Una vez más el ejército revolucionario, y más concretamente nuestro grupo de viaje hacía gala y alarde de una unidad envidiable y que ya quisieran más de uno y de dos ejércitos regulares. A una sola llamada de auxilio parecíamos haber acudido todos sin demora, ni preguntas. La situación parecía ser menos crítica de lo que había considerado en un inicio. Tofun parecía seguir con vida y con capacidad de seguir aumentando su leyenda tras haber sido atendido por Asradi, nuestra sirena favorita. O al menos parcialmente. Su pronunciación no era la mejor, pero teniendo en cuenta que pasaba borracho más horas de las que tenía el día que pudiera hablar era toda una proeza. Desde mi posición conseguía escuchar lo que decía, aunque con algo de dificultad, pero por contra podía observar la escena completa con facilidad.
Los enemigos se movían con una coordinación y sincronización perfecta. Se notaba que no eran unos novatos de tres al cuarto. Uno de ellos había lanzado unos higos hacia los revolucionarios. ¿Higos? ¿De verdad? El gas verde seguía inundando la sala, como el océano inundaba la corteza terrestre. La marea volátil se movía libre por el recinto y, al igual que una tempestad, terminaría por engullir a quienes estuvieran en su dominio. El tipo de la máscara embistió a uno de los rivales, Alistair, el polluelo de los revos se deleitaba con sus cuchillos grandes y Airgid, la chica chatarra, hacía gala de sus poderes demoníacos. Lobo nos deleitaba con sus habilidades musicales. Todo ocurría a un ritmo vertiginoso, a la vez, pero al mismo tiempo disperso en el tiempo y espacio de la batalla campal que se había montado. Estaba seguro que ninguno de los presentes del Baratie habría previsto algo semejante esa misma mañana. Mientras tanto yo seguía observando con atención todo y a todos.
-¿Esos son tus amigos? Una coja, un tipo tan feo que se cubre la cara con una máscara y… ¿ese de ahí es un enano? - Timsy señaló a la nada con su dedo índice - ¿También un mink lobo? ¿Esas alas son también un disfraz? Parecéis un circo, ¡eh! Al menos hay una normal…
-Es una sirena-lurk - le respondí.
-¡Oh, vaya…!
-Y sí… lurk - añadí encogiéndose de hombros y sonriéndole
-¡Genial!
La situación iba escalando en intensidad a medida que los ataques, contraataques y defensas iban ocurriendo. Sentía la necesidad de participar. Poco a poco la adrenalina se iba adhiriendo a las escamas y me forzaban a entrar como un tsunami. Ese sentimiento alcanzó su culmen cuando la Chica Chatarra gritó a los galácticos. En se momento rugí con furia y fiereza - ¡¡¡VENID AQUÍ QUE OS COMER COMO SI FUERAIS SUSHI RECIÉN PESCAO -LURK!!! - sentía el poder y la emoción bullir en mi interior, como la más furiosa de las tormentas y las violentas de las mareas. Las membranas del cuello comenzaron a expandirse y replegarse violentamente sin control durante varios segundos, creando el sonido de unas velas violentamente desplegadas un día de viento.
Los enemigos se movían con una coordinación y sincronización perfecta. Se notaba que no eran unos novatos de tres al cuarto. Uno de ellos había lanzado unos higos hacia los revolucionarios. ¿Higos? ¿De verdad? El gas verde seguía inundando la sala, como el océano inundaba la corteza terrestre. La marea volátil se movía libre por el recinto y, al igual que una tempestad, terminaría por engullir a quienes estuvieran en su dominio. El tipo de la máscara embistió a uno de los rivales, Alistair, el polluelo de los revos se deleitaba con sus cuchillos grandes y Airgid, la chica chatarra, hacía gala de sus poderes demoníacos. Lobo nos deleitaba con sus habilidades musicales. Todo ocurría a un ritmo vertiginoso, a la vez, pero al mismo tiempo disperso en el tiempo y espacio de la batalla campal que se había montado. Estaba seguro que ninguno de los presentes del Baratie habría previsto algo semejante esa misma mañana. Mientras tanto yo seguía observando con atención todo y a todos.
-¿Esos son tus amigos? Una coja, un tipo tan feo que se cubre la cara con una máscara y… ¿ese de ahí es un enano? - Timsy señaló a la nada con su dedo índice - ¿También un mink lobo? ¿Esas alas son también un disfraz? Parecéis un circo, ¡eh! Al menos hay una normal…
-Es una sirena-lurk - le respondí.
-¡Oh, vaya…!
-Y sí… lurk - añadí encogiéndose de hombros y sonriéndole
-¡Genial!
La situación iba escalando en intensidad a medida que los ataques, contraataques y defensas iban ocurriendo. Sentía la necesidad de participar. Poco a poco la adrenalina se iba adhiriendo a las escamas y me forzaban a entrar como un tsunami. Ese sentimiento alcanzó su culmen cuando la Chica Chatarra gritó a los galácticos. En se momento rugí con furia y fiereza - ¡¡¡VENID AQUÍ QUE OS COMER COMO SI FUERAIS SUSHI RECIÉN PESCAO -LURK!!! - sentía el poder y la emoción bullir en mi interior, como la más furiosa de las tormentas y las violentas de las mareas. Las membranas del cuello comenzaron a expandirse y replegarse violentamente sin control durante varios segundos, creando el sonido de unas velas violentamente desplegadas un día de viento.