Atlas
Nowhere | Fénix
19-10-2024, 01:37 AM
Pues sí, al ver que la mujer parece prestarse a pasar por el aro si tus aportaciones le convencen decides dar un paso hacia delante haciendo referencia nada más y nada menos que a la Marina. Ella arquea una ceja en el momento en que escucha esa palabra y puedes notar cómo quienes la acompañan se tensan un poco, como si acabases de sacar una suerte de tabú a la palestra.
Tu discurso continúa y puedes comprobar cómo la de la trenza intercambia miradas ocasionalmente con sus compañeros, sobre todo con el que estaba moviendo las jarras encima de la mesa anteriormente. Creo que no es ninguna locura suponer que son ellos dos quienes toman las decisiones de peso en ese grupo.
—Bueno, creo que podemos llevarnos bien —sentencia finalmente ella con un comentario que va seguido de la relajación casi completa de sus acompañantes—. Mi nombre es Marcelle y estos son mis chicos. Nos hemos enterado de que dentro de poco vendrá un barco cargado de... juguetes de alta gama. Su propietario es un tanto... conflictivo, pero desde hace unos meses estamos pensándonos dejar atrás el East Blue e ir más allá de la Red Line. Nuestra intención es reforzarnos con el contenido de ese barco para poder marcharnos. Allí pasará lo que tenga que pasar, pero es una zona donde el Gobierno Mundial tiene mucha menos influencia que aquí. Si cruzamos, tal vez podamos irnos de rositas y buscar la verdadera libertad.
En el cuartel de Loguetown e Isla Kilombo, así como en bases más pequeñas de la Marina esparcidas por el East Blue, no es raro encontrar carteles que anuncian el nombre de los Piratas de Marcelle con nada más y nada menos que seis ceros siguiendo a un quince bajo el rostro de la mujer con la que hablas. No sé si la habrás visto o no, pero en más de un lugar la conocen bien. Desde luego, la mujer tiene agallas a juzgar por lo que te está contando.
—Nuestro plan es el siguiente: sabemos que el barco objetivo lleva... autoridades camufladas en su interior para no levantar sospechas —comienza a decir entonces Berto, el tipo que estaba moviendo las jarras previamente—. Intentar entrar a las bravas es una auténtica locura, pero si conseguimos atraer su atención y reducir lo máximo posible el número de efectivos a bordo tal vez incluso podamos robar el propio barco. En un supuesto ideal, nos lo llevaríamos a un islote cercano que tenemos localizado, iríamos con nuestro barco, cogeríamos lo que pudiésemos llevar y dejaríamos lo que sobrase en el islote. Si no fuese posible, sencillamente robaríamos cuanto nos pudiéramos llevar, pero creo que podremos sacarlos a todos. —Entonces comienza a mover de nuevo las jarras—. Lo que haremos será crear una distracción en el muelle que no puedan ignorar. Deff, Vling y Mutt iniciarán una pelea en un sitio que puedan ver. Harán mucho ruido y en un momento dado abrirán fuego contra la nada. Entonces, Marcelle gritará y saldrá corriendo hacia el barco para pedir ayuda. La pelea seguirá cueste lo que cueste para que sea necesario que salgan muchos de ellos, cuantos más mejor. Una vez lo hagan, nos colaremos en el barco, nos haremos con las armas y no tendrán más remedio que hacer lo que les pidamos. Tenemos que intentar no herir a ninguno, mucho menos matarlos. Si hay algún motivo por el que no nos dejarán en paz nunca es porque, encima de robarles, acabemos con uno de los suyos. ¿Alguna duda?
Están muy convencidos de que todo va a funcionar a pedir de boca. No sé si a ti te parecerá que es algo que puede cuajar o no, aunque para sacar partido de algo quizás no es necesario que funcione a las mil maravillas, sino que a ti te valga de forma paralela. En cualquier caso, éstas y otras muchas más son consideraciones que sólo te corresponden a ti.
