¿Sabías que…?
... Eiichiro Oda empezó la serie con la idea de terminarla en 5 años, pero se dio cuenta de que en esos 5 años que la trama ni siquiera llegaba al 50%.
[Autonarrada] [Tier 2 - Alistair] Médico infiltrado.
Alistair
Mochuelo
Era difícil creer que un hombre en tal condición física a pesar de su avanzada edad pudiera salir mal parado, teniendo en la hiperactiva imaginación de su mente tan solo unas cuantas situaciones que podía contar en cantidad con los dedos de una sola mano. Por supuesto, aún existían todos los problemas asociados al paso del tiempo que le dificultaban la vida de una manera u otra, pero al final del día, ¡ese hombre parecía estar mas sano que el propio Lunarian! Honestamente, si sus prioridades en Oykot no fuesen su mas importante tarea a cumplir en su visita, seguramente habría estado dispuesto a sonsacar la fórmula mágica de la vejez dorada que había usado el abuelo para mantenerse tan bien conservado. 

Su vista curiosa divagó por el lugar, intentando armar el rompecabezas que era ese lugar en busca de algo que pudiera ganarle puntos con el hombre; no era un especialista en manipulación, y tampoco es que se sintiese muy cómodo con la idea de decirle a las personas lo que querían escuchar con el exclusivo fin de obtener lo que quería, pero no contaba con el tiempo para sobreponer valores morales por encima de su urgencia. 

En su trayecto, su mirada se encontró con algo interesante, y además sumamente revelador al pasado del nombre. Era una excelente explicación a la condición física del hombre, que aunque se encontraba deteriorada por su posible desuso, aún se encontraba muy por encima de cualquier otro ejemplo en su rango de edad. 

Un integrante de la Marina; condecorado, además. Un hombre de prestigio, de gran deber y entrega hacia las personas que seguramente había jurado proteger, un excelente recordatorio para el chico alado de las razones por las que su rechazo nunca residía en los hombres y las mujeres que integraban las filas de esa organización militar marítima, sino en la institución en sí misma y en su pariente mayor -el Gobierno Mundial- que tenía como deporte capturar razas extravagantes, seres vivos, para venderlos como bienes. La sorpresa de encontrarse con una carta de despedido fue una tristeza con la que empatizó, una emoción que se guardó para sí mismo al evitarse gesticular al respecto. Ya tendría tiempo para preguntarle al respecto, si tenía tiempo de sobra. 

Negó con la cabeza, respondiendo tanto al agradecimiento del hombre como a su primera pregunta, para luego sonreír suave. — No tiene que agradecerme, es un placer ayudar a alguien más. Y no soy de aquí, no. — Un comentario que, incluso con contexto, se mantenía completamente honesto. Era un muchacho benevolente, y velaba por otros tanto como seguramente lo hizo el hombre mayor en sus años dorados, simplemente desde un ángulo diferente. 

Soy una persona que gusta de viajar bastante, desde hace algunos meses que llevo explorando varias islas para ver con mis propios ojos los puntos únicos de cada una y da la casualidad que hoy era el turno del Reino de Oykot. Escuché que han creado una central hidroeléctrica en la isla, y como buen inventor amateur, quería presenciar esa maravilla personalmente. — Trastocaba su respuesta, una verdad a medias que ocultaba varios detalles intencionalmente para ponerlo en una mejor luz. Si bien en otro contexto hubiese sido posible mencionar su verdadera razón, y su afiliación con la Armada Revolucionaria, descubrir la vinculación pasada del abuelo con la Marina complicaba las cosas. Era un lanzamiento de moneda arriesgado que no estaba dispuesto a perder, un 50/50 en el que el hombre podía ser todavía un simpatizante de la Marina, y revelar su identidad acabaría ganándole una denuncia de lo mas tonta, además de poner en alerta la central hidroeléctrica y su presa que eran sus objetivos. — Aunque si no es problema, me gustaría que me contara un poco del lugar antes de ir a visitarlo. Su razón de existir, quién la hizo, esos pequeños datos curiosos que nunca fallan en capturar la atención de un oído inquieto. Oh, y si se permiten visitas guiadas, por supuesto. Cualquier cosa que sepa me será de utilidad, por grande o pequeño que sea.

Siempre que el anciano no le pusiera problema, empezaría a deambular un poco por la casa. Nada mayor, pues se mantenía en la misma habitación que el veterano mientras exploraba con la vista las cosas mientras, un paso a la vez, avanzaba por el contorno de la habitación hasta que finalmente dio con la ventana. Una vista privilegiada, incluso en un primer piso. Fue ahí cuando un detalle llamó su atención, algo fuera de lugar que no encajaba con la zona y que era demasiado alto para ser uno de esos horrendos gnomos de jardín. Su vista no era su mejor don, pero... ¿Ese era el hombre que habían visto antes? Achinó los ojos en un esfuerzo por intentar observarlo mejor, pretendiendo identificar lo que inicialmente tan solo era una silueta difusa en su campo de vista. ¿Tenía que preocuparse por lo que acababa de ver? Si era lo que pensaba... Bueno, tan solo esperaba que no fuera el caso. No dudaría en ayudar a evitar las consecuencias de una locura producida por hombres desesperados, pero... Cuanta menos atención se llevara encima, mejor.
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RE: [Tier 2 - Alistair] Médico infiltrado. - por Alistair - 19-10-2024, 07:06 AM

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