Sowon
Luna Sangrienta
22-10-2024, 09:12 PM
La Oni se sentía cada vez en mayor confianza, su mirada mostró cierto orgullo al escuchar hablar sobre la honestidad y como era frontal en cada palabra, la realidad era que ella no veía nada de malo en aquello. El sujeto no mostraba nada como para que esta se pusiera a la defensiva, en aquel tramo eran dos compañeros de disciplina, tal vez alejados pero con una pasión que recaía en esas armas de filo que cada uno portaba a su manera. Observó al sujeto, dedicando una nueva mirada a las espadas para luego suspirar, era cierto que aquella frase podía malinterpretarse, pero también había parte de razón. Ella nunca empleaba su espada sin una paga de por medio, sin un desafío y cortar meras hormigas más que saciar la sed de su espada simplemente le frustraría o eso sentía. Quizás ambas partes de un mismo ser compartían un afán competitivo, uno que no cualquier presa podía saciar ni satisfacer, era un sentimiento un tanto complicado de cumplir. Un sentimiento que claramente distaba de cualquier destajador de cuerpos, necesitaba sentir que valía la pena para que realmente considerase su misión cumplida, algunas veces su espada no recibía sangre pero su mente igualmente reconocía los frutos de un trabajo bien hecho.
―La honestidad no tiene nada de malo espaditas, siempre es mejor ir con la verdad y arrollar con la honestidad que refugiarse en mentiras como un mero cobarde. No siempre saldrá bien, lo tengo claro, estamos en un mundo donde la verdad puede doler y ser más odiada que una mentira disfrazada de paraíso. ¿Matar civiles? Eso no saciaría a mi espada, no voy por presas indefensas o que no demuestren valor, de hecho suelo defender a quienes no pueden hacerlo simplemente porque me gusta un desafío antes que una presa fácil. Mi espada no es tan sencilla de saciar, si me dedicase a cortar civiles simplemente me terminaría aburriendo y para un guerrero el aburrimiento debe mantenerse alejado para no perder la motivación que nos impulsa.―
Declaró con una sonrisa, no le importaba revelar su medio de acción, su búsqueda de peligros que conllevasen una recompensa mayor pero tampoco iría tirando flores sobre ser un héroe del pueblo. Solo hacía su trabajo, sin remordimientos y al final del día la bolsa de monedas que le ofrecían habría valido la pena si conseguía algo digno. Después de todo, estaba en su inconsciente terminar por llamar la atención de una manera u otra. Fuese en un combate o a la hora de promocionarse, podía notarse cierto dramatismo en su forma de comunicar que enaltecía las frases que pudiesen escapar de su boca.
―¿Cobardes que se mueven e intentan distraerte? Muchos, he luchado contra varios oponentes mientras trabajaba como mercenaria, los bandidos no tienen pudor en usar cualquier cosa cuando un oponente de cuatro metros se les abalanza sin piedad. Pero al final del día, puedes suponer quien sigue respirando por el mundo y quienes reposan bajo la sombra de mi arma. Pareces tener experiencia en aquellos trucos, al menos al ser usados en tu contra, no sé si estamos en condición de juzgarles ya que ante un oponente formidable el instinto suele primar sobre el honor. El temor a morir es el segundo miedo de las hormigas, el primero es decir la verdad.―
Bromeó mientras comenzaba a reír, su atención ahora se centraba en lo que aquel chico comenzaba a platicar, el hecho de ser un doctor pero que a la par aceptaba algún combate interesante. La Oni llevó una mano a su barbilla mientras se frotaba meditando cada palabra, era una oportunidad única de probarse frente a un usuario de un estilo que nunca había visto y cerca de la taberna existía una playa donde era ideal para no preocuparse en destrozar nada. ¿Acaso ella entraría en su lista de oponentes indicados? A juzgar por el tono de las palabras ambos buscaban algo similar al enfrentarse, un combate que les diese sentido y emoción a cada una de sus acciones, siendo que el desafío se sentía en el aire pero no de una forma tensa si no como una dulce fragancia.
―¿Qué te parece si entrenamos estos huesos antes de que nos oxidemos esperando a alguien? Creo que eres alguien muy interesante, me gustaría batirme a un duelo amistoso con un especialista de tres filos contra mi estilo y no creo que tengas mucho trabajo hasta más tarde. Ambos perseguimos una meta pero con enfoques muy diferentes... Si gustas cerca de aquí, cruzando el puente hay una playa a la que nadie va y he estado usando para entrenar con mi espada. Tampoco hay muchos obstáculos y es más bien una arena con un bonito paisaje de fondo. No nos freiremos debajo del sol, hay un lugar que siempre está fresco debido a un peñasco que hay más al norte.―
Ofreció mientras utilizaba su brazo para indicar el camino, en caso de que su petición fuese aceptada se pondría en marcha para llegar al lugar y comenzar los ejercicios de calentamiento necesarios. Sus ojos mostraban una fiera emoción plasmada, se encontraba muy ilusionada con respecto a acceder al selecto de grupo de personas que aquel sujeto elegía, poder cruzar su acero con el del contrario le despertaba un pálpito notorio en su corazón. No habían comenzado a moverse que la adrenalina ya era palpable en la gigantesca Oni, no era de extrañar, pocas veces encontraba a un oponente tan interesante frente a sus ojos y que estuviese dispuesto a calentar motores con ella.
