Hunter D. Alpha
Kurogami no Alpha
18-10-2024, 03:14 AM
Le escuchas altamente, joven pirata. Realmente lo que él te cuenta tiene realmente sentido. Te quedas mirando detenidamente sus palabras mientras meditas que palabras usar con él. No parece ser el tipo de persona que quiera ser encadenado o acorralado, eso te agrada. Después de todo, tu eres el gran cazador de los cuatro peligros. Conoces lo importante es que toda especie este libre y cumple su ciclo en esta vida. Pero por tu parte, te quedas fijamente mirando a Mayura mientras arroja una a una sus palabras. Tu simplemente sonríes y te detienes.
- ¿Por qué tú? Porque a pesar de tener un dulce y agradable aroma. Puedo sentir el potencial que puedes llegar a tener con el tiempo. Además… - En un momento, sin pensarlo clavas la punta de tu lanza en el suelo y te hacerlas a él, le tomas de la camisa y lo bajas hasta que tanto su cara como la tuya están frente a frente. Prácticamente rozando la una con la otra. - ¿Tengo cara de querer que alguien incline su cabeza ante mí? No necesito nada de eso. Solo quiero llegar a lo más alto y luchar hasta que la muerte venga a por mí. – Parecías un poco enojado, quizás porque asumiste que él te había confundido con el tipo clásico de pirata que quiere que todo el mundo se incline ante él.
En tu caso, no es así. Para ti, cosas como la fama y el dinero no eran más que simples recursos que te harán llegar a esa comodidad que tanto deseas. – No tengo el derecho de quitarte tus sueños. Si fuera como el resto trataría de tomarte por la fuerza. Pero… - Tu mirada se torna en una más filosa y traviesa. – Quizás… si deseas que te reclame… de otra manera. – Sueltas su camisa y colocas tu mano en su nuca, acercándole un poco más. Atrevidamente muerdes su labio inferior. Saboreándolo, para luego alejarte lentamente. – No soy como el resto, Mayura.
Te acercas nuevamente a tu lanza y la tomas. Y miras al cielo. – Solo soy una criatura. Sea hombre o mujer, si me gusta, lo devorare. Mi manada ha de crecer. Tendré concubinas, hijos e hijas, y mi lugar tranquilo donde estar mientras todo lo demás llega por sí solo. Quizás no sea lo más grandioso del mundo pero… - Te volteas hacia él y le sonríes tiernamente, acompañada de una brillante sonrisa. – Es lo que a mí me hace feliz.
- ¿Por qué tú? Porque a pesar de tener un dulce y agradable aroma. Puedo sentir el potencial que puedes llegar a tener con el tiempo. Además… - En un momento, sin pensarlo clavas la punta de tu lanza en el suelo y te hacerlas a él, le tomas de la camisa y lo bajas hasta que tanto su cara como la tuya están frente a frente. Prácticamente rozando la una con la otra. - ¿Tengo cara de querer que alguien incline su cabeza ante mí? No necesito nada de eso. Solo quiero llegar a lo más alto y luchar hasta que la muerte venga a por mí. – Parecías un poco enojado, quizás porque asumiste que él te había confundido con el tipo clásico de pirata que quiere que todo el mundo se incline ante él.
En tu caso, no es así. Para ti, cosas como la fama y el dinero no eran más que simples recursos que te harán llegar a esa comodidad que tanto deseas. – No tengo el derecho de quitarte tus sueños. Si fuera como el resto trataría de tomarte por la fuerza. Pero… - Tu mirada se torna en una más filosa y traviesa. – Quizás… si deseas que te reclame… de otra manera. – Sueltas su camisa y colocas tu mano en su nuca, acercándole un poco más. Atrevidamente muerdes su labio inferior. Saboreándolo, para luego alejarte lentamente. – No soy como el resto, Mayura.
Te acercas nuevamente a tu lanza y la tomas. Y miras al cielo. – Solo soy una criatura. Sea hombre o mujer, si me gusta, lo devorare. Mi manada ha de crecer. Tendré concubinas, hijos e hijas, y mi lugar tranquilo donde estar mientras todo lo demás llega por sí solo. Quizás no sea lo más grandioso del mundo pero… - Te volteas hacia él y le sonríes tiernamente, acompañada de una brillante sonrisa. – Es lo que a mí me hace feliz.