Silver se lanzó hacia el tirador con una ferocidad implacable, aprovechando el desconcierto causado por su grito devastador. Su ataque inicial, un abanico de cortes precisos, había conseguido atravesar las defensas del hombre de la gabardina, dibujando líneas de sangre en su piel. Pero el pistolero, a pesar de la sordera momentánea y el golpe recibido, no era un rival que pudiese subestimar. Con una destreza digna de un veterano, levantó su arma con firmeza, buscando recuperarse del impacto.
El tirador reaccionó rápidamente, apuntando su cañón directamente al pecho de Syxel. El primer disparo resonó como un trueno, el proyectil se dirigía con letal precisión hacia el corazón del pirata. Con los sentidos agudizados por años de combate, apenas tuvo un instante para reaccionar. Con un movimiento rápido, trazó una línea horizontal con su espada, desviando el cañón del arma lo justo para que el disparo no alcanzara su objetivo. O al menos, no por completo.
El proyectil, desviado en el último segundo, impactó contra su hombro derecho en lugar de su pecho. El dolor fue inmediato, recorriendo su brazo, pero soportó el golpe sin vacilar. El disparo no había sido tan mortal como el tirador pretendía, y el capitán sabía que, en el fragor de la batalla, cada segundo perdido podía marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Sin darle tiempo a respirar, el pistolero realizó un movimiento ágil con su muñeca, ajustando el ángulo del cañón para apuntar a la ingle. El hombre de las patillas rubias disparó de nuevo, con ese giro de muñeca tan preciso que el disparo parecía sincronizado con un latido. La coordinación entre el disparo y el movimiento de su arma era impecable, pero Silver no era fácil de sorprender.
El capitán levantó su otra espada en un arco descendente, creando una fricción abrasadora mientras interceptaba el segundo disparo. La velocidad de su golpe fue suficiente para desviar parcialmente el proyectil, pero no del todo. El disparo alcanzó su muslo izquierdo, dejando una sensación de quemazón intensa que se extendía por la pierna. A pesar del dolor, no titubeó. El daño estaba controlado, y había conseguido al menos mitigar el impacto.
El no había terminado. Ambos estaban heridos, pero la batalla aún no había alcanzado su clímax. El duelo con el hombre de las patillas rubias apenas había comenzado, y ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder.
—Parece que tendremos que acabar esto rápido si no queremos saltar por los aires junto a un buen bocado del puerto de Loguetown —dijo el tirador, con una voz aguda y chirriante que resonaba en el aire, contrastando con la tensión que dominaba el ambiente. La amenaza de la explosión añadía una capa peligrosa al combate, pero Syxel no se dejó intimidar.
—Si crees que vas a salir vivo de aquí... estás muy equivocado —replicó sin titubear, con una expresión severa.
Su mirada, tan afilada como el filo de sus espadas, reflejaba su determinación. El dolor irradiaba desde su hombro y muslo, pero no tenía tiempo para enfocarse en eso. Su enemigo aún estaba de pie, y el peligro latente que suponía le indicaba que no podía permitirse bajar la guardia. El pistolero, a pesar de haber recibido varios golpes, mantenía su posición con una determinación tan feroz como la del pirata. Pero Silver no tenía intención de prolongar la pelea más de lo necesario.
Con un movimiento veloz, el capitán dio un paso hacia adelante, alzando ambas espadas al unísono. El acero brilló una vez más bajo la luz tenue del puerto mientras las armas se balanceaban en el aire con precisión letal. Dos rápidos tajos, cruzados y feroces, surcaron el espacio entre ambos hombres, buscando aprovechar cualquier hueco en la defensa del tirador.
La primera hoja cortó en diagonal, buscando el costado del pistolero, mientras la segunda siguió el mismo patrón, con el objetivo de atacar desde el flanco contrario. Syxel mantenía la presión, con una ofensiva fluida y constante. No había lugar para la pausa ni para permitirle al enemigo una ventana para recuperarse.
Sin darle un respiro, lanzó un segundo ataque. Ambas espadas trazaron un nuevo par de cortes, tan precisos como los primeros, con uno de los filos buscando el torso del enemigo mientras el otro se dirigía al lateral opuesto. El capitán no aflojaba, manteniendo la presión constante en una ofensiva fluida y letal.
