Drake Longspan
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17-10-2024, 12:55 PM
(Última modificación: 17-10-2024, 12:58 PM por Drake Longspan.)
En medio de una misión peligrosa, lo que nadie esperaba era que el mayor enemigo de una tripulación pirata fuera... el vino.
Y no cualquier vino, no. Un vino tan potente que, tras una aparatosa caída dentro de barriles y charcos del preciado líquido, los piratas no sólo terminaron empapados, sino que también comenzaron a notar un efecto secundario bastante peculiar: sus rostros se paralizaban lentamente. Sí, un efecto sorpresa digno de cualquier fiesta pirata, donde la baba comenzaba a fluir libremente por las comisuras de sus bocas.
Intentando mantener su habitual estilo despreocupado, aquel capitán alzó los brazos dramáticamente para atraer la atención de los guardias, pero lo único que logró fue que un hilo de baba colgara peligrosamente de su mentón mientras tarareaba su típica canción pirata. Su "encantador canto" ahora tenía un sonoro gorgoteo en cada nota, lo cual seguramente desconcertó a los guardias más de lo habitual...
Pero funcionó.
Marvolath, mientras tanto, emergía de su barril de vino, completamente empapado y algo menos elegante que de costumbre. Al quitarse la chaqueta para escurrirla, notó cómo la parálisis facial le dificultaba mantener cerrada la boca. Intentó hacer señales a Balagus, su compañero gigante, pero con cada movimiento de sus manos, la baba se le escapaba como si fuera un grifo mal cerrado. De vez en cuando, entre señas y miradas serias, se detenía para limpiarse la cara, murmurando algo ininteligible con la lengua a medio colgar.
El guerrero Oni, por su parte, intentaba mantener su seriedad mientras planificaba cómo partir en dos a los guardias con su hacha. Pero el oni, en lugar de parecer un imponente contramaestre, tenía la expresión de alguien que acaba de morderse la lengua. Un hilillo de baba caía por su barbilla mientras se preparaba para el combate, lo que quitaba algo de su usual aura intimidante. Cada vez que intentaba gruñir o decir algo, lo único que salía era un sonoro "Gragaga..." acompañado de más saliva. Sin embargo, a pesar del pequeño accidente, seguía siendo una montaña de músculos peligrosamente armada.
Dharkel por su parte, intentó seguir el plan, asintiendo con la cabeza hacia su capitán, pero no pudo evitar que su propio rostro se paralizara de forma graciosa. La katana en una mano, el dial en la otra, y la baba colgando por el lado izquierdo de la boca... estaba listo para atacar, aunque su cara parecía estar más dispuesta a participar en una fiesta de mimos que en una batalla.
Por alguna extraña razón, quizá por la propia química entre tripulantes, se entendieron a las mil maravillas. Quizás las noches de borrachera como nakamas servirían para darse a entender. El capitán logró localizar a los enemigos gracias a su haki y localizar a los espadachines, aunque sus chistes sobre el mal servicio del lugar fueron casi ininteligibles tras probar aquel vino. Por suerte, su canto consigue motivar de alguna extraña forma a sus tripulantes y desconcertar a los enemigos.
Balagus y Dharkel emboscan en una trampa casi mortal a ambos espadachines que se cubren como pueden del impacto mientras qué, el kobito, les da el golpe final empujándolos contra la pared del barco, creando un boquete en la madera y lanzándoles en dirección al agua.
Después de esto, el barco queda en un silencio sepulcral, solo acompañado del ruido de marras del agua y el viento...
Aunque Silver todavía siente dos presencias más abajo...
El tiempo para postear de 48 horas ya ha expirado.
Ipor el motivo que sea.