El general termina su secuencia de ataques, extrañado al haber sentido un inesperado dolor al entrar en contacto con ese gas de color violeta en el que se había transformado el vikingo. Cuando una esfera de gas amarillo rodeó su cabeza, su reacción fue instantánea, ya que su Observación le ayudó a verlo venir. Había comprobado ya en el pasado la clase de trucos que un usuario Logia podía guardar bajo la manga, por lo que recubrió su cabeza con su Haki y la sacudió velozmente para dispersar el extraño gas antes de que pudiera afectarle.
La rubia había sido capaz de esquivar parcialmente su puñetazo. Sus poderes eran llamativos, pudiendo levitar envuelta en energía eléctrica y atraer hacia sí el metal a su alrededor. Y, casi sin darle tiempo para reaccionar, una velocísima y feroz patada lanzada por ella se aproximó hacia él. Tanto que apenas pudo cruzar ante sí los brazos y envolverlos en su Armadura para tratar de detener su ofensiva. No obstante la rapidez de la revolucionaria fue tal que su defensa llegó ligeramente tarde y no fue todo lo eficaz que debería. La sorprendente fuerza del golpe superó su bloqueo, tumbándole en el suelo.
Las cosas pintaban mal para él. Se levantó tan rápido como fue capaz, tan solo para comprobar que el número de enemigos había aumentado con la llegada de dos personas que parecían conocer a los tres que inicialmente se habían enfrentado a él. Uno de ellos había comenzado también a cantar para enardecer los espíritus de sus compañeros. Como si no tuviera suficiente con solo uno de aquellos molestos músicos. El otro se acercaba hacia allí, aparentemente desde la dirección en la que se encontraba la presa, por lo que podría ser uno de los responsable de su destrucción.
Percival, según te acercas puedes ver la escena, en la que Airgid y Ragnheidr enfrentan al General Kudthrow, un hombre imponente tanto en cuanto a su tamaño como en cuanto a su presencia. Asradi canta, aportando coraje a sus compañeros y fortaleciendo sus espíritus, y Ubben, quien acaba de llegar, se ha unido a ella en su canción.
Todos podéis ver como Kudthrow se pone nuevo en pie, aunque algo en él da la sensación de haber cambiado. Su expresión facial es diferente, y transmite una serenidad que antes no parecía tener. Da la sensación de que ha alcanzado un estado superior y que, con ello, cualquier preocupación que pudiera existir en su mente acerca del combate en el que se encuentra ha desaparecido. Os mira a los cinco con suficiencia y, con un tono de voz firme pero tan calmado que hace que un escalofrío os recorra todo el cuerpo, os insta a atacarle:
- Vamos, venid a por mí.
La rubia había sido capaz de esquivar parcialmente su puñetazo. Sus poderes eran llamativos, pudiendo levitar envuelta en energía eléctrica y atraer hacia sí el metal a su alrededor. Y, casi sin darle tiempo para reaccionar, una velocísima y feroz patada lanzada por ella se aproximó hacia él. Tanto que apenas pudo cruzar ante sí los brazos y envolverlos en su Armadura para tratar de detener su ofensiva. No obstante la rapidez de la revolucionaria fue tal que su defensa llegó ligeramente tarde y no fue todo lo eficaz que debería. La sorprendente fuerza del golpe superó su bloqueo, tumbándole en el suelo.
Las cosas pintaban mal para él. Se levantó tan rápido como fue capaz, tan solo para comprobar que el número de enemigos había aumentado con la llegada de dos personas que parecían conocer a los tres que inicialmente se habían enfrentado a él. Uno de ellos había comenzado también a cantar para enardecer los espíritus de sus compañeros. Como si no tuviera suficiente con solo uno de aquellos molestos músicos. El otro se acercaba hacia allí, aparentemente desde la dirección en la que se encontraba la presa, por lo que podría ser uno de los responsable de su destrucción.
Percival, según te acercas puedes ver la escena, en la que Airgid y Ragnheidr enfrentan al General Kudthrow, un hombre imponente tanto en cuanto a su tamaño como en cuanto a su presencia. Asradi canta, aportando coraje a sus compañeros y fortaleciendo sus espíritus, y Ubben, quien acaba de llegar, se ha unido a ella en su canción.
Todos podéis ver como Kudthrow se pone nuevo en pie, aunque algo en él da la sensación de haber cambiado. Su expresión facial es diferente, y transmite una serenidad que antes no parecía tener. Da la sensación de que ha alcanzado un estado superior y que, con ello, cualquier preocupación que pudiera existir en su mente acerca del combate en el que se encuentra ha desaparecido. Os mira a los cinco con suficiencia y, con un tono de voz firme pero tan calmado que hace que un escalofrío os recorra todo el cuerpo, os insta a atacarle:
- Vamos, venid a por mí.