Pero aquello solo era el principio. Tras los primeros dos ataques rápidos, retrocedió un paso breve, tomando una postura diferente. Sus espadas, aunque desenfundadas, adoptaron una posición como si estuvieran envainadas, cruzadas frente a su cuerpo. La tensión se acumuló en sus músculos mientras inhalaba profundamente, preparando el siguiente movimiento.
El aire alrededor de Silver pareció detenerse por un momento, y luego, sin previo aviso, desató toda su fuerza. En un solo movimiento, las dos espadas fueron desenfundadas con una rapidez sobrehumana, liberando una energía brutal que se concentró en la trayectoria de ambos filos. Las hojas trazaron un corte ascendente que se dirigió con fuerza directamente hacia el pecho del pistolero.
El ataque fue tan rápido que el aire mismo pareció cortarse, trazando una línea letal que avanzaba con la intención de infligir un daño devastador. Ambas espadas se dirigían al mismo punto, con la precisión de un maestro espadachín, buscando no solo cortar, sino desgarrar profundamente. La técnica estaba diseñada para crear una herida severa que, si impactaba correctamente, podría dejar al hombre de las patillas rubias en una posición aún más precaria.
Syxel, con los ojos fijos en su enemigo, no dejó de observar ni un segundo. Confiaba en que este último ataque fuese decisivo. Si lograba acertar, el tirador no tendría muchas oportunidades más. Pero si fallaba, debía estar preparado para la inevitable represalia.
El tirador reaccionó rápidamente, apuntando su cañón directamente al pecho de Syxel. El primer disparo resonó como un trueno, el proyectil se dirigía con letal precisión hacia el corazón del pirata. Con los sentidos agudizados por años de combate, apenas tuvo un instante para reaccionar. Con un movimiento rápido, trazó una línea horizontal con su espada, desviando el cañón del arma lo justo para que el disparo no alcanzara su objetivo. O al menos, no por completo.
El proyectil, desviado en el último segundo, impactó contra su hombro derecho en lugar de su pecho. El dolor fue inmediato, recorriendo su brazo, pero soportó el golpe sin vacilar. El disparo no había sido tan mortal como el tirador pretendía, y el capitán sabía que, en el fragor de la batalla, cada segundo perdido podía marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Sin darle tiempo a respirar, el pistolero realizó un movimiento ágil con su muñeca, ajustando el ángulo del cañón para apuntar a la ingle. El hombre de las patillas rubias disparó de nuevo, con ese giro de muñeca tan preciso que el disparo parecía sincronizado con un latido. La coordinación entre el disparo y el movimiento de su arma era impecable, pero Silver no era fácil de sorprender.
El capitán levantó su otra espada en un arco descendente, creando una fricción abrasadora mientras interceptaba el segundo disparo. La velocidad de su golpe fue suficiente para desviar parcialmente el proyectil, pero no del todo. El disparo alcanzó su muslo izquierdo, dejando una sensación de quemazón intensa que se extendía por la pierna. A pesar del dolor, no titubeó. El daño estaba controlado, y había conseguido al menos mitigar el impacto.
El no había terminado. Ambos estaban heridos, pero la batalla aún no había alcanzado su clímax. El duelo con el hombre de las patillas rubias apenas había comenzado, y ninguno de los dos estaba dispuesto a ceder.
—Parece que tendremos que acabar esto rápido si no queremos saltar por los aires junto a un buen bocado del puerto de Loguetown —dijo el tirador, con una voz aguda y chirriante que resonaba en el aire, contrastando con la tensión que dominaba el ambiente. La amenaza de la explosión añadía una capa peligrosa al combate, pero Syxel no se dejó intimidar.
—Si crees que vas a salir vivo de aquí... estás muy equivocado —replicó sin titubear, con una expresión severa.
Su mirada, tan afilada como el filo de sus espadas, reflejaba su determinación. El dolor irradiaba desde su hombro y muslo, pero no tenía tiempo para enfocarse en eso. Su enemigo aún estaba de pie, y el peligro latente que suponía le indicaba que no podía permitirse bajar la guardia. El pistolero, a pesar de haber recibido varios golpes, mantenía su posición con una determinación tan feroz como la del pirata. Pero Silver no tenía intención de prolongar la pelea más de lo necesario.
