Gretta
La Devoramundos
18-10-2024, 02:17 PM
Ante tus palabras amables de despedida, ves a los señores mayores asentir y cuchichear.
—La juventud sigue manteniendo el respeto.
—A mí me recuerda a mi nieto.
—Si no fuese un pez, le presentaba a mi hija.
Te alejas del grupo, que sigue a lo suyo comiendo sardinas y bebiendo cerveza, y te acercas a la pareja de marines que está hablando con la señora. Tu sombra se impone sobre los cuerpos de los dos marines, que se quedan parados un momento y luego se giran para ver qué o quién les está observando de cerca. Ante tu abrupta interrupción en la conversación que mantenían, todos se quedan parados, para cuando han asimilado lo que has dicho, ya has vuelto a hablar…
Los dos marines se miran como sin saber qué hacer, entonces uno de ellos, el más joven, salta.
—Disculpe… Esto es cosa de la marina, si quiere ayudar, déjenos hacer nuestro trabajo. Te dice, serio y dejando correr su ímpetu, pero sin perder el respeto que le genera tu figura.
Su compañero asiente con firmeza ante las palabras del más joven. La mujer, que es bastante mayor y le queda poca paciencia en este mundo, al contrario que los dos marines, se acerca enseguida a ti.
—Sí, es básicamente lo que llevo diciéndole a estos dos pazguatos toda la mañana— Los mira con una mezcla de asco. —Garril tiene que estar en la zona del acantilado; siempre hace la misma ruta, coge su barca y sale hacia allí todas las mañanas. Solo espero que esté bien, vaya, señor, por favor. Te dice la señora, señalando en una dirección…
El acantilado de Kilombo es conocido en toda la isla como "EL QUITAPENAS". Es una zona que los jóvenes y los desesperados usan para saltar, los primeros compitiendo por ver quien hace las mayores piruetas en el aire y los segundos para poner fin a sus vidas. También es muy conocido que en su zona baja hay todo un laberinto de cavernas, moldeadas por el agua.
—La juventud sigue manteniendo el respeto.
—A mí me recuerda a mi nieto.
—Si no fuese un pez, le presentaba a mi hija.
Te alejas del grupo, que sigue a lo suyo comiendo sardinas y bebiendo cerveza, y te acercas a la pareja de marines que está hablando con la señora. Tu sombra se impone sobre los cuerpos de los dos marines, que se quedan parados un momento y luego se giran para ver qué o quién les está observando de cerca. Ante tu abrupta interrupción en la conversación que mantenían, todos se quedan parados, para cuando han asimilado lo que has dicho, ya has vuelto a hablar…
Los dos marines se miran como sin saber qué hacer, entonces uno de ellos, el más joven, salta.
—Disculpe… Esto es cosa de la marina, si quiere ayudar, déjenos hacer nuestro trabajo. Te dice, serio y dejando correr su ímpetu, pero sin perder el respeto que le genera tu figura.
Su compañero asiente con firmeza ante las palabras del más joven. La mujer, que es bastante mayor y le queda poca paciencia en este mundo, al contrario que los dos marines, se acerca enseguida a ti.
—Sí, es básicamente lo que llevo diciéndole a estos dos pazguatos toda la mañana— Los mira con una mezcla de asco. —Garril tiene que estar en la zona del acantilado; siempre hace la misma ruta, coge su barca y sale hacia allí todas las mañanas. Solo espero que esté bien, vaya, señor, por favor. Te dice la señora, señalando en una dirección…
El acantilado de Kilombo es conocido en toda la isla como "EL QUITAPENAS". Es una zona que los jóvenes y los desesperados usan para saltar, los primeros compitiendo por ver quien hace las mayores piruetas en el aire y los segundos para poner fin a sus vidas. También es muy conocido que en su zona baja hay todo un laberinto de cavernas, moldeadas por el agua.