Jack D. Agnis
Golden Eyes
22-10-2024, 06:12 AM
(Última modificación: 31-10-2024, 04:13 PM por Jack D. Agnis.
Razón: Muzen se fue y edité mi post
)
La inoportuna intromisión de Alex casi arruinó todo el trabajo que había hecho con ese guardia. En el momento en que lo vi aparecer y soltar esas palabras, me dieron ganas de sacar mi espada y cortarle el cuello. Por suerte, para cuando ese cachorro había llegado, Viorn ya había revelado casi toda la información importante para nuestro golpe.
Al final, las cosas salieron bien, aunque no estaba del todo satisfecho. Podría haber sacado más detalles e incluso haber ganado un buen aliado para futuras aventuras, pero el destino parece ser cruel con los que tenemos cierto encanto.
—No te preocupes, Viorn. El cachorro solo está bromeando. Es el bromista y el matasanos de nuestra tripulación, así que dudo que cumpla sus amenazas —dije con una sonrisa, mientras lanzaba una mirada fulminante a Alex, para luego volver mi atención a Viorn.
—Sé que esta información tiene su precio, y confío en que no dirás nada sobre nosotros ni sobre lo que acabas de revelarnos. Así que dime, ¿cuál es tu precio? Tal vez un 1% del total sea suficiente para ti. Con eso podrías dejar de trabajar, aunque después del golpe te recomendaría seguir unos meses para no levantar sospechas. Si aceptas el trato, compártenos todo lo que sabes. Cuanto más dinero saquemos, más grande será tu parte —le dije con una sonrisa amplia, cuidando el volumen de mi voz. Nunca se sabe quién puede estar escuchando.
—Hagamos esto. Dame tu número de Den Den Mushi. Apenas todo salga como planeado, te llamaré para coordinar la entrega, ¿te parece? —Realmente no quería matarlo. No parecía mal tipo, y tenerlo como "amigo" podría ser útil en el futuro. Pero si llegara a ser necesario hacerme unas botas con su piel, lo haría sin remordimientos.
Con la información en nuestras manos, regresamos a la villa Fosha, nuestra base operativa. Una vez allí, reunimos a toda la banda y compartimos todo lo que Viorn nos había contado con tanta amabilidad. Desde ese momento, el plan comenzó a ponerse en marcha.
Planear nunca había sido lo mío, así que dejé que otros lidiaran con el cansancio mental. O mejor dicho, dejé que King lo hiciera, ya que para algo era el capitán. Por mi parte, solo me encargaría de escuchar y seguir las instrucciones.
Me encontraba sentado en el techo junto a los demás, aunque, para ser honesto, no estaba prestando mucha atención. Yo siempre he sido de los planes simples: entrar, amenazar y cortar cabezas si no obtenemos respuestas. Pero parecía que esto iba a ser algo mucho más elaborado.
Escuché, apenas, el plan de King. No me importaba ir solo, siempre y cuando tuviera libertad para hacer lo que quisiera, pero había algo que no me cuadraba.
—¿Y qué demonios va a hacer Muzen? Parece que está fuera del plan —dije, irritado por la explicación de King y la aceptación de los demás.
—No pienso trabajar y compartir las ganancias con alguien que va a estar sentado sin hacer nada —reclamé. Era un pirata, no un bondadoso sacerdote, asique quien no trabaja, no gana una mierda. Lo unico que recibiria Muzen, en caso de pedir algo, es un beso de "Bella Dama".
"A la mierda con Muzen" pensé
Después de algunas palabras, nos pusimos en movimiento. Mis ojos siguieron a King, quien de un salto ágil se plantó al otro lado del muro. Por un momento, me pregunté cómo demonios iba a lograr algo así, sabiendo que para mí era imposible. Aun así, decidí intentarlo.
Desde el tejado, tomé impulso y salté. Mi brazo se agitaba en círculos mientras mis piernas pataleaban en el aire sin control. Tras unos segundos de caída, mis piernas impactaron contra el suelo, y el resto de mi cuerpo rodó, dejando que el golpe se distribuyera. Sin embargo, un dolor agudo surgió en ambas rodillas.
