Hay rumores sobre…
... que en una isla del East Blue, hay un prometedor bardo tratando de forjarse una reputación. ¿Hasta dónde llegará?
[Diario] [D-Pasado] Volando vengo
John Joestar
Jojo
8 de primavera de 724

Desde que tengo memoria, siempre he soñado con volar. La sensación de la brisa en mi cara, la libertad de dejar a mis preocupaciones en el suelo, siempre ha sido un anhelo profundo en mi corazón. Hoy, finalmente, he conseguido lo que creía imposible: tengo alas.

Con un leve impulso, me lanzo al aire y siento cómo la corriente marina me eleva. Estoy volando sobre el puerto de las Islas Syrup, un lugar que, desde mis días de niño, he soñado con explorar desde lo alto. Las aguas esmeralda del océano brillan bajo el sol, y el aroma a sal y azúcar de las fábricas de jarabe de arce me envuelve como un manto cálido.

A medida que me elevo, puedo ver el paisaje que se extiende a mis pies. Pequeñas embarcaciones de colores vibrantes se mecen suavemente, algunas llenas de pescadores que regresan con su captura del día. Otros, barcos de turistas que navegan buscando la aventura, ondean banderas brillantes que se destacan contra el azul del cielo. Gritos de alegría y risas resuenan desde abajo; el sonido es una mezcla de lo cotidiano y lo extraordinario.

Me deslizo sobre los distintivos edificios del puerto, todos pintados en tonos pastel. Las casas de madera, con sus balcones adornados de flores, parecen sacadas de un cuento de hadas. Puedo ver a los habitantes de la isla moverse por las calles, pequeñas figuras que saludan a los que pasan, compartiendo historias y risas. Alguno señala hacia mí, y puedo escuchar sus voces emocionadas, como si de un milagro se tratara.

La brisa acaricia mis alas mientras me adentro en el corazón del puerto. En la distancia, veo el mercado, un lugar vibrante repleto de frutas jugosas, dulces de jarabe y productos frescos del mar. Las mujeres de la isla, vestidas con coloridos vestidos que ondean al viento, ofrecen sus mercancías con sonrisas y gestos. Los niños, con la inocencia de la infancia, corren y juegan, ajenos a la belleza del mundo desde la altura.

Decido hacer un giro para sobrevolar la zona más tranquila, donde las olas susurran suavemente contra las rocas. Aquí, la serenidad es palpable. El sonido del mar es como una melodía que acompaña el espectáculo de la naturaleza: aves marinas que vuelan en formación, y el sol que se refleja en el agua, creando destellos de luz como un piano tocando una sinfonía de felicidad.

Con cada batir de alas, me siento más vivo. No hay más límites, solo una inmensa libertad. Mientras contemplo el puerto de las Islas Syrup desde las alturas, me doy cuenta de que no solo estoy volando sobre un paisaje hermoso, sino que estoy experimentando el alma misma de este lugar. Apreciando a su gente, a sus tradiciones, a su alegría. Este es mi hogar, y desde aquí, la vida se siente infinitamente más rica y más vibrante.

Desde lo alto, con mis alas extendidas, la aldea de las islas Syrup se despliega ante mí como un tapiz vibrante de colores. El sol de la mañana irradia sus rayos dorados, iluminando las casas de madera pintadas en tonos pastel que bordean el pequeño lago en el centro de la aldea. Cada edificio tiene su propio carácter, algunos decorados con flores que asoman por las ventanas, otros adornados con campanillas que suenan suavemente al compás del viento.

La brisa fresca acaricia mi rostro mientras me deslizo suavemente por el aire, y en este instante, siento cómo la tensión se desvanece poco a poco. Por un momento, olvido mis preocupaciones. La vida desde esta perspectiva es un lujo que pocos conocen, y aquí, volando, encuentro una paz que escapa a los confines de la tierra.

A medida que avanzo, mis ojos captan los detalles que se escapan a quienes caminan por las calles abajo. Puedo ver a los niños jugando en el espacio recreativo, sus risas flotan hasta mí como melodías lejanas. También distingo a los pescadores en sus pequeñas canoas, lanzando redes al agua en busca de su almuerzo, una tradición que se ha mantenido a través de las generaciones.

Los árboles a lo largo del lago balancean sus ramas, formando un mosaico de sombras y luces que se desplazan sobre la superficie del agua. Me acerco un poco más y puedo ver las pequeñas olas que se forman por la brisa, creando un juego de reflejos brillantes, como si el lago mismo estuviera bailando.

Me detengo un instante para observar las montañas en la distancia. Sus picos cubiertos de verdor se alzan orgullosos, custodiando el horizonte con una vigilia ancestral. Las nubes juegan alrededor de sus cumbres, y puedo sentir el llamado de las alturas; en ese lugar, también hay historias por descubrir.

Sigo volando, dejando que la corriente de aire me guíe. A cada giro y cada descenso, siento cómo mi mente se libera aún más. Esta es la terapia que buscaba, la forma de encontrar claridad entre la confusión del día a día. Desde aquí arriba, el mundo parece más simple; los problemas se reducen a pequeñas sombras en el terreno, y las preocupaciones se convierten en meras notas de un pentagrama lejano.

Al pasar sobre la plaza central de la aldea, me doy cuenta de que hay un mercado en pleno apogeo. Los vendedores exhiben sus productos: frutas coloridas, tejidos artesanales y dulces típicos que emanan aromas que llegan hasta mí. Puedo imaginar el bullicio de la gente, las conversaciones alegres en un día de mercado, y me siento tentado a descender y unirme a ellos.

Pero por ahora, quiero disfrutar de esta libertad. Continúo mi vuelo, explorando cada rincón de la aldea desde un ángulo que solo unos pocos han tenido el privilegio de ver. Sigo adelante, dejando que el viento me lleve, reconociendo que, en este momento, soy solo yo, el cielo y las islas Syrup.
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[D-Pasado] Volando vengo - por John Joestar - 19-10-2024, 02:05 AM
RE: [D-Pasado] Volando vengo - por John Joestar - 08-11-2024, 04:27 AM
RE: [D-Pasado] Volando vengo - por John Joestar - 08-11-2024, 04:27 AM

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