Atlas
Nowhere | Fénix
24-10-2024, 08:45 PM
La primera oposición que hicimos de manera conjunta fue fructífera, o eso pareció al menos. Camille vio cómo su poderosa ofensiva era repelida y, junto a ella, se veía obligada a retroceder algunos metros. Si en algún momento habíamos tenido alguna duda de que quien se encontraba frente a nosotros en esos momentos no era Camille, desapareció por completo cuando volvió a centrarse en nosotros.
El brillo animal que escapó de su mirada lo dejó bien claro, helándome la sangre y haciéndome sentir como una presa acechada. Sus iris centelleaban violentamente con puro instinto de supervivencia. Primigenio. Básico. Animal. Fiera. sí, seguramente ésa fuese la palabra que mejor definiera aquello en lo que se había convertido la oni. Casi podía ver cómo su piel se erizaba. El fino vello de sus brazos se proyectaba del mismo modo que lo haría la hoja de su odachi. Tristemente, estaba seguro de que si en aquel instante nuestra compañera pudiese valerse de ellos para atravesarnos, despedazarnos y acabar con nosotros, lo haría.
—Todo esto es culpa nuestra —dije en voz baja para que Octojin pudiese escucharme, aunque en el fondo quería decir "mía". Al mismo tiempo me coloqué en guardia con mi naginata en ristre, dispuesto a asumir una a una todas las consecuencias de mi estupidez—. Cuando todo esto acabe, porque nos vamos a asegurar de que acabe, le deberemos una buena disculpa.
El iracundo tajo de Camille hendió el aire con la fiereza de un depredador salvaje. El colmillo en que se había transformado su acero rasgó la nada, liberando una violenta onda cortante que avanzó siempre creciente, firme y decidida, hacia nosotros. Era una fuerza de la naturaleza, imparable hasta que se calmase por sí misma, pero ¿se calmaría alguna vez? No, debíamos ser nosotros quienes lo hiciéramos.
Mi filo emuló al suyo, arañando el aire en dirección a la onda que había lanzado la oni con anterioridad. Conforme la hoja iba pasando, un afilado destello azulado cobraba vida y empezaba a devorar la distancia que lo separaba de la ofensiva proyectada por Camille. Ambas chocaron, produciéndose la colisión un poco más cerca de mí que de ella. El duelo concluyó con la desintegración de ambas, quedando pequeños remanentes de Camille provistos de una naturaleza animal que mordieron mi carne a la altura de mis brazos.
No obstante, no tuve tiempo de detenerme a valorar mis heridas o mi estado. Tampoco pude ver cómo había respondido Octojin al violento regalo que le habían enviado. ¿Que por qué? Porque nuestra amiga y adversaria no conocía el cansancio o la fatiga. Y si los conocía, los ignoraba deliberadamente. Aquello sumó una inquietud más a la larga ristra de éstas que ya plagaba mi mente: ¿qué repercusiones podría tener todo aquello en el cuerpo de Camille? La urgencia y la necesidad de detenerla iban creciendo por momentos. Lo hacían casi tan rápido como incrementaba la intensidad que ella imprimía al enfrentamiento.
Su odachi comenzó a girar. Cada vez lo hacía más y más rápido, alcanzando una velocidad y potencia inusitadas. En no demasiado tiempo su movimiento se había convertido en una circunferencia casi perfecta que no dejaba huecos para la ofensiva si antes no se la detenía. Di medio paso hacia atrás, lanzándome hacia delante a continuación para realizar dos veloces tajos horizontales cuando tuve a tiro a mi objetivo. Ambos fueron lanzados a gran velocidad, tanta que parecía que habían sido proyectados al mismo tiempo, pero nada más lejos de la realidad. La intención era que, al golpear su acero con el mío en dos puntos distintos del recorrido, la fuerza imprimida por Octojin fuese capaz de detenerla de una bendita vez.
Mis movimientos acabaron conmigo reculando cinco metros y alzándome otros cinco con mis alas. Apenas me quedaban fuerzas o energía y dudaba ser capaz de resistir un par de lances más. Con suerte podría aguantar un tercero, pero más allá de eso era consciente de que caería rendido. No había poder de Akuma no Mi que rivalizase con la potencia de aquel par de bestias, y lo había comprobado en mis carnes. Eso o que me había confiado y me había dejado llevar demasiado. ¿Cuál sería la respuesta correcta?
En cualquier caso, jadeante y extenuado, no estaba en disposición de realizar una ofensiva que sabía que no podría defender a la hora de cruzar aceros con Camille. Por mucho que me pesase, en aquel momento mi papel debía limitarse a servir de apoyo a Octojin y hacer lo posible por sacar a Cammille de ese estado descontrolado en el que se había sumido.