—¡Ash, maldita sea! Caí con todo el peso —dije, sujetándome una rodilla con fuerza. Si hubiera tenido dos manos, habría usado ambas.
—Nunca más te sigo, King de mierda —murmuré, entre enojado y adolorido, mientras trataba de levantarme del suelo y contenia los quejidos de dolor.
Al final, las cosas salieron bien, aunque no estaba del todo satisfecho. Podría haber sacado más detalles e incluso haber ganado un buen aliado para futuras aventuras, pero el destino parece ser cruel con los que tenemos cierto encanto.
—No te preocupes, Viorn. El cachorro solo está bromeando. Es el bromista y el matasanos de nuestra tripulación, así que dudo que cumpla sus amenazas —dije con una sonrisa, mientras lanzaba una mirada fulminante a Alex, para luego volver mi atención a Viorn.
—Sé que esta información tiene su precio, y confío en que no dirás nada sobre nosotros ni sobre lo que acabas de revelarnos. Así que dime, ¿cuál es tu precio? Tal vez un 1% del total sea suficiente para ti. Con eso podrías dejar de trabajar, aunque después del golpe te recomendaría seguir unos meses para no levantar sospechas. Si aceptas el trato, compártenos todo lo que sabes. Cuanto más dinero saquemos, más grande será tu parte —le dije con una sonrisa amplia, cuidando el volumen de mi voz. Nunca se sabe quién puede estar escuchando.
—Hagamos esto. Dame tu número de Den Den Mushi. Apenas todo salga como planeado, te llamaré para coordinar la entrega, ¿te parece? —Realmente no quería matarlo. No parecía mal tipo, y tenerlo como "amigo" podría ser útil en el futuro. Pero si llegara a ser necesario hacerme unas botas con su piel, lo haría sin remordimientos.
Con la información en nuestras manos, regresamos a la villa Fosha, nuestra base operativa. Una vez allí, reunimos a toda la banda y compartimos todo lo que Viorn nos había contado con tanta amabilidad. Desde ese momento, el plan comenzó a ponerse en marcha.
Planear nunca había sido lo mío, así que dejé que otros lidiaran con el cansancio mental. O mejor dicho, dejé que King lo hiciera, ya que para algo era el capitán. Por mi parte, solo me encargaría de escuchar y seguir las instrucciones.
Me encontraba sentado en el techo junto a los demás, aunque, para ser honesto, no estaba prestando mucha atención. Yo siempre he sido de los planes simples: entrar, amenazar y cortar cabezas si no obtenemos respuestas. Pero parecía que esto iba a ser algo mucho más elaborado.
Escuché, apenas, el plan de King. No me importaba ir solo, siempre y cuando tuviera libertad para hacer lo que quisiera, pero había algo que no me cuadraba.
—¿Y qué demonios va a hacer Muzen? Parece que está fuera del plan —dije, irritado por la explicación de King y la aceptación de los demás.
—No pienso trabajar y compartir las ganancias con alguien que va a estar sentado sin hacer nada —reclamé. Era un pirata, no un bondadoso sacerdote, asique quien no trabaja, no gana una mierda. Lo unico que recibiria Muzen, en caso de pedir algo, es un beso de "Bella Dama".
"A la mierda con Muzen" pensé
Después de algunas palabras, nos pusimos en movimiento. Mis ojos siguieron a King, quien de un salto ágil se plantó al otro lado del muro. Por un momento, me pregunté cómo demonios iba a lograr algo así, sabiendo que para mí era imposible. Aun así, decidí intentarlo.
Desde el tejado, tomé impulso y salté. Mi brazo se agitaba en círculos mientras mis piernas pataleaban en el aire sin control. Tras unos segundos de caída, mis piernas impactaron contra el suelo, y el resto de mi cuerpo rodó, dejando que el golpe se distribuyera. Sin embargo, un dolor agudo surgió en ambas rodillas.
—¡Ash, maldita sea! Caí con todo el peso —dije, sujetándome una rodilla con fuerza. Si hubiera tenido dos manos, habría usado ambas.
—Nunca más te sigo, King de mierda —murmuré, entre enojado y adolorido, mientras trataba de levantarme del suelo y contenia los quejidos de dolor.