Gautama D. Lovecraft
El Ascendido
21-10-2024, 02:42 PM
La situación en aquella cubierta parecía revolverse a pesar del abordaje que hicimos en la zona la joven Anko y yo. La chica tras mi ofensiva, rebanaría como la mantequilla el frente enemigo sin pudor alguno para mermar a la tripulación enemiga. Los tiradores fueron liquidados y por extensión, los otros compañeros que los defendían se dividieron para ir en contra de Anko y hacia mi posición, por detrás, la vieja capitana parecía haber perdido un brazo y embadurnaba la madera de la cubierta con un charco de sangre pronunciable.
Los piratas con extraña apariencia se me acercaron en aras de sujetar mis manos y golpearme con sus piernas, sin embargo, no me demoraría en ellos para terminar de la mejor manera posible aquella situación sin que nos viéramos envueltos en una verdadera carnicería. No voy a negar que la actuación de Anko con sus filos me descompuso al contemplar como la sangre teñía el barco enemigo, no obstante, aunque era obvio que dada la situación bélica que nos envolvía este tipo de estragos estaban a la orden del día, por mi mano pasaba evitar un mal mayor, así como impedir que más vidas sucumbieran en el choque, fueran vidas enemigas o aliadas.
Los gritos en aquella zona en altamar se verían camuflados por el oleaje, pero cualquiera podría percatarse del alboroto en otros puntos distintos de los barcos, desde mi posición, tenía que ser consecuente y realista para no jugar a ser dios, por lo que lo más factible era de lo que alcanzaba mi mano. Por ello, inteligentemente eludí los lentos y torpes intentos de los luchadores para apresarme y golpearme, en un movimiento rotatorio de media luna que los dejaría atrás para encararme contra la capitana, la cual se dirigía contra Anko.
En la carrera, escuché el repicar de miles de patas o lo que fuera contra la madera que componía el barco enemigo, se empezaba a notar y ser más presente. Unos pequeños seres empezaban a llenar la cubierta, pero en mi cabeza se dibujó una rápida solución para ganar y salir de allí, para que aquello que venía no nos alcanzase. Mi velocidad vertiginosa recortaría fácilmente la distancia con la capitana tras quedar a sus 2 secuaces por detrás, y los cangrejitos a rango, para aplicarle un brutal golpe en el costado del brazo faltante desde el que no podría oponer resistencia alguna, con el fin de mandarla a volar y dañar también, por otro lado, la masa viva que llenaba el barco enemigo
La idea era dejarla fuera de combate, perdonando su vida y empujarla hacia nuestro barco gracias al impacto donde sería apresada, quería evitar también que Anko la descuartizara o similar. Las personas por muy malas que fueran, siempre tenían más valor si vivían y de una pieza. Por ello, aquel golpe la mandaría contra nuestra cubierta, chocando contra esta para que cualquiera pudiera recogerla y atarla una vez despierte.
Tras mi ataque, aproveché el ritmo de avance para continuar, y realizar un salto que llegase hasta el barco. Tenía la zona despejada tras el cráter que haría la técnica, dejando vía libre a la joven marine para terminar de limpiar la cubierta.
- Vuelve rápido Anko. -
Le dije en el aire mientras llegaba a nuestro barco. Llegando a este fácilmente. Todo a mi alrededor era un caos absoluto, y por los 4 costados había violencia, una violencia y un daño que dolía al contemplarlo. Debía de tener la entereza suficiente como para no descomponerme, y asimilar el dolor que tanto vidas inocentes como los criminales causaban, era parte de la vida de marine, y por lo tanto, de la vida que había escogido.
Los piratas con extraña apariencia se me acercaron en aras de sujetar mis manos y golpearme con sus piernas, sin embargo, no me demoraría en ellos para terminar de la mejor manera posible aquella situación sin que nos viéramos envueltos en una verdadera carnicería. No voy a negar que la actuación de Anko con sus filos me descompuso al contemplar como la sangre teñía el barco enemigo, no obstante, aunque era obvio que dada la situación bélica que nos envolvía este tipo de estragos estaban a la orden del día, por mi mano pasaba evitar un mal mayor, así como impedir que más vidas sucumbieran en el choque, fueran vidas enemigas o aliadas.
Los gritos en aquella zona en altamar se verían camuflados por el oleaje, pero cualquiera podría percatarse del alboroto en otros puntos distintos de los barcos, desde mi posición, tenía que ser consecuente y realista para no jugar a ser dios, por lo que lo más factible era de lo que alcanzaba mi mano. Por ello, inteligentemente eludí los lentos y torpes intentos de los luchadores para apresarme y golpearme, en un movimiento rotatorio de media luna que los dejaría atrás para encararme contra la capitana, la cual se dirigía contra Anko.
En la carrera, escuché el repicar de miles de patas o lo que fuera contra la madera que componía el barco enemigo, se empezaba a notar y ser más presente. Unos pequeños seres empezaban a llenar la cubierta, pero en mi cabeza se dibujó una rápida solución para ganar y salir de allí, para que aquello que venía no nos alcanzase. Mi velocidad vertiginosa recortaría fácilmente la distancia con la capitana tras quedar a sus 2 secuaces por detrás, y los cangrejitos a rango, para aplicarle un brutal golpe en el costado del brazo faltante desde el que no podría oponer resistencia alguna, con el fin de mandarla a volar y dañar también, por otro lado, la masa viva que llenaba el barco enemigo
HAS401
HASSHOKEN
Ofensiva Activa
Tier 4
No Aprendida
49
2
Mientras libera las ondas vibratorias el usuario buscará dar un golpe horizontal preciso en que arrastrará consigo todo lo que se encuentre a dos metros a su alrededor, pudiendo notar incluso como el suelo se resquebraja si entra en el alcance de 2 metros, buscando trazar un impacto directo en su víctima que la lance 20 metros causando [Empuje].
Golpe Básico + [FUEx2,8] de [Daño Contundente]
La idea era dejarla fuera de combate, perdonando su vida y empujarla hacia nuestro barco gracias al impacto donde sería apresada, quería evitar también que Anko la descuartizara o similar. Las personas por muy malas que fueran, siempre tenían más valor si vivían y de una pieza. Por ello, aquel golpe la mandaría contra nuestra cubierta, chocando contra esta para que cualquiera pudiera recogerla y atarla una vez despierte.
Tras mi ataque, aproveché el ritmo de avance para continuar, y realizar un salto que llegase hasta el barco. Tenía la zona despejada tras el cráter que haría la técnica, dejando vía libre a la joven marine para terminar de limpiar la cubierta.
- Vuelve rápido Anko. -
Le dije en el aire mientras llegaba a nuestro barco. Llegando a este fácilmente. Todo a mi alrededor era un caos absoluto, y por los 4 costados había violencia, una violencia y un daño que dolía al contemplarlo. Debía de tener la entereza suficiente como para no descomponerme, y asimilar el dolor que tanto vidas inocentes como los criminales causaban, era parte de la vida de marine, y por lo tanto, de la vida que había escogido.