Dharkel
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17-10-2024, 09:42 PM
Dharkel caminaba con premura, sin tiempo para pararse a observar la magnificencia del astro que esta noche sería testigo de la victoria o la derrota del variopinto grupo de piratas. Estaban cansados. Llevaban muchos años a sus espaldas malviviendo de las sobras que la sociedad no quería y por fin se acercaba el momento de arrancar, esta vez de verdad, su trozo de pastel. Una enorme porción que los catapultaría al éxito, la fama y el poder que necesitaban para cada uno, de forma individual, alcanzar sus propios objetivos. O bien los aplastarían como meros insectos, sin mayor molestia que la de un rey marino engullendo una pequeña balsa pesquera. Al fin y al cabo, no eran matones locales contra quienes pretendían iniciar una guerra.
Apretó los dientes, ansioso, ante la idea de que todo saliese mal. De perder una vez más a su familia y que solo quedase él, como había dictaminado la falsa maldición que creía poseer. Se llevó la zurda al hombro derecho y apretó con fuerza la zona del tatuaje en un intento de mitigar la inexistente condenación.
<< No esta noche >>, pensó liberándose a sí mismo de la opresión, dejando caer el brazo.
A cada paso que daba iba notando más y más el frío nocturno del mar, cual parca rodeándole entre sus brazos. A cada paso iba aumentando su intranquilidad y preocupación, pero también su emoción. A cada paso estaba más cerca de llegar a un punto sin retorno, para bien o para mal. Estaba acostumbrado a apostar a todo o nada, pero en juegos amañados, nunca con su propia vida. Pero sus pasos no pararon. No disminuyeron el ritmo como habría hecho en otra época de su vida. Había descubierto lo que era una vida sin remordimientos y la determinación para seguir adelante.
<< Secuestros… Plut-0… Casino Missile… Personajes adinerados e influyentes… La mítica Armada Revolucionaria… >>
Mientras se encontraba enfrascado en sus pensamientos, intentando unir todas las piezas del puzle, deslizó inconscientemente un cigarrillo entre sus labios y lo prendió con un fósforo con la misma rapidez. El fogonazo compitió durante un instante con la luz de la luna, delatando su posición a las alimañas de los callejones. Aquella información, aunque inconclusa, no podía compartirla por Den Den Mushi, especialmente la ubicación del cargamento clandestino. Apresuró el paso. No había tiempo que perder.
Cerca del barco se encontraban sus compañeros en el punto de reunión. Sin llamar la atención e intentando seguir en una actitud sigilosa, se escurrió entre las sombras, vigilando que nadie le hubiese seguido. Salió parcialmente de ellas justo antes de llegar junto a sus compañeros. Un sudor frío recorrió su espalda al pensar en el simple hecho de poner un pie en la embarcación.
- El casino espera un envío. Esta noche y en este puerto – enfatizó entre susurros casi imperceptibles. – Es nuestra oportunidad. – Asintió, sin estar del todo convencido de sus propias palabras.
Tras la orden de su capitán oteó levemente las cercanías. Eligió un tejado bajo y ayudándose de unas cajas deterioradas trepó hasta la cima, donde se tumbó boca abajo para intentar ser poco visible, a pesar de la pálida luz que alumbraba el puerto. Observó las aguas, expectante y listo para saltar desde la aventajada posición y desenvainar sus armas si fuese necesario.