Sowon
Luna Sangrienta
24-10-2024, 11:12 PM
BER401
BERSERKER
Ofensiva Activa
Tier 4
No Aprendida
56
40
2
El usuario comenzará a girar junto a su arma a gran velocidad formando un pequeño tornado de cortes que ascendieron en el aire hasta 20 metros de altura, abarcando un radio de 10 metros desde el usuario de cortes, pudiendo el usuario moverse manteniendo este estado.
Golpe Basico + [FUEx2,6] de [Daño cortante]
La vida podía llegar a sorprender en lugares inesperados, lo que había comenzado como un paseo por una ciudad que para ojos pocos entrenados se estaba cayendo a pedazos se había convertido en uno de los mejores combates de su vida. La mujer ahora no veía bien donde avanzaba, donde cortaba, era más una fuerza indomable de la naturaleza en el momento que comenzó a girar y el hecho de sentir algo que le detenía solo pudo seguir su rotación con mucha más fiereza. Su mente se entregaba al placer indescriptible que una espada podía darle, era más dulce que cualquier fruta y más satisfactorio que cualquier cerveza, su cuerpo se embriagaba pese a sentir los rasguños sufridos por las constantes evasivas de su oponente. Sentía que debería aprender más sobre esa forma de combate, sobre ser una samurai que adaptase su gran fuerza sumada a la envidiable destreza que un ser tan grande y pesado había demostrado durante todo el combate. El choque fue algo asombroso, desde la perspectiva de la Oni sentía que enfrentaba una muralla, su sonrisa se amplió pese a que el osado movimiento de su cuerpo poco se notaría de un enorme torbellino de cortes que no pensaba detenerse, siguiendo a un ritmo atroz en busca de una embestida frontal.
―Yui, eres bastante poderoso, me agrada que haya gente como tú en estos lugares... hace que quiera quedarme un buen tiempo luchando contra personas cada vez más fuertes... ¿Vuelves a levantarte? ¡Bwahahaha! Como esperaba de un gran rival, quieres chocar otra vez... ¡Está bien iré con toda mi potencia! Como advertí este es mi golpe más poderoso, si quieres jugar toda tu ofensiva a un último golpe podemos intentarlo...―
La voz de la mujer se elevó mientras su avance no dudaba y avanzaba a la figura de su oponente como un huracán desenfrenado. ¿Intentaría frenarle? ¿Buscaría elevar un corte letal? ¿Utilizaría algo incluso más poderoso? La mujer no podía esperar por sentir aquel desesperado ataque que pusiera en alto a su imponente avance. Su sonrisa era sincera, se estaba divirtiendo, lo estaba pasando en grande y no había dejado de sonreír incluso al ser cortada. No había mayor honor que un combate tan sangriento entre la cultura Oni, dos guerreros jamás deben contenerse mientras están luchando ya que esa es la base del respeto tradicional. Los segundos pasaban, el choque se sentía casi inminente y fuera cual fuese el resultado estaba segura de que ambos intentarían darlo todo en aquel último choque, por esa razón no había cambiado de ataque, por aquella razón la mujer había decidido eliminar toda duda y marchar con el ataque más poderoso que conocía siendo honesta en que no tenía nada mejor y reconociendo humildemente su inmadurez con la alegría que le caracterizaba.
―Si soportas esto, te dedico este corte... ¡Vamos Yui muestrame lo que tu dojo ha estado moldeando durante tantos años de duro entrenamiento! Dejemos a todos los que nos ven con la boca abierta, es hora de que veas la razón de mi apodo. ¡Este es el golpe final de la Luna Sangrienta de Onigashima!―
Gritó con furia yendo al choque, técnica contra destreza, fuerza contra habilidad... todo contra todo. Ninguno olvidaría el desenlace de aquel cruento choque de aceros, los curiosos seguramente se sentirían inspirados por aquel tornado feroz que había llegado desde la posada, muchos visitarían el lugar para caminar y sentarse en la misma silla que aquella mujer. Las leyendas hablarían sobre la vez en la cual el mayor discípulo se vio llevado al límite por una mujer que parecía incansable y que cuanto más le cortaban más imparable parecía, una verdadera berserker que blandía una espada tan larga y enorme como el mismo dojo. Tras el primer contacto, la mujer descendería con un rostro endemoniado su filo buscando un corte frontal, una inesperada ofensiva tras haber utilizado la potencia del torbellino para chocar contra lo que fuese que hubiera preparado el joven samurai. Un corte que sin embargo, se detendría en caso de que el Samurai cayese o ya no hubiera reacción por su parte, porque derrotar a alguien caído no era digno, incluso los demonios tenían un honor inquebrantable en los entrenamientos y la Oni no había sido contratada para matar a nadie en esa ocasión.
―Fue un gran combate... no recuerdo la vez que me divertí tanto, supongo que debo hacerme más fuerte para no quedarme atrás...―
Declaró con la espada todavía en sus manos, para ella, aquel choque final había supuesto el final del agónico combate. Todavía sonriendo, indiferente al resultado total de aquel intercambio, solo tenía ojos para mirar adelante y apreciar el enorme desastre que dos colosos del acero se habían dedicado a formar en menos de unos minutos. ¿Cuánto había durado? Para la Oni había sido una eternidad, de la cual hubiera preferido no salir nunca, el placer por un buen duelo siempre alteraba sus sentidos a un punto de distanciamiento inhumano. Era el placer por el cual los guerreros se volvían oponentes tan peligrosos, porque en un combate, estaban en el mayor de sus disfrutes.