Hay rumores sobre…
... que existe un circuito termal en las Islas Gecko. Aunque también se dice que no es para todos los bolsillos.
[Común] [C-Pasado] Una deuda de sangre
Anissa Marr
Nissa
Parecía que el peliblanco y yo no tendríamos mucho conflicto a la hora de elegir a quien iría apuntado mi rifle, sentí un pequeño alivio al saber que no existiría siquiera la intención de asesinar a un infante o cometer un homicidio en presencia de uno. Era una situación desafortunada cuando algo así sucedía, pero desgraciadamente era más común de lo que uno esperaba; desafortunadamente ya había estado en presencia de uno de esos sucesos y no era una imagen sencilla de olvidar, sin importar que tanto se intentase.

Pero Muzen no estaba dispuesto a solamente tomar mi palabra como prueba suficiente de mi habilidad como tiradora, no podía culparle a decir verdad ya que había sacrificado la posible recompensa que le dieran por llevar mi cabeza ante su empleador por, lo que de momento, era algo no tangible. Pude ver como una idea se manifestó en los ojos de Muzen mientras se ponía de pie y tomaba su bebida dirigirse a una zona de juegos que estaba implementada en aquél lugar. Lo seguí, tomando solamente mi rifle y colocándolo a mi espalda con una tira de cuero que se aseguraba de mantenerla en posición. Un par de hombres estaban ahí, lanzando dardos a una diana con una destreza escasa, aunque algo de eso podría deberse a que el nivel de alcohol en su sangre era probablemente elevado. -¿Un juego?- respondí volteando a ver a Muzen. Mi madre solía decirme que no era correcto el jugar con la comida, y si tenía que comparar mi habilidad con la de esos hombres pues… digamos que sería mucho más justo el comparar la fuerza de un elefante con un par de recién nacidos. Sabía que podía acertar en el centro con los ojos cerrados y si me concentraba un poco incluso llegaría a acertar en el mismo punto tres veces seguidas. Decirle juego a eso era tenerles mucha esperanza a aquellos hombres.

Pero la idea de Muzen no era que simplemente les derrotara, quería que les estafara haciéndoles creer que no tenía la capacidad para jugar y así sintieran una falsa seguridad para que apostaran su dinero. Una vez que la apuesta fuera hecha tendría que demostrar mis verdaderas habilidades y ganar sin muchas complicaciones; una buenísima idea a decir verdad ya que era ganar dinero fácil aunque sentía que tenía una ligera falla. Si los hombres sentían que se les había estafado cabía la posibilidad que quisieran recuperar su dinero de manera violenta, y aunque parecía que Muzen era lo suficientemente fuerte para acabar con ambos de un solo golpe prefería que todo se resolviera de manera calmada, sin hacer mucho ruido para no atraer más ojos de los necesarios. –Bien, déjamelo a mí. Sígueme la corriente y solo interfiere si te lo pido.- le susurré para que no alcanzaran a escuchar los hombres que estaban a punto de ser estafados.

-Te digo que no hay nada como un buen reto de dardos, mi familia y yo solíamos apostar entre nosotros en los días de descanso de… mi padre.- le dije a Muzen en un tono mimado, asegurándome de usar el volumen suficiente para que ambos hombres se giraran en nuestra dirección. Había dado un golpe directo al captar su atención y meterles en la cabeza la idea de apostar con una sencilla frase. Me acerqué a la diana y tomé los 6 dardos que estaban ahí para después tomar la distancia que estaba marcada en el suelo. Con un par de movimientos torpes fingí que me estaba preparando para tirar el primero mientras de reojo veía como los hombres posaban su mirada en mí. –¡Rayos! Debo estar un poco oxidada.- dije mientras seguía con la actuación al lanzar el primero de los dardos y que este cayera en el número 1; la puntuación más baja. Comencé a hacer nuevamente los movimientos torpes de preparación para lanzar nuevamente aunque esta vez el dardo cayó en el número 20, siendo esta la mayor puntuación sin contar multiplicadores y el acierto al centro. -¡Vez, te lo dije, talento tengo para mantener una vida apostando en este juego!- le dije a Muzen en el mismo tono que use anteriormente solo que esta vez lo combiné con un par de saltos y un movimiento de manos que me hacían ver como una niña mimada. El último lo tiré con seguridad, acertando en la banda más cercana al centro con el número diez, lo que significaba que había sumado 30 puntos. -¡JA! 51 puntos en una ronda, seis rondas similares y ya le habré ganado un juego a cualquiera.- seguí hablando con Muzen solo que en esta ocasión una voz proveniente de esos dos hombres hizo que me girara.

-Veo que tienes talento muchachita, ¿qué te parecería una pequeña partida? Claro, con una apuesta de por medio.- dijo uno de los hombres mientras se limpiaba los restos de cerveza que estaban cayendo de sus labios. –Me encantaría, realmente no tengo mucho dinero con el qué pagar. Así que no se me ocurre cómo podría pagarles.- dije en un tono inocente mientras sacaba el pecho, no de manera seductora, para no ser tan evidente, sino para hacer que esos hombres perdieran el foco por completo. –No te preocupes hermosa, ya encontraremos una manera de arreglarnos.- dijo el hombre mientras se relamía los labios de manera lasciva, dejando entrever sus intenciones de manera muy obvia.

