Mayura Pavone
El Pavo Real del Oceano
18-10-2024, 04:25 AM
Mayura, al recibir el intenso gesto de Alpha, permaneció inmóvil por un breve instante, sintiendo el poder que emanaba de la cercanía de su acompañante. Era un gesto audaz, lleno de fuerza y dominación, uno que habría hecho vacilar a muchos otros, pero para Mayura, era solo una confirmación de lo que ya había sospechado: Alpha no era como los demás. El pavo real del océano no retrocedió, pero tampoco rompió el contacto visual. Sus ojos grises, afilados por la sorpresa y el creciente interés, se mantuvieron fijos en los de Alpha mientras sus palabras, tan directas como su actitud, continuaban envolviéndolo, causando un sinfín de reacciones en cadena en el elegante pirata.
Cuando el joven cazador tomó su camisa, acercándolo, la distancia entre ambos desapareció, dejando a Mayura con una extraña sensación de excitación y desafío. — Pero si ya me has inclinado hacia tú altura. — dijo en tono burlón y seductor, contemplando a su cada detalle del rostro de Alpha, aprovechando la cercanía en esta solitaria madrugada. Su instinto natural era de querer retomar el control de la situación, pero sabía que, por el momento, Alpha tenía la ventaja en este juego. La mordida en su labio inferior, breve pero reveladora, solo avivó aún más su interés.
— Ah... — murmuró suavemente, mientras se enderezaba una vez que Alpha lo soltó. El toque atrevido del cazador no había sido ni esperado ni desagradable, pero estaba lejos de ser algo que él simplemente aceptaría sin responder. — Debo admitir que no esperaba... ese tipo de "reclamo." — sonrió de manera juguetona, volviendo a su tono seductor y relajado. Alpha había roto esa línea invisible del poder verbal, elevando la tensión entre ambos a un nuevo nivel. Y eso le encantaba al pavo real.
El pirata observó mientras Alpha recuperaba su lanza y se alejaba brevemente, mirando al cielo con esa tranquilidad propia de alguien que sabía quién era y lo que quería. Mayura, por otro lado, se mantuvo firme en su lugar, reflexionando sobre las palabras de Alpha. "Una criatura", había dicho el joven cazador, sin miedo alguno en expresar sus deseos más primitivos, sus ambiciones más puras. Era algo curioso para alguien tan acostumbrado a las máscaras y las mentiras del mundo, ver a alguien tan crudo y honesto sobre sus intenciones.
— Una criatura... — repitió en voz baja, como si estuviera saboreando la palabra. Luego, con la misma elegancia que siempre lo caracterizaba, Mayura se acercó lentamente hacia Alpha, hasta estar a su lado una vez más. — Quizás sea lo que más me intriga de ti. — confesó, su tono más suave y sincero ahora, dejando a un lado la seducción por un instante. — No eres como el resto, y eso... me atrae. — añadió con una sonrisa leve, aunque esta vez no era el gesto afilado y coqueto que solía usar, sino algo más genuino.
Pero Mayura no podía resistir la tentación de jugar un poco más. Se inclinó hacia él, acercándose lo suficiente para que sus palabras fueran un susurro en el oído de Alpha. — Aunque, si me quieres "reclamar"... tendrás que hacer mucho más que eso. — dijo con una risa suave antes de retirarse nuevamente, manteniendo el juego en el aire, pero dejando claro que él no sería tomado tan fácilmente, ni siquiera por alguien tan intrigante como Alpha.
— ¿Tu manada? — continuó con el mismo tono juguetón, aunque su mente ya estaba considerando seriamente la oferta de Alpha. — Debo admitir que el concepto de tener una manada no me es del todo ajeno. Después de todo, todos buscamos un lugar donde pertenecer, ¿no? — concluyó, sus ojos fijos en los de Alpha, evaluando cada movimiento, cada palabra.
La tensión entre ambos se mantenía palpable, pero también cargada de una curiosidad compartida que Mayura no había sentido en mucho tiempo. Alpha había logrado algo que pocos podían: capturar su atención por completo, no solo como un potencial aliado, sino también como un compañero en este peligroso y seductor juego de voluntades que ambos parecían disfrutar tanto, a tal punto que el elegante pirata no podía permitirse perder en este juego y decidió posponerlo. Haría parecer que estaba indignado a pesar de todo lo que había mostrado, daría media vuelta y buscaría perderse en la noche, no tenía donde dormir, pero eso era lo de menos, no podía permitirse estar cerca de Alpha en esta noche tras unos tragos, pero, ahora debía pensar en “formar una manada con un Cazador”.
— ¡Espero verte pronto querido Alpha!— vociferó mientras se alejaba de la escena, empezando a perderse entre las sombras de la noche. — Espero que disfrutes el resto del licor, querido Alpha. Yo, por mi parte, necesito un tiempo para reflexionar... aunque claro, no creas que será por mucho tiempo. — continuó con un tono irónico, sarcástico y seductor. — La próxima vez que nos veamos, deberás demostrarme que tan capacitado estas para reclamarme. No debería ser un problema si mi aroma es tan dulce como dices. — concluyó con aquel chiste seductor, finalmente perdiéndose en las sombras. Sin duda la noche había mejora y terminado de una forma mucho más interesante y entretenida de lo que esperaba, Mayura no paraba de saborear su labio inferior, aquel cazador le había lastimado un poco, pero solo lo necesario para que el pavo saboreara su propia sangre durante el resto de la noche y los próximos días, recordando con excitación esta madrugada y espero con ansias reencontrarse con aquel que deseaba reclamarlo.
