Atlas
Nowhere | Fénix
22-10-2024, 01:16 PM
La potencia de la oni se volvió a manifestar en todo su esplendor cuando nuestros aceros volvieron a chocar. Al igual que había estado sucediendo en lances anteriores, la abrumadora violencia con la que blandía su filo no encontró en mí una oposición digna. Sí, ambos chocaron en hasta dos ocasiones y cualquiera que lo hubiese visto desde fuera habría podido pensar que verdaderamente allí había habido una contraposición real de fuerza. No obstante, la realidad era que me había dedicado a, en vano, intentar detener su ataque.
La hoja de la oni mordió mi carne en mi pecho y el abdomen, obligándome a apretar los dientes en una mueca de dolor a la par que procuraba no ceder más. Podía resultar hasta gracioso pensar que eso era posible al enfrentarme a semejantes bestias. Por si no fuese suficiente, Octojin decidió confirmar mis pensamientos más profundos y acrecentar mis inseguridades con una nueva ofensiva.
Por fortuna, pude percibir que era el destinatario de su golpe antes de que lo llegase a conectar. Aún en el aire y ya habiendo cesado momentáneamente el intercambio de golpes con Camille, alcé mi naginata y la dejé caer con todo lo que tenía sobre el puño teñido de negro del gyojin. Ambos chocaron una vez más, pero, de nuevo, no disponía de suficiente ímpetu como para hacer retroceder al ser abisal.
Sin embargo, allí había algo más importante que quién saliese vencedor del lance. Algo no iba bien con Camille. No había que ser ningún genio para darse cuenta. Su mirada había cambiado y su semblante era el de otra persona... otro ser. La forma en que nos atacaba era más violenta y desgarradora. Por si no fuese suficiente con ello, mi voluntad me indicaba que en su interior estaba sucediendo algo fuera de lo normal, de lo que conocíamos de ella.
—¡Algo no va bien con Camille, Octo! ¡Mírala! —exclamé mientras intentaba volcar todo mi peso en la hoja de mi naginata. No tardó demasiado en vencerme, pero al menos conseguí el tiempo suficiente para poder lanzar mi mensaje.
La fuerza que impulsaba su mano cerrada me golpeó como un yunque, enviándome a volar varios metros hacia arriba antes de poder detenerme para estabilizarme con una batida de alas. Tenía claro que si continuaba en pie era simple y llanamente porque mis llamas me permitían seguir en la lucha, pero a nivel de poder estaba muy lejos de mis compañeros. ¿En qué momento me había quedado tan atrás?
Durante el vuelo, las llamas volvieron a nacer de mi cuerpo, extendiéndose desde las alas y manando de mi piel con el cuidado y cariño de una madre. Poco a poco iban lamiendo mis heridas, y dejé que lo hicieran hasta que me sentí en condiciones de continuar combatiendo. No me había curado por completo, pero necesitaba guardar energías si quería poder seguir blandiendo mi arma.
Me pude centrar de nuevo en lo que sucedía justo en el momento en que la oni lanzaba su odachi contra el habitante del mar en una nueva ofensiva, una en la que ya no había un solo matiz de preocupación ni interés en detener el conflicto. No, Camille no estaba allí. Frente a nosotros sólo teníamos a algo o alguien que se había apoderado de su cuerpo y lanzaba ofensiva tras ofensiva con un ansia homicida que era totalmente opuesta a la esencia de nuestra amiga.
—¡Tenemos que detenerla, Octo! —exclamé al tiempo que me precipitaba en picado con mi naginata en ristre con intención de detener el ataque junto al tiburón. Sí, mi ira hacia el tiburón y el origen de nuestro enfrentamiento se esfumaron en cuanto fui plenamente consciente de la situación y de lo que debíamos hacer.
Al ver a Camille no podía evitar vislumbrar a una fiera salvaje que acababa de ser liberada después de un largo periodo sin comer. La sensación de ser una presa acechada por su depredador martilleaba mi consciencia, pero por fortuna no había nacido para arrugarme en una esquina.
Mi hoja trazó un corte horizontal sobre la cabeza de Octojin, buscando servir como ayuda y complemento a los esfuerzos que el ser abisal hiciese para detener la ofensiva de la oni y, con ello, intentar traerla de vuelta con nosotros.
La hoja de la oni mordió mi carne en mi pecho y el abdomen, obligándome a apretar los dientes en una mueca de dolor a la par que procuraba no ceder más. Podía resultar hasta gracioso pensar que eso era posible al enfrentarme a semejantes bestias. Por si no fuese suficiente, Octojin decidió confirmar mis pensamientos más profundos y acrecentar mis inseguridades con una nueva ofensiva.