―La honestidad no tiene nada de malo espaditas, siempre es mejor ir con la verdad y arrollar con la honestidad que refugiarse en mentiras como un mero cobarde. No siempre saldrá bien, lo tengo claro, estamos en un mundo donde la verdad puede doler y ser más odiada que una mentira disfrazada de paraíso. ¿Matar civiles? Eso no saciaría a mi espada, no voy por presas indefensas o que no demuestren valor, de hecho suelo defender a quienes no pueden hacerlo simplemente porque me gusta un desafío antes que una presa fácil. Mi espada no es tan sencilla de saciar, si me dedicase a cortar civiles simplemente me terminaría aburriendo y para un guerrero el aburrimiento debe mantenerse alejado para no perder la motivación que nos impulsa.―
Declaró con una sonrisa, no le importaba revelar su medio de acción, su búsqueda de peligros que conllevasen una recompensa mayor pero tampoco iría tirando flores sobre ser un héroe del pueblo. Solo hacía su trabajo, sin remordimientos y al final del día la bolsa de monedas que le ofrecían habría valido la pena si conseguía algo digno. Después de todo, estaba en su inconsciente terminar por llamar la atención de una manera u otra. Fuese en un combate o a la hora de promocionarse, podía notarse cierto dramatismo en su forma de comunicar que enaltecía las frases que pudiesen escapar de su boca.
―¿Cobardes que se mueven e intentan distraerte? Muchos, he luchado contra varios oponentes mientras trabajaba como mercenaria, los bandidos no tienen pudor en usar cualquier cosa cuando un oponente de cuatro metros se les abalanza sin piedad. Pero al final del día, puedes suponer quien sigue respirando por el mundo y quienes reposan bajo la sombra de mi arma. Pareces tener experiencia en aquellos trucos, al menos al ser usados en tu contra, no sé si estamos en condición de juzgarles ya que ante un oponente formidable el instinto suele primar sobre el honor. El temor a morir es el segundo miedo de las hormigas, el primero es decir la verdad.―
Bromeó mientras comenzaba a reír, su atención ahora se centraba en lo que aquel chico comenzaba a platicar, el hecho de ser un doctor pero que a la par aceptaba algún combate interesante. La Oni llevó una mano a su barbilla mientras se frotaba meditando cada palabra, era una oportunidad única de probarse frente a un usuario de un estilo que nunca había visto y cerca de la taberna existía una playa donde era ideal para no preocuparse en destrozar nada. ¿Acaso ella entraría en su lista de oponentes indicados? A juzgar por el tono de las palabras ambos buscaban algo similar al enfrentarse, un combate que les diese sentido y emoción a cada una de sus acciones, siendo que el desafío se sentía en el aire pero no de una forma tensa si no como una dulce fragancia.
―¿Qué te parece si entrenamos estos huesos antes de que nos oxidemos esperando a alguien? Creo que eres alguien muy interesante, me gustaría batirme a un duelo amistoso con un especialista de tres filos contra mi estilo y no creo que tengas mucho trabajo hasta más tarde. Ambos perseguimos una meta pero con enfoques muy diferentes... Si gustas cerca de aquí, cruzando el puente hay una playa a la que nadie va y he estado usando para entrenar con mi espada. Tampoco hay muchos obstáculos y es más bien una arena con un bonito paisaje de fondo. No nos freiremos debajo del sol, hay un lugar que siempre está fresco debido a un peñasco que hay más al norte.―
Ofreció mientras utilizaba su brazo para indicar el camino, en caso de que su petición fuese aceptada se pondría en marcha para llegar al lugar y comenzar los ejercicios de calentamiento necesarios. Sus ojos mostraban una fiera emoción plasmada, se encontraba muy ilusionada con respecto a acceder al selecto de grupo de personas que aquel sujeto elegía, poder cruzar su acero con el del contrario le despertaba un pálpito notorio en su corazón. No habían comenzado a moverse que la adrenalina ya era palpable en la gigantesca Oni, no era de extrañar, pocas veces encontraba a un oponente tan interesante frente a sus ojos y que estuviese dispuesto a calentar motores con ella.