Drake Longspan
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18-10-2024, 05:55 AM
(Última modificación: 18-10-2024, 06:00 AM por Drake Longspan.)
La lucha por Oykot se desata con fervor entre el grupo tan peculiar de revolucionarios que se había formado en la isla. Decididos a liberar su hogar de las garras de la corona.
En el centro del caos, Lobo Jackson, el mink que parece sacado de un videoclip de Thriller (Bark), lleva su guitarra como si fuera un arma. Mientras avanza, cada acorde que toca resuena como un himno, contagiando a compañeros y muchedumbre.
Consiguiendo alcanzar el alto de los tejados, Lobo observa el avance del agua tras la ruptura de una presa, un desastre natural que amenaza con arrastrar a sus aliados como si fueran patos de goma, o peor aún, como estaban arrastrando a aquellos guardias reales.
Lobo consigue advertir del peligro inminente y alerta a su equipo, instándolos a tomar posiciones más altas. Es un momento en el que el caos se encuentra con la previsión, algo que podría inspirar a cualquier héroe de acción o bardo en busca de inspiración para nuevas historias.
Mientras tanto, Tofun avanza junto a Umibozu, una gigantesco Wotan cuyo nombre evoca a un yokai marino, de presencia imponente, podría haber sido el personaje principal de alguna historia de terror de marinos. Navegan por el río desbordado, pero el hedor que emana de la zona es tan abrumador que incluso el más resistente de los soldados tendría que contener la respiración. Tofun se mueve ágilmente, dejando claro que, aunque la situación es crítica, siempre hay un lugar para dejarse llevar.
Hato remata a aquellos pobres guardias que no fueron alcanzados por alguna extraña razón por parte de la llegada de Tofun y viceversa. Gracias al dial de propulsión, consigue subirse a tiempo a un tejado.
Lemon, con un código ético propio y no por ello menos cuestionable, ha decidido que matar no está en su lista de cosas por hacer. En lugar de eso, se toma un momento para reflexionar sobre su visión de la revolución mientras limpia su martillo como si se tratara de una pieza de arte... Y vísceras. Aunque desde el techo todo es más bonito, preguntadle a Miguel Ángel.
En las alturas, Rocket observa la escena con la tranquilidad de un estratega. La coordinación de su grupo es tan impecable que parece el resultado de meses de ensayo, aunque en realidad es pura improvisación. Con un disparo bien calculado, se prepara para actuar, consciente de que no puede permitirse fallar en un momento tan crítico.
Apunta a Mae Sinfo y con todo su descaro...
¡Boom!
— ¡Wuaaaaaaaaaaaaaaaaah! ¡Mapachito! Yo te quería.
Alistair, que se lanza entre los tejados como si fuera un atleta olímpico, buscando ayudar bajo cualquier concepto al grupo de revolucionarios implicado. Su determinación es inquebrantable.
La llegada de Karina, la indomable junto a los balleneros daban un nuevo aire de esperanza. Con discursos motivadores, su presencia revitaliza a los revolucionarios, quienes se preparan para la lucha final. Umibozu, el coloso marino, se convierte en una plataforma segura de donde lanzar su ataque, mostrando que incluso en medio de la destrucción hay espacio para un monstruo marino capaz de llevarlos a un futuro mejor.
La revolución está en marcha, y nada parecía poder detenerla. Los refuerzos de la guardia real son atacados por los balleneros, los cuales evitan a toda costa enfrentarse a la Marina, ya qué ellos solo estaban cumpliendo con su labor. Aunque no por eso dejarían que se llevasen a los revolucionarios así como así...
Hoy era un día de cambio.
O al menos, eso parecía hasta la apertura del submarino. De él, comienzan a emerger guardias de elite como si fueran topos de un huerto de cebollas. Armados hasta los dientes, lanzan varias granadas de humo en dirección a los tejados, buscando dificultar la visibilidad, los propios marines, quedan consternados ante dicho acto.
El disparo que rozó el hombro de Mae Sinfo fue un recordatorio escalofriante de lo peligroso que se había vuelto todo. Pero la suboficial no iba a dejar que eso la detuviera. Sus ojos brillaban de determinación mientras observaba la situación de la gente que emergía del agua. Con los ojos vidriosos del dolor, miró en la distancia a su futura mascota. Le murmuró algo ininteligible, algo que si Rocket hubiese logrado escuchar, le habría dado escalofríos y posiblemente pesadillas. Algo que le habría hecho arrepentirse por ser Mink. Sin embargo, giró su rostro en dirección al submarino, con el hombro sangrando y el rostro completamente endurecido.
— ¡OyE, MaLdItO BaStArDo, HiJo dE Un KRaKeN iMpOtEnTe!
Los marines que acompañaban a la suboficial comenzaron a temblar. La Suboficial había despertado. Saltó a lo alto del tejado más próximo al submarino, intentando mejorar su visión. El ajetreo de civiles huyendo, balleneros combatiendo junto a Karina y aquel grupo de revolucionarios que se debatían entre la huida y el escape, cumplir la misión o fracasar.
Vida o muerte.
— Eso es súper inaceptable. El uso de gas lacrimógeno no está permitido en Islas bajo protección de la Marina sin autorización. ¡Eso es considerado terrorismo! Minnas, detenedles. No dejen que la tristeza inunde el mundo, la justicia es adorable.
Los ojos de Mae Sinfo cambiaron a un tono lúgubre, completamente ennegrecidos.
— En cuanto a ustedes... Hijos de la sal de fruta...
Mae Sinfo se lanzó sola sin protección alguna contra el grupo de guardias de élite que estaban cometiendo crímenes en contra de los civiles de Oykot. En su escala de valores, la detención de los revolucionarios era una prioridad ligeramente inferior, primero debía terminar con la guerra civil para proteger el mayor número de vidas posibles y evitar muerdes absurdas.
bar401
BáRBARO
Ofensiva Activa
Tier 4
No Aprendida
46
2
Para ejecutar esta técnica será necesario que el usuario salte para adquirir altura o se lance desde alguna posición elevada. Consiguiendo entonces sumar a su propia fuerza la energía potencial de la caída, logrando un demoledor impacto de 5 metros de radio. Ganando un extra de 15 daño y 1 metro de radio por cada 3 metros de caída.
Golpe Básico + [FUEx2,5] de [Daño contundente]
Cinco de los quince guardias de élite salen disparados debidos al fuerte impacto de la suboficial, sin embargo, el resto parece decidido a perseguir y acabar con la vida del grupo revolucionario, aprovechando la confusión y el humo...
Tic, tac.