Juuken
Juuken
20-10-2024, 03:09 PM
Tus palabras resuenan en la frondosidad sin respuesta alguna. tan solo el sonido del viento, el crujir de ramas por el propio aire y el suave mecer de las copas de los árboles y de los arbustos, movidos por la brisa de la mañana que iba avanzando. El sol se hallaba próximo a su cénit, pero las copas de los árboles te libraban del sofocante calor que podría llegar a hacer. Tanta vegetación incluso daba cierto frescor, con algo de humedad en el ambiente.
No obtenías respuesta, sin embargo con tu haki de observación eras capaz de distinguir, no solamente una presencia en ese arbusto que se había movido, sino otras cuatro que estaban rodeándote. Posiblemente ni siquiera te diste cuenta al momento, puesto que conforme viste que no obtenías reacción alguna a tus palabras, te lanzaste directo a por esa presencia.
Ejecutaste una fuerte patada giratoria, de la cual un ranger de Texas estaría orgulloso, y golpeaste con una dureza a la criatura que había ahí detrás del seto, agazapada, temerosa del ser cercano que era un completo desconocido para él. Ante tu mirada, una pequeña cría de algún tipo de felino, de un tono de piel azulado, era golpeado por una increíble patada tuya y lanzado con una fuerza tremenda a estamparse contra el tronco de un árbol.
La criatura gimió de dolor y se quedó ahí, te miraba con ojos tristes, parecía asustado y suplicando por su propia vida. A tu mente llegan las palabras de Toshiro, en las que te advertía de que no te alejases del camino y tuvieras cuidado con los tigres. Desde luego, esa cría que estaba delante de tí, desde luego tenía pinta de poder ser alguna de esas criaturas.
Estabas tan centrado en esa criatura, que no llegaste a tiempo de darte cuenta de que las presencias que estaban a tu derecha ahora se encontraban justo detrás de tí. En el aire. Tendrías el tiempo justo para lograr reaccionar mínimamente, pero no podrías llegar a evadir el ataque que llegaba por tu retaguardia.
Si te giras podrás contemplar una gran criatura de aproximadamente de tres metros de altura, lanzándose hacia tí con la boca abierta. Un poco más hacia tu izquierda, notabas la presencia de otra criatura que llegaría algo más tardía que la primera. Por tu otro lateral sabías que había otras dos presencias, se aproximaban más lentamente. La que has liado por ir como pollo sin cabeza. ¿A quién se le ocurre pegarle a un pobre cachorro de tigre?
No obtenías respuesta, sin embargo con tu haki de observación eras capaz de distinguir, no solamente una presencia en ese arbusto que se había movido, sino otras cuatro que estaban rodeándote. Posiblemente ni siquiera te diste cuenta al momento, puesto que conforme viste que no obtenías reacción alguna a tus palabras, te lanzaste directo a por esa presencia.
Ejecutaste una fuerte patada giratoria, de la cual un ranger de Texas estaría orgulloso, y golpeaste con una dureza a la criatura que había ahí detrás del seto, agazapada, temerosa del ser cercano que era un completo desconocido para él. Ante tu mirada, una pequeña cría de algún tipo de felino, de un tono de piel azulado, era golpeado por una increíble patada tuya y lanzado con una fuerza tremenda a estamparse contra el tronco de un árbol.
La criatura gimió de dolor y se quedó ahí, te miraba con ojos tristes, parecía asustado y suplicando por su propia vida. A tu mente llegan las palabras de Toshiro, en las que te advertía de que no te alejases del camino y tuvieras cuidado con los tigres. Desde luego, esa cría que estaba delante de tí, desde luego tenía pinta de poder ser alguna de esas criaturas.
Estabas tan centrado en esa criatura, que no llegaste a tiempo de darte cuenta de que las presencias que estaban a tu derecha ahora se encontraban justo detrás de tí. En el aire. Tendrías el tiempo justo para lograr reaccionar mínimamente, pero no podrías llegar a evadir el ataque que llegaba por tu retaguardia.
Si te giras podrás contemplar una gran criatura de aproximadamente de tres metros de altura, lanzándose hacia tí con la boca abierta. Un poco más hacia tu izquierda, notabas la presencia de otra criatura que llegaría algo más tardía que la primera. Por tu otro lateral sabías que había otras dos presencias, se aproximaban más lentamente. La que has liado por ir como pollo sin cabeza. ¿A quién se le ocurre pegarle a un pobre cachorro de tigre?