Por fortuna, pude percibir que era el destinatario de su golpe antes de que lo llegase a conectar. Aún en el aire y ya habiendo cesado momentáneamente el intercambio de golpes con Camille, alcé mi naginata y la dejé caer con todo lo que tenía sobre el puño teñido de negro del gyojin. Ambos chocaron una vez más, pero, de nuevo, no disponía de suficiente ímpetu como para hacer retroceder al ser abisal.
Sin embargo, allí había algo más importante que quién saliese vencedor del lance. Algo no iba bien con Camille. No había que ser ningún genio para darse cuenta. Su mirada había cambiado y su semblante era el de otra persona... otro ser. La forma en que nos atacaba era más violenta y desgarradora. Por si no fuese suficiente con ello, mi voluntad me indicaba que en su interior estaba sucediendo algo fuera de lo normal, de lo que conocíamos de ella.
—¡Algo no va bien con Camille, Octo! ¡Mírala! —exclamé mientras intentaba volcar todo mi peso en la hoja de mi naginata. No tardó demasiado en vencerme, pero al menos conseguí el tiempo suficiente para poder lanzar mi mensaje.
BER301
BERSERKER
Ofensiva Activa
Tier 3
No Aprendida
36
2
Esta técnica se puede ejecutar tanto con un movimiento ascendente como con uno descendente del usuario con un arma en la mano. Buscando trazar un primer golpe certero que causara una [Hemorragia Leve]. Y sentenciando con un inmediato cambio de trayectoria por el mismo camino que recorrió el primer tajo, pero a la inversa buscando causar una herida fatal, en caso de conectar ambos golpes, el efecto será la [Hemorragia Media]. Siendo el segundo golpe un Golpe Básico adicional al limite de básicos por turno.
Golpe Basico + [FUEx2,5] de [Daño cortante]
La fuerza que impulsaba su mano cerrada me golpeó como un yunque, enviándome a volar varios metros hacia arriba antes de poder detenerme para estabilizarme con una batida de alas. Tenía claro que si continuaba en pie era simple y llanamente porque mis llamas me permitían seguir en la lucha, pero a nivel de poder estaba muy lejos de mis compañeros. ¿En qué momento me había quedado tan atrás?
Durante el vuelo, las llamas volvieron a nacer de mi cuerpo, extendiéndose desde las alas y manando de mi piel con el cuidado y cariño de una madre. Poco a poco iban lamiendo mis heridas, y dejé que lo hicieran hasta que me sentí en condiciones de continuar combatiendo. No me había curado por completo, pero necesitaba guardar energías si quería poder seguir blandiendo mi arma.
Me pude centrar de nuevo en lo que sucedía justo en el momento en que la oni lanzaba su odachi contra el habitante del mar en una nueva ofensiva, una en la que ya no había un solo matiz de preocupación ni interés en detener el conflicto. No, Camille no estaba allí. Frente a nosotros sólo teníamos a algo o alguien que se había apoderado de su cuerpo y lanzaba ofensiva tras ofensiva con un ansia homicida que era totalmente opuesta a la esencia de nuestra amiga.
—¡Tenemos que detenerla, Octo! —exclamé al tiempo que me precipitaba en picado con mi naginata en ristre con intención de detener el ataque junto al tiburón. Sí, mi ira hacia el tiburón y el origen de nuestro enfrentamiento se esfumaron en cuanto fui plenamente consciente de la situación y de lo que debíamos hacer.
Al ver a Camille no podía evitar vislumbrar a una fiera salvaje que acababa de ser liberada después de un largo periodo sin comer. La sensación de ser una presa acechada por su depredador martilleaba mi consciencia, pero por fortuna no había nacido para arrugarme en una esquina.
Mi hoja trazó un corte horizontal sobre la cabeza de Octojin, buscando servir como ayuda y complemento a los esfuerzos que el ser abisal hiciese para detener la ofensiva de la oni y, con ello, intentar traerla de vuelta con nosotros.
ESP201
ESPADACHíN
Ofensiva Activa
Tier 2
No Aprendida
33
1
Una estocada que el usuario realiza al mismo tiempo que realiza en un solo paso un [Dash] de hasta 8 metros en los que busca ensartar a todo lo que encuentre a su paso con la punta de su arma, llevando consigo a su víctima con un [Empuje] en caso de conectar hasta el final del recorrido del Dash.
Golpe Basico + [FUEx2,2] de [Daño perforante]