El hombre me dio la oportunidad de ser la primera en tirar, e hice apenas 41 puntos acertando en el número 1 y en el 20 dos veces. Los hombres comenzaron a reír, seguros que su victoria estaba mucho más cercana que lejana. Después siguió el hombre haciendo un puntaje de 80, cosa que comenzó a llamar la atención de la gente haciendo que varios se pararan de sus lugares para acercarse a la zona de juegos. –Mira muchachita, esto es lo que causa un verdadero talento para el entretenimiento. ¿Qué te parece si aumentamos la apuesta? El perdedor se volverá propiedad del otro.- dijo, como si quisiera que la presión social me hiciera aceptar su ilegal propuesta. La gente comenzó a emocionarse con tal apuesta, ansiosos en espera de mi respuesta mientras que uno de ellos comenzaba a marcar los puntajes para que todos pudieran observar con claridad quién iba ganando. –Muy bien, acepto. Con la condición de que la subamos aún más. Si tú ganas, yo y mi amigo seremos su propiedad, pero si yo gano tú y tu amigo serán nuestros, sin rechistar.- contesté para después escuchar una ovación de la gente ya que el juego se había vuelto más interesante.

Era mi turno nuevamente, y me acomodé en posición de tiro haciendo números para ver que tanto puntaje necesitaba para terminar en el turno siguiente. 80 era el número mágico para quedar a 180 puntos que fácilmente podría hacer pegándole al 20 multiplicado por 3, 3 veces logrando una hazaña casi imposible para muchos. 80 puntos era lo que necesitaba, y 80 puntos fue lo que logré sin mucho esfuerzo haciendo que el furor de la gente siguiera en avance. –Vaya, parece que ya decidiste despertar, niña. Demasiado tarde, lastimosamente.- dijo el hombre seguro de que se encontraba con una amplia ventaja, imposible de remontar. En esta ocasión tiro 85 puntos, poco más que lo del turno anterior pero no lo suficiente como para si quiera hacerme pelea. –Jajajajaja, ¿Estás lista para servirme de todas formas, preciosura?- siguió con su tono molesto.

El final del juego era inminente, a mi rival le hacían falta 136 puntos y a mí 180, así que esta ronda era seguramente la última. Me coloqué en posición por última vez y me volteé ver a Muzen. –Creo que conseguí un poco más de lo que has pedido.- le dije mientras mantenía mi mirada en él y lanzaba los 3 dardos de manera simultánea golpeando los tres casi en el mismo punto, como si los dardos estuvieran abrazándose. La gente se volvió loca cuando los dardos golpearon en la diana haciendo el puntaje más alto posible en un turno. Los hombres intentaron correr, pero se vieron frenados por la gente que había disfrutado del juego, a pesar de ser un lugar en donde la ley no tenía cabida seguían existiendo algún tipo de retorcido código de moral. Eventualmente los hombres se rindieron y terminaron postrados a nuestros pies, con los bolsillos vacíos y una bolsa de tela en frente en donde habían puesto todo su dinero y pertenencias de valor. –Todo tuyo, compañero.- dije mientras volteaba a ver a Muzen. -¿Satisfecho?- continué mientras me sentaba nuevamente en la mesa para seguir disfrutando de mi bebida.

Ese fue el inicio de mi historia con Muzen, con quien viviría varias aventuras desafortunadas que nos llevaron a unirnos a la tripulación de King en donde encontraría un sentido de la camaradería y una posible familia que podía ayudarme a cumplir mis objetivos sin pedir nada a cambio. No tenía bien en claro quién se había encargado de apartarle de mi lado, pero estaba completamente segura de que no descansaría hasta que los responsables de que perdiéramos a uno de nuestros nakamas pagarían con sangre sin importar si se trataba de una banda pirata, la marina o incluso el mismísimo gobierno mundial. El sonido de la bala saliendo del rifle de Anissa sería lo último que escucharan sus oídos antes de dirigirse al otro mundo.
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[C-Pasado] Una deuda de sangre - por Muzen Kibutsuji - 27-07-2024, 07:50 AM
RE: [C-Pasado] Una deuda de sangre - por Anissa Marr - 27-07-2024, 09:27 AM
RE: [C-Pasado] Una deuda de sangre - por Anissa Marr - 02-08-2024, 06:20 AM
RE: [C-Pasado] Una deuda de sangre - por Anissa Marr - 28-08-2024, 08:56 AM
RE: [C-Pasado] Una deuda de sangre - por Anissa Marr - 08-09-2024, 06:00 AM
RE: [C-Pasado] Una deuda de sangre - por Anissa Marr - 23-09-2024, 10:45 AM
RE: [C-Pasado] Una deuda de sangre - por Anissa Marr - 05-10-2024, 07:39 AM
RE: [C-Pasado] Una deuda de sangre - por Anissa Marr - 18-10-2024, 10:30 AM

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