Galhard
Gal
23-10-2024, 10:49 PM
Galhard escuchó con atención, sintiendo cómo Asradi se retiraba, no físicamente, pero sí emocionalmente. Sus palabras eran vagas, pero cargadas de un peso que Galhard podía percibir claramente. El movimiento nervioso de su cola y la breve pausa en su mirada, antes de apartarla, lo confirmaban: había algo que la mantenía en guardia, algo mucho más profundo de lo que ella dejaba ver en sus palabras. Y él no iba a forzarla a compartirlo, pero tampoco podía ignorar la sensación de que, en el fondo, ella quería hacerlo, aunque no estuviera lista.
La tensión en el aire era palpable, pero Galhard decidió no presionar más. Sabía cuándo dar espacio y cuándo retroceder. A veces, forzar a alguien a abrirse solo creaba más distancia, y él valoraba lo suficiente la confianza que habían construido hasta ahora como para no romperla por un impulso.
"Todos tenemos algo que no queremos contar." Las palabras de Asradi flotaban en el aire entre ellos, y Galhard supo que lo que ella ocultaba iba más allá de simples inseguridades. Había peligro real, miedo, una barrera que ella levantaba para protegerse. Pero él también entendía ese sentimiento. Todos cargaban con secretos, y algunos eran más difíciles de compartir que otros.
—Es cierto... nadie es completamente transparente —respondió Galhard, con una sonrisa suave, aunque había un dejo de melancolía en su mirada. Miró el horizonte, como si también él estuviera buscando un refugio en el vasto océano frente a ellos —Cada uno de nosotros lleva una parte de su historia que prefiere mantener oculta. A veces, es por protección, a veces es por miedo... y otras, simplemente porque no sabemos si estamos listos para enfrentar lo que implica revelarlo.—
El viento marino acariciaba su rostro, refrescante, pero también pesado, como si compartiera la misma carga emocional que flotaba entre ambos.
—Todos hemos pasado por cosas que preferiríamos dejar en las sombras, donde nadie más pueda verlas.— Hizo una breve pausa, dejando que el sonido de las olas rompiera el silencio, antes de añadir— Pero... creo que hay momentos en los que el peso de lo que ocultamos se vuelve tan grande que empieza a aplastarnos por dentro.—
Se volvió hacia ella, su mirada más directa, pero no intrusiva.
—No te voy a preguntar qué es lo que llevas dentro, Asradi. No quiero que sientas que debes abrirte solo porque yo lo pida —dijo, su tono serio, pero con una suavidad que intentaba disipar cualquier tensión —Pero lo que sí te diré es que... no siempre tenemos que cargar con todo nosotros mismos. A veces, compartir el peso con alguien puede ser la única manera de seguir adelante.—
Sabía que no era sencillo para ella. Asradi vivía en un mundo que no siempre era amable con quienes eran diferentes. Las sirenas, especialmente, tenían que cuidarse en lugares donde el valor de su libertad se medía en monedas, y la traición podía acechar en cualquier esquina.
—Tú conoces tu camino mejor que nadie —continuó Galhard — Y si alguna vez decides que quieres compartir esa carga, sabes que estaré aquí. No importa lo que sea. —Hizo una pausa, sonriendo brevemente —No soy de los que juzgan por lo que uno ha sido o ha hecho en el pasado. Todos tenemos derecho a decidir quiénes somos hoy, sin importar de dónde venimos o lo que hayamos hecho.—
Galhard dejó que sus palabras flotaran, sin esperar una respuesta inmediata. Asradi no necesitaba decir nada, y él no la forzaría. Sabía que su oferta de apoyo podía ser suficiente por ahora, sin necesidad de más. Ella tenía su propio tiempo para enfrentarse a sus demonios, y Galhard respetaba eso.
—Supongo que... a veces es suficiente saber que alguien está ahí cuando lo necesites —añadió finalmente, como quien lanza una pequeña cuerda al vacío, sin saber si será tomada—. Sea lo que sea que te preocupe, el mar sigue aquí. Y yo también.— Finalizó sonriendo plácidamente mientras flotaba en el agua.
