio, solo unas gotas, pero suficiente para evidenciar un punto sin poder refutarlo. Por un segundo hubo total silencio...
Hasta que se rompería de golpe con una sonora carcajada que inundaría la habitación, acompañada de un silbido irregular que venía y se iba de a ratos. No era para menos, teniendo en cuenta el impacto que se había llevado. — ¡Jajajajajagh-! — La cortó en seco, producto de una incómoda sensación en las costillas cada vez que sus pulmones se expandían demasiado. Nada por lo cual asustarse, solo debía examinarse a sí mismo en un momento en busca de entender la extensión de sus heridas, pero conseguir retener su consciencia en vez de caer directamente era una buena primera señal. Su voz también acompañaba al daño recibido, debilitándose en consecuencia pero sin falta de ganas por levantarla nuevamente a la primera señal de ser capaz.
Intentó levantarse sin éxito. Su cuerpo se sentía pesado, y no parecía tener intención de responderle como debía; forzarse haría que sus piernas cedieran al peso de su cuerpo y se encontrara de cara con el piso, una mala idea si tenía algo roto por dentro. — Ah... Discúlpame, Lemon... Creo que no doy más... — A pesar de la situación, había un toque de compañerismo en sus palabras, incluso llegando al punto en que cualquier formalidad que pudiera sostener inconscientemente en su hablar había desaparecido. A él ya lo veía como una amistad, y... Por supuesto que honraría su promesa de llevarle a comer, aunque fuera con un cabestrillo encima. — ¿A la misma hora mañana? Yo paso a recogerte a tu casa — Bromeó; aún tenía alientos para eso.