¿Sabías que…?
... el famoso anime One Piece, del año 1999, está basado en el también famoso manga One Piece. Otra curiosidad es que el autor de ambas obras es Eiichiro Oda.
[Común] [C-Pasado] Los tres colmillos del cuervo [Priv. Anko]
Anko
Médica Despiadada
— Ahí te tomo la palabra, en este mundo puedes ver de todo… Y con el suficiente esfuerzo, puedes volver algo fantasioso en una contundente realidad —. La mera de idea de convertirse en aquella persona que pudiera cortar montañas enteras con el filo de una espada le emocionaba y estaba decidida a hacerlo realidad, fuera mentira o no los rumores de los espadachines del Santoryu. Antes de que cualquier otra cosa sucediera, el espíritu competitivo de Alistair despertó en cuanto Anko mencionó aquella palabra “Duelo”. El joven no dudó en ningún momento, la confianza en su habilidad con la Katana era palpable y esto hizo que la joven asistiera con la cabeza de forma emocionada. —¿Un duelo? ¡Me parece perfecto! ¡Siempre es bueno medir la habilidad contra otro! —.

Tras ello, ambos se presentaron con el otro, el nombre de él Solarian era Alistair. La espadachina guardaría está información con sumo cuidado, no por alguna mala razón, sino porque se trataba del nombre de alguien que, de alguna forma, compartía el mismo sentimiento por el arte de la espada, y era algo sumamente emocionante para ella poder compartir palabras y momentos con alguien así, pues no todos en el Dojo son capaces de otorgarle esa importancia y deseo a aquel bello arte. La razón de Alistair para aprender el Santoryu trajo recuerdos del muelle de Shimotsuki a la cabeza de Anko, el joven estaba en lo cierto, los tiempos cambian y los lugares cada vez se vuelven más peligrosos, especialmente cuando los piratas navegan sin control y hacen lo que quieren allá a donde van.

— Te entiendo… Tras el comienzo de la gran era pirata todo se descontroló, ahora es más fácil encontrarte con un indeseable dispuesto a quitarte tus cosas, o hasta la vida, hay criminales que no les interesa nada y no les tiembla la mano para quitar una vida… —. Sus palabras cargaban un recelo profundo, talvez generalizada o talvez no, pero el simple hecho de recordar que su madre, una inocente médica, fuera asesinada por un grupo de piratas que no encontró algo mejor que hacer, le enfermaba, más cuando ninguno de ellos había sido atrapado, o al menos no que ella supiera.

El enfoque de la conversación fue colocado en ella de forma astuta por Alistair, devolviendo la pregunta sobre el porqué del interés de ella en el Santoryu. — Dos motivos… —. Comenzó con su respuesta de forma vaga. — El primero es que tengo un enorme gusto por el manejo de la espada, creo que ya lo notaste —. Habló con una sonrisa y un leve rubor en sus mejillas. — Mi padre es un Teniente de la Marina, y llegó hasta ahí por su habilidad con la espada, desde niña, lo veía blandirla y ahí fue donde comenzó mi interés… —. Tras decir eso, el tono de su voz bajaría levemente y sus palabras tomarían de nuevo ese recelo que ya había presentado momentos atrás. — Y el segundo… Quiero ser una maestra del Santoryu para usarlo en repartir justicia a los criminales, quisiera un mundo en el que la ley y el orden prevalezcan… Y para ello, también me uniré a la Marina cuando pueda… —. Dijo sin titubeos.

A diferencia de Alistair, que el mencionar su deseo de ayudar a la Armada Revolucionaria podría generarle problemas, sí alguien mencionaba querer unirse a la Marina siempre era motivo de orgullo en las personas, pues se trataba de una organización legal aprobada por el Gobierno Mundial y a pesar de toda la corrupción que alguna vez hubo en la organización, había que destacar a los marines que sí luchaban por un mundo mejor y no cedían ante la maldad o la brillantez de algunos berries para ignorar crímenes. Anko se dio cuenta del tono que tomó su voz, un tono que talvez podría generar un sentimiento de nerviosismo en el joven, o talvez no, fuese como fuese, ella suspiró y se relajó.

— Te pido disculpas, no quise… hablar así, no me refiero a controlar todo lo que la gente hace, sino ser justos y castigar a quien se tenga que castigar… No quisiera que nadie más tuviera que pasar por lo que pasé… —. Pero no dijo más, dejó al aire su último comentario mientras el dúo seguía caminando. El Dojo Jigoku No Tsuno aún no estaba a la vista y todavía faltaban recorrer algunos metros más antes de poder llegar a él, pero la conversación aligeraba el trayecto y lo volvía hasta divertido.
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RE: [C-Pasado] Los tres colmillos del cuervo [Priv. Anko] - por Anko - 18-10-2024, 04:05 AM

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