El silencio volvió, pero esta vez no era incómodo. Ambos sabían que había cosas que no se podían decir, no aún, pero también había una promesa implícita de que, cuando llegara el momento, no estarían solos para enfrentarlas.
La tensión en el aire era palpable, pero Galhard decidió no presionar más. Sabía cuándo dar espacio y cuándo retroceder. A veces, forzar a alguien a abrirse solo creaba más distancia, y él valoraba lo suficiente la confianza que habían construido hasta ahora como para no romperla por un impulso.
"Todos tenemos algo que no queremos contar." Las palabras de Asradi flotaban en el aire entre ellos, y Galhard supo que lo que ella ocultaba iba más allá de simples inseguridades. Había peligro real, miedo, una barrera que ella levantaba para protegerse. Pero él también entendía ese sentimiento. Todos cargaban con secretos, y algunos eran más difíciles de compartir que otros.
—Es cierto... nadie es completamente transparente —respondió Galhard, con una sonrisa suave, aunque había un dejo de melancolía en su mirada. Miró el horizonte, como si también él estuviera buscando un refugio en el vasto océano frente a ellos —Cada uno de nosotros lleva una parte de su historia que prefiere mantener oculta. A veces, es por protección, a veces es por miedo... y otras, simplemente porque no sabemos si estamos listos para enfrentar lo que implica revelarlo.—
El viento marino acariciaba su rostro, refrescante, pero también pesado, como si compartiera la misma carga emocional que flotaba entre ambos.
—Todos hemos pasado por cosas que preferiríamos dejar en las sombras, donde nadie más pueda verlas.— Hizo una breve pausa, dejando que el sonido de las olas rompiera el silencio, antes de añadir— Pero... creo que hay momentos en los que el peso de lo que ocultamos se vuelve tan grande que empieza a aplastarnos por dentro.—
Se volvió hacia ella, su mirada más directa, pero no intrusiva.
—No te voy a preguntar qué es lo que llevas dentro, Asradi. No quiero que sientas que debes abrirte solo porque yo lo pida —dijo, su tono serio, pero con una suavidad que intentaba disipar cualquier tensión —Pero lo que sí te diré es que... no siempre tenemos que cargar con todo nosotros mismos. A veces, compartir el peso con alguien puede ser la única manera de seguir adelante.—
Sabía que no era sencillo para ella. Asradi vivía en un mundo que no siempre era amable con quienes eran diferentes. Las sirenas, especialmente, tenían que cuidarse en lugares donde el valor de su libertad se medía en monedas, y la traición podía acechar en cualquier esquina.
—Tú conoces tu camino mejor que nadie —continuó Galhard — Y si alguna vez decides que quieres compartir esa carga, sabes que estaré aquí. No importa lo que sea. —Hizo una pausa, sonriendo brevemente —No soy de los que juzgan por lo que uno ha sido o ha hecho en el pasado. Todos tenemos derecho a decidir quiénes somos hoy, sin importar de dónde venimos o lo que hayamos hecho.—
Galhard dejó que sus palabras flotaran, sin esperar una respuesta inmediata. Asradi no necesitaba decir nada, y él no la forzaría. Sabía que su oferta de apoyo podía ser suficiente por ahora, sin necesidad de más. Ella tenía su propio tiempo para enfrentarse a sus demonios, y Galhard respetaba eso.
—Supongo que... a veces es suficiente saber que alguien está ahí cuando lo necesites —añadió finalmente, como quien lanza una pequeña cuerda al vacío, sin saber si será tomada—. Sea lo que sea que te preocupe, el mar sigue aquí. Y yo también.— Finalizó sonriendo plácidamente mientras flotaba en el agua.
El silencio volvió, pero esta vez no era incómodo. Ambos sabían que había cosas que no se podían decir, no aún, pero también había una promesa implícita de que, cuando llegara el momento, no estarían solos para enfrentarlas.