Cuando el joven cazador tomó su camisa, acercándolo, la distancia entre ambos desapareció, dejando a Mayura con una extraña sensación de excitación y desafío. — Pero si ya me has inclinado hacia tú altura. — dijo en tono burlón y seductor, contemplando a su cada detalle del rostro de Alpha, aprovechando la cercanía en esta solitaria madrugada. Su instinto natural era de querer retomar el control de la situación, pero sabía que, por el momento, Alpha tenía la ventaja en este juego. La mordida en su labio inferior, breve pero reveladora, solo avivó aún más su interés.
— Ah... — murmuró suavemente, mientras se enderezaba una vez que Alpha lo soltó. El toque atrevido del cazador no había sido ni esperado ni desagradable, pero estaba lejos de ser algo que él simplemente aceptaría sin responder. — Debo admitir que no esperaba... ese tipo de "reclamo." — sonrió de manera juguetona, volviendo a su tono seductor y relajado. Alpha había roto esa línea invisible del poder verbal, elevando la tensión entre ambos a un nuevo nivel. Y eso le encantaba al pavo real.
El pirata observó mientras Alpha recuperaba su lanza y se alejaba brevemente, mirando al cielo con esa tranquilidad propia de alguien que sabía quién era y lo que quería. Mayura, por otro lado, se mantuvo firme en su lugar, reflexionando sobre las palabras de Alpha. "Una criatura", había dicho el joven cazador, sin miedo alguno en expresar sus deseos más primitivos, sus ambiciones más puras. Era algo curioso para alguien tan acostumbrado a las máscaras y las mentiras del mundo, ver a alguien tan crudo y honesto sobre sus intenciones.
— Una criatura... — repitió en voz baja, como si estuviera saboreando la palabra. Luego, con la misma elegancia que siempre lo caracterizaba, Mayura se acercó lentamente hacia Alpha, hasta estar a su lado una vez más. — Quizás sea lo que más me intriga de ti. — confesó, su tono más suave y sincero ahora, dejando a un lado la seducción por un instante. — No eres como el resto, y eso... me atrae. — añadió con una sonrisa leve, aunque esta vez no era el gesto afilado y coqueto que solía usar, sino algo más genuino.
Pero Mayura no podía resistir la tentación de jugar un poco más. Se inclinó hacia él, acercándose lo suficiente para que sus palabras fueran un susurro en el oído de Alpha. — Aunque, si me quieres "reclamar"... tendrás que hacer mucho más que eso. — dijo con una risa suave antes de retirarse nuevamente, manteniendo el juego en el aire, pero dejando claro que él no sería tomado tan fácilmente, ni siquiera por alguien tan intrigante como Alpha.
— ¿Tu manada? — continuó con el mismo tono juguetón, aunque su mente ya estaba considerando seriamente la oferta de Alpha. — Debo admitir que el concepto de tener una manada no me es del todo ajeno. Después de todo, todos buscamos un lugar donde pertenecer, ¿no? — concluyó, sus ojos fijos en los de Alpha, evaluando cada movimiento, cada palabra.
La tensión entre ambos se mantenía palpable, pero también cargada de una curiosidad compartida que Mayura no había sentido en mucho tiempo. Alpha había logrado algo que pocos podían: capturar su atención por completo, no solo como un potencial aliado, sino también como un compañero en este peligroso y seductor juego de voluntades que ambos parecían disfrutar tanto, a tal punto que el elegante pirata no podía permitirse perder en este juego y decidió posponerlo. Haría parecer que estaba indignado a pesar de todo lo que había mostrado, daría media vuelta y buscaría perderse en la noche, no tenía donde dormir, pero eso era lo de menos, no podía permitirse estar cerca de Alpha en esta noche tras unos tragos, pero, ahora debía pensar en “formar una manada con un Cazador”.
— ¡Espero verte pronto querido Alpha!— vociferó mientras se alejaba de la escena, empezando a perderse entre las sombras de la noche. — Espero que disfrutes el resto del licor, querido Alpha. Yo, por mi parte, necesito un tiempo para reflexionar... aunque claro, no creas que será por mucho tiempo. — continuó con un tono irónico, sarcástico y seductor. — La próxima vez que nos veamos, deberás demostrarme que tan capacitado estas para reclamarme. No debería ser un problema si mi aroma es tan dulce como dices. — concluyó con aquel chiste seductor, finalmente perdiéndose en las sombras. Sin duda la noche había mejora y terminado de una forma mucho más interesante y entretenida de lo que esperaba, Mayura no paraba de saborear su labio inferior, aquel cazador le había lastimado un poco, pero solo lo necesario para que el pavo saboreara su propia sangre durante el resto de la noche y los próximos días, recordando con excitación esta madrugada y espero con ansias reencontrarse con aquel que deseaba reclamarlo.