Esperarán a que les cuentes lo que tienes pensado y, salvo que haya algo extremadamente raro o que les haga sospechar en lo que les cuentas, te propondrán citaros mañana por la noche en la zona que Marie te reveló para intentar dar un golpe conjunto. Puedes narrar a tu gusto hasta entonces, así como tu llegada al muelle objetivo cuando llegue la hora.
Tu discurso continúa y puedes comprobar cómo la de la trenza intercambia miradas ocasionalmente con sus compañeros, sobre todo con el que estaba moviendo las jarras encima de la mesa anteriormente. Creo que no es ninguna locura suponer que son ellos dos quienes toman las decisiones de peso en ese grupo.
—Bueno, creo que podemos llevarnos bien —sentencia finalmente ella con un comentario que va seguido de la relajación casi completa de sus acompañantes—. Mi nombre es Marcelle y estos son mis chicos. Nos hemos enterado de que dentro de poco vendrá un barco cargado de... juguetes de alta gama. Su propietario es un tanto... conflictivo, pero desde hace unos meses estamos pensándonos dejar atrás el East Blue e ir más allá de la Red Line. Nuestra intención es reforzarnos con el contenido de ese barco para poder marcharnos. Allí pasará lo que tenga que pasar, pero es una zona donde el Gobierno Mundial tiene mucha menos influencia que aquí. Si cruzamos, tal vez podamos irnos de rositas y buscar la verdadera libertad.
En el cuartel de Loguetown e Isla Kilombo, así como en bases más pequeñas de la Marina esparcidas por el East Blue, no es raro encontrar carteles que anuncian el nombre de los Piratas de Marcelle con nada más y nada menos que seis ceros siguiendo a un quince bajo el rostro de la mujer con la que hablas. No sé si la habrás visto o no, pero en más de un lugar la conocen bien. Desde luego, la mujer tiene agallas a juzgar por lo que te está contando.
—Nuestro plan es el siguiente: sabemos que el barco objetivo lleva... autoridades camufladas en su interior para no levantar sospechas —comienza a decir entonces Berto, el tipo que estaba moviendo las jarras previamente—. Intentar entrar a las bravas es una auténtica locura, pero si conseguimos atraer su atención y reducir lo máximo posible el número de efectivos a bordo tal vez incluso podamos robar el propio barco. En un supuesto ideal, nos lo llevaríamos a un islote cercano que tenemos localizado, iríamos con nuestro barco, cogeríamos lo que pudiésemos llevar y dejaríamos lo que sobrase en el islote. Si no fuese posible, sencillamente robaríamos cuanto nos pudiéramos llevar, pero creo que podremos sacarlos a todos. —Entonces comienza a mover de nuevo las jarras—. Lo que haremos será crear una distracción en el muelle que no puedan ignorar. Deff, Vling y Mutt iniciarán una pelea en un sitio que puedan ver. Harán mucho ruido y en un momento dado abrirán fuego contra la nada. Entonces, Marcelle gritará y saldrá corriendo hacia el barco para pedir ayuda. La pelea seguirá cueste lo que cueste para que sea necesario que salgan muchos de ellos, cuantos más mejor. Una vez lo hagan, nos colaremos en el barco, nos haremos con las armas y no tendrán más remedio que hacer lo que les pidamos. Tenemos que intentar no herir a ninguno, mucho menos matarlos. Si hay algún motivo por el que no nos dejarán en paz nunca es porque, encima de robarles, acabemos con uno de los suyos. ¿Alguna duda?
Están muy convencidos de que todo va a funcionar a pedir de boca. No sé si a ti te parecerá que es algo que puede cuajar o no, aunque para sacar partido de algo quizás no es necesario que funcione a las mil maravillas, sino que a ti te valga de forma paralela. En cualquier caso, éstas y otras muchas más son consideraciones que sólo te corresponden a ti.
Esperarán a que les cuentes lo que tienes pensado y, salvo que haya algo extremadamente raro o que les haga sospechar en lo que les cuentas, te propondrán citaros mañana por la noche en la zona que Marie te reveló para intentar dar un golpe conjunto. Puedes narrar a tu gusto hasta entonces, así como tu llegada al muelle objetivo cuando llegue la hora.