El brillo animal que escapó de su mirada lo dejó bien claro, helándome la sangre y haciéndome sentir como una presa acechada. Sus iris centelleaban violentamente con puro instinto de supervivencia. Primigenio. Básico. Animal. Fiera. sí, seguramente ésa fuese la palabra que mejor definiera aquello en lo que se había convertido la oni. Casi podía ver cómo su piel se erizaba. El fino vello de sus brazos se proyectaba del mismo modo que lo haría la hoja de su odachi. Tristemente, estaba seguro de que si en aquel instante nuestra compañera pudiese valerse de ellos para atravesarnos, despedazarnos y acabar con nosotros, lo haría.
—Todo esto es culpa nuestra —dije en voz baja para que Octojin pudiese escucharme, aunque en el fondo quería decir "mía". Al mismo tiempo me coloqué en guardia con mi naginata en ristre, dispuesto a asumir una a una todas las consecuencias de mi estupidez—. Cuando todo esto acabe, porque nos vamos a asegurar de que acabe, le deberemos una buena disculpa.
El iracundo tajo de Camille hendió el aire con la fiereza de un depredador salvaje. El colmillo en que se había transformado su acero rasgó la nada, liberando una violenta onda cortante que avanzó siempre creciente, firme y decidida, hacia nosotros. Era una fuerza de la naturaleza, imparable hasta que se calmase por sí misma, pero ¿se calmaría alguna vez? No, debíamos ser nosotros quienes lo hiciéramos.
Mi filo emuló al suyo, arañando el aire en dirección a la onda que había lanzado la oni con anterioridad. Conforme la hoja iba pasando, un afilado destello azulado cobraba vida y empezaba a devorar la distancia que lo separaba de la ofensiva proyectada por Camille. Ambas chocaron, produciéndose la colisión un poco más cerca de mí que de ella. El duelo concluyó con la desintegración de ambas, quedando pequeños remanentes de Camille provistos de una naturaleza animal que mordieron mi carne a la altura de mis brazos.
SAM401
SAMURAI
Ofensiva Activa
Tier 4
No Aprendida
48
2
El usuario ejecuta un poderoso movimiento con su arma lo más rápido que puede y ejerciendo todas sus fuerzas para formar un tajo con la misma presión del aire que se libera con el movimiento, emitiendo de esta forma un tajo volador que se desprende del arma hasta alcanzar los 20 metros, viajando con un +5 de [Tasa de Acierto].
Golpe Basico + [FUEx2,6] de [Daño cortante]
No obstante, no tuve tiempo de detenerme a valorar mis heridas o mi estado. Tampoco pude ver cómo había respondido Octojin al violento regalo que le habían enviado. ¿Que por qué? Porque nuestra amiga y adversaria no conocía el cansancio o la fatiga. Y si los conocía, los ignoraba deliberadamente. Aquello sumó una inquietud más a la larga ristra de éstas que ya plagaba mi mente: ¿qué repercusiones podría tener todo aquello en el cuerpo de Camille? La urgencia y la necesidad de detenerla iban creciendo por momentos. Lo hacían casi tan rápido como incrementaba la intensidad que ella imprimía al enfrentamiento.
Su odachi comenzó a girar. Cada vez lo hacía más y más rápido, alcanzando una velocidad y potencia inusitadas. En no demasiado tiempo su movimiento se había convertido en una circunferencia casi perfecta que no dejaba huecos para la ofensiva si antes no se la detenía. Di medio paso hacia atrás, lanzándome hacia delante a continuación para realizar dos veloces tajos horizontales cuando tuve a tiro a mi objetivo. Ambos fueron lanzados a gran velocidad, tanta que parecía que habían sido proyectados al mismo tiempo, pero nada más lejos de la realidad. La intención era que, al golpear su acero con el mío en dos puntos distintos del recorrido, la fuerza imprimida por Octojin fuese capaz de detenerla de una bendita vez.
SAM501
SAMURAI
Ofensiva Activa
Tier 5
No Aprendida
64
3
Posicionando su hoja en horizontal apuntando a su objetivo, el usuario podrá trazar un [Dash] de hasta cinco metros en un instante mientras traza dos cortes horizontales sobre su objetivo como si buscara dibujar la línea del horizonte, habiendo ejecutado tales cortes tan rapido que serán recibidos de forma simultánea por la víctima, como si ambos cortes buscarán encontrarse en el interior del objetivo causando una [Hemorragia media],
Golpe Basico + [FUEx3] de [Daño cortante]
Mis movimientos acabaron conmigo reculando cinco metros y alzándome otros cinco con mis alas. Apenas me quedaban fuerzas o energía y dudaba ser capaz de resistir un par de lances más. Con suerte podría aguantar un tercero, pero más allá de eso era consciente de que caería rendido. No había poder de Akuma no Mi que rivalizase con la potencia de aquel par de bestias, y lo había comprobado en mis carnes. Eso o que me había confiado y me había dejado llevar demasiado. ¿Cuál sería la respuesta correcta?
En cualquier caso, jadeante y extenuado, no estaba en disposición de realizar una ofensiva que sabía que no podría defender a la hora de cruzar aceros con Camille. Por mucho que me pesase, en aquel momento mi papel debía limitarse a servir de apoyo a Octojin y hacer lo posible por sacar a Cammille de ese estado descontrolado en el que se había sumido.