Umibozu
El Naufragio
23-10-2024, 11:37 AM
30 de verano del año 724 a las 7:30 de la mañana,
Cercanías del Baratie,
East Blue.
Cercanías del Baratie,
East Blue.
El reino de Oykot había quedado atrás y con él una parte de mí. Allí quedaría por siempre un montón de recuerdos y sentimientos, de experiencias nunca antes vividas y mucha gente a la que recordar. Su valentía y sus ganas de transformar su realidad más inmediata se habían pegado a mis escamas, haciéndome ver que el sueño de la revolución era posible. Había vivido en primera persona que todo aquello que creía imposible, podía hacerse real. Me llevé la mano al pecho, trazando de manera inconsciente la gran marca de huella de dragón que llevaría por siempre conmigo. Ella me recordaba muchas cosas, algunas que me habían forjado la personalidad y siempre recordaría, otras que me habían alterado lo que tendría que haber sido y que siempre trataría de olvidar. Nada en la vida es completamente malo, como tampoco es completamente bueno. La gestión de los recuerdos podía ser tan constructiva, como demoledora si no se hacía correctamente. De Oykot me llevaba también la decisión de hacer cambios en mi rutina. Si quería que la transformación llegara a más lugares, debía empezar por mí mismo. Sabía que me haría falta más disciplina, así que estaba empezando a tomar por costumbre hacer ejercicio por la mañana. Mantener la forma y estar siempre dispuesto para lo que llegara. Además, viendo el grupo con el que viaja iba a necesitar de toda la ayuda posible, pues los desmasdres y vicios eran la norma de esa gentuza a la que yo pertenecía también. Y eso… ¡me encantaba! Así pues, tratando de no hacer demasiado ruido, me lancé desde la cubierta del Alborada al mar, inundando por completo la superficie del navío de agua, y me alejé para poder hacer algo de ejercicio matutino.
-¡Nenúfares nepalíes! ¿Has visto eso, Jim?
-¡Es enorme!
-¡Voy a por él! Esta vez no me lo quites, ¡eh!
-Nooooo. Estaré atento por si te come. Nada más.
-¡Ja! ¡Qué más quisiera ese cerebro de medusa!
Me giré bruscamente - ¡¿Pero qué?! - furioso. Acababa de notar una fuerte sacudida en las lumbares. Un espeso moco se me había adherido a la espalda. Podía notarlo a pesar de mis densas escamas. Frío, viscoso, repugnante. De un rápido fuerte manotazo lancé y desvié la trayectoria de un pequeño renacuajo que volvía a la carga. ¿Había sido ese microbio el que me había golpeado con tanta fuerza? El renacuajo volvió a la carga, pero esta vez lanzándome un masa ingente de baba. Traté de golpearla, pero la pompa estalló envolviéndome el brazo por completo y dificultándome separarlo del cuerpo. Rugí con fiereza. ¿Quién se creía que era ese enano y por qué me estaba atacando? ¿Acaso era la bestia marina alfa del lugar? ¿Ese alevin?
-Abyssal Fury: Abyssal Charge
El renacuajo lejos de amedrentarse ante el impacto inminente cargó contra mí rodeándose de esa maldita baba. ¿Qué era una maldita medusa? Al impactar contra él, liberó una fuerte ráfaga de viento de cortante de una especie de concha similar a la que le había regalado a Tofun el día de su boda. Recibió el golpe de lleno, aunque no pareció inmutarse demasiado. La baba lo había protegido. El combate continuó. Los desplazamientos nos fueron moviendo de la posición inicial creando olas de gran tamaño que dificultaban la navegación a un barco mercader que pasaba por allí. Absorto en el combate y las continuas inmersiones bajo la superficie y la salidas fuera de ella apenas me permitieron captar los gritos de terror de las personas abordo del barco, que lejos de intentar frenarnos o cazarnos, huyeron tan rápido como pudieron del lugar desviándose de la ruta establecida.
-¡Maldito enano-lurk! - maldije furioso - ¡Eres un maldito incordio-lurk!
-¡Escamas, pero si puedes hablar!
La sorpresa por mi capacidad de habla hizo que bajara un instante la guardia, pudiéndole así placar de lleno. Al contacto volvió a soltar más baba repugnante. Notaba como se me iba adhiriendo a las escamas, dificultándome el movimiento y obligándome a esforzarme más en cada acción.
-¿Qué pensabas que era uno de esas bestias marinas con cerebro de medusa-lurk?
-¡Eeeee, Timsy! ¿Es que ahora te quieres hacer amigo de esa bestia marina o qué? ¿O quizás necesites una ayudita como con el pezjalí del otro día, eh!? - gritó con recochineo un animal diminuto de un barco cercano.
¡TIMSY! El tiempo se detuvo. Me quedé completamente paralizado al escuchar ese nombre. Centré por completo la mirada en el ser que tenía frente a mí. ¿Acaso podía ser real?
-¡Cállate! Este no es como los otros. ¡Puede hablar! ¡Por las ancas de mi tía que si es duro! ¡Pero lo voy a cazar yo solito! - replicó chocándose con el pulgar en el pecho.
-¿Ojitos saltones?
Nunca antes unas palabras fueron pronunciadas con tanta esperanza, ni deseo. El semblante me había cambiado por completo y la furia y rabia que aquel pequeño gyojin había generado había desaparecido por completo para dejar hueco a la emoción y la esperanza de ver un sueño y objetivo vital cumplido. De un reencuentro muchas veces soñado, pero jamás vivido. De… no podía expresar de ninguna manera lo que sentía.
-¿Mumi?
Ese nombre salió de lo más profundo del subconsciente de Timsy. Ni siquiera recordaba haberlo pronunciado ninguna vez y de haberle preguntado si conocía a alguien con ese nombre sin duda habría dicho que no. Pero escuchar el apelativo por el cual su hermano mayor lo llamaba cariñosamente de pequeño liberó recuerdos mucho tiempo atrás olvidados.
-¿Eres tú, Timsy-lurk?
-¿Mumi? - repitió con lágrimas en los ojos y añoranza en las palabras e incredulidad.
Asentí y los dos nos fundimos en un abrazo que duraría los siguientes doce años.Los mismos que la vida nos había separado.
-¡Nenúfares nepalíes! ¿Has visto eso, Jim?
-¡Es enorme!
-¡Voy a por él! Esta vez no me lo quites, ¡eh!
-Nooooo. Estaré atento por si te come. Nada más.
-¡Ja! ¡Qué más quisiera ese cerebro de medusa!
Me giré bruscamente - ¡¿Pero qué?! - furioso. Acababa de notar una fuerte sacudida en las lumbares. Un espeso moco se me había adherido a la espalda. Podía notarlo a pesar de mis densas escamas. Frío, viscoso, repugnante. De un rápido fuerte manotazo lancé y desvié la trayectoria de un pequeño renacuajo que volvía a la carga. ¿Había sido ese microbio el que me había golpeado con tanta fuerza? El renacuajo volvió a la carga, pero esta vez lanzándome un masa ingente de baba. Traté de golpearla, pero la pompa estalló envolviéndome el brazo por completo y dificultándome separarlo del cuerpo. Rugí con fiereza. ¿Quién se creía que era ese enano y por qué me estaba atacando? ¿Acaso era la bestia marina alfa del lugar? ¿Ese alevin?
-Abyssal Fury: Abyssal Charge
U89301
ÚNICA
Ofensiva
Tier 3
No Aprendida
37
2
Umibozu carga contra un objetivo golpeándole con todo su cuerpo. Esta técnica puede realizarse de manera bípeda o cuadrúpeda, como si fuera un toro. Debido a la potencia del impacto, dañará a todo lo que haya en un radio de 4m del impacto.
Golpe básico cac + [RESx2,4]
El renacuajo lejos de amedrentarse ante el impacto inminente cargó contra mí rodeándose de esa maldita baba. ¿Qué era una maldita medusa? Al impactar contra él, liberó una fuerte ráfaga de viento de cortante de una especie de concha similar a la que le había regalado a Tofun el día de su boda. Recibió el golpe de lleno, aunque no pareció inmutarse demasiado. La baba lo había protegido. El combate continuó. Los desplazamientos nos fueron moviendo de la posición inicial creando olas de gran tamaño que dificultaban la navegación a un barco mercader que pasaba por allí. Absorto en el combate y las continuas inmersiones bajo la superficie y la salidas fuera de ella apenas me permitieron captar los gritos de terror de las personas abordo del barco, que lejos de intentar frenarnos o cazarnos, huyeron tan rápido como pudieron del lugar desviándose de la ruta establecida.
-¡Maldito enano-lurk! - maldije furioso - ¡Eres un maldito incordio-lurk!
-¡Escamas, pero si puedes hablar!
La sorpresa por mi capacidad de habla hizo que bajara un instante la guardia, pudiéndole así placar de lleno. Al contacto volvió a soltar más baba repugnante. Notaba como se me iba adhiriendo a las escamas, dificultándome el movimiento y obligándome a esforzarme más en cada acción.
-¿Qué pensabas que era uno de esas bestias marinas con cerebro de medusa-lurk?
-¡Eeeee, Timsy! ¿Es que ahora te quieres hacer amigo de esa bestia marina o qué? ¿O quizás necesites una ayudita como con el pezjalí del otro día, eh!? - gritó con recochineo un animal diminuto de un barco cercano.
¡TIMSY! El tiempo se detuvo. Me quedé completamente paralizado al escuchar ese nombre. Centré por completo la mirada en el ser que tenía frente a mí. ¿Acaso podía ser real?
-¡Cállate! Este no es como los otros. ¡Puede hablar! ¡Por las ancas de mi tía que si es duro! ¡Pero lo voy a cazar yo solito! - replicó chocándose con el pulgar en el pecho.
-¿Ojitos saltones?
Nunca antes unas palabras fueron pronunciadas con tanta esperanza, ni deseo. El semblante me había cambiado por completo y la furia y rabia que aquel pequeño gyojin había generado había desaparecido por completo para dejar hueco a la emoción y la esperanza de ver un sueño y objetivo vital cumplido. De un reencuentro muchas veces soñado, pero jamás vivido. De… no podía expresar de ninguna manera lo que sentía.
-¿Mumi?
Ese nombre salió de lo más profundo del subconsciente de Timsy. Ni siquiera recordaba haberlo pronunciado ninguna vez y de haberle preguntado si conocía a alguien con ese nombre sin duda habría dicho que no. Pero escuchar el apelativo por el cual su hermano mayor lo llamaba cariñosamente de pequeño liberó recuerdos mucho tiempo atrás olvidados.
-¿Eres tú, Timsy-lurk?
-¿Mumi? - repitió con lágrimas en los ojos y añoranza en las palabras e incredulidad.
Asentí y los dos nos fundimos en un abrazo que duraría los siguientes doce años.Los mismos que la vida nos había separado.