Con un movimiento veloz, el capitán dio un paso hacia adelante, alzando ambas espadas al unísono. El acero brilló una vez más bajo la luz tenue del puerto mientras las armas se balanceaban en el aire con precisión letal. Dos rápidos tajos, cruzados y feroces, surcaron el espacio entre ambos hombres, buscando aprovechar cualquier hueco en la defensa del tirador.
La primera hoja cortó en diagonal, buscando el costado del pistolero, mientras la segunda siguió el mismo patrón, con el objetivo de atacar desde el flanco contrario. Syxel mantenía la presión, con una ofensiva fluida y constante. No había lugar para la pausa ni para permitirle al enemigo una ventana para recuperarse.
Sin darle un respiro, lanzó un segundo ataque. Ambas espadas trazaron un nuevo par de cortes, tan precisos como los primeros, con uno de los filos buscando el torso del enemigo mientras el otro se dirigía al lateral opuesto. El capitán no aflojaba, manteniendo la presión constante en una ofensiva fluida y letal.
Pero aquello solo era el principio. Tras los primeros dos ataques rápidos, retrocedió un paso breve, tomando una postura diferente. Sus espadas, aunque desenfundadas, adoptaron una posición como si estuvieran envainadas, cruzadas frente a su cuerpo. La tensión se acumuló en sus músculos mientras inhalaba profundamente, preparando el siguiente movimiento.
El aire alrededor de Silver pareció detenerse por un momento, y luego, sin previo aviso, desató toda su fuerza. En un solo movimiento, las dos espadas fueron desenfundadas con una rapidez sobrehumana, liberando una energía brutal que se concentró en la trayectoria de ambos filos. Las hojas trazaron un corte ascendente que se dirigió con fuerza directamente hacia el pecho del pistolero.
El ataque fue tan rápido que el aire mismo pareció cortarse, trazando una línea letal que avanzaba con la intención de infligir un daño devastador. Ambas espadas se dirigían al mismo punto, con la precisión de un maestro espadachín, buscando no solo cortar, sino desgarrar profundamente. La técnica estaba diseñada para crear una herida severa que, si impactaba correctamente, podría dejar al hombre de las patillas rubias en una posición aún más precaria.
Syxel, con los ojos fijos en su enemigo, no dejó de observar ni un segundo. Confiaba en que este último ataque fuese decisivo. Si lograba acertar, el tirador no tendría muchas oportunidades más. Pero si fallaba, debía estar preparado para la inevitable represalia.
SAM501
SAMURAI
Ofensiva Activa
Tier 5
No Aprendida
64
3
Posicionando su hoja en horizontal apuntando a su objetivo, el usuario podrá trazar un [Dash] de hasta cinco metros en un instante mientras traza dos cortes horizontales sobre su objetivo como si buscara dibujar la línea del horizonte, habiendo ejecutado tales cortes tan rapido que serán recibidos de forma simultánea por la víctima, como si ambos cortes buscarán encontrarse en el interior del objetivo causando una [Hemorragia media],
Golpe Basico + [FUEx3] de [Daño cortante]
ESP102
ESPADACHíN
Defensiva Activa
Tier 1
No Aprendida
15
1
Usando su arma el usuario trazara unos movimientos rápidos buscando desviar las ofensivas en su contra, mitigando parte de su daño. En el caso de que la ofensiva sea utilizando proyectiles y se Mitige todo el daño, el usuario podra desviar dicha ofensiva hacia un nuevo objetivo dentro del alcance restante de la ofensiva y recibiendo el nuevo objetivo todo el daño.
Defensa Pasiva + [FUEx2] de Daño Mitigado
SAM301
SAMURAI
Utilidad Activa
Tier 3
No Aprendida
36
1
Tomando la empuñadura de su arma sin desenfundar o posicionando en la misma pose aunque este desenfundada. El usuario tomará una postura muy habitual para iniciar un duelo de espadachines para concentrar sus fuerzas en un primer movimiento ofensivo, ya sea un básico o una tecnica, junto al veloz desenfunde del arma obteniendo un incremento de [Destreza] y de daño a una ofensiva que se ejecute junto a esta postura.
+5 [Destreza] y +25 de [Daño]
SAN502
SANTORYU
Ofensiva Activa
Tier 5
No Aprendida
63
3
El usuario posara su mano en sus armas, o arma, enfundadas concentrando en un objetivo frente a él con el fin de realizar un rápido desenfunde ascendente con el que trazar un rápido y certero corte que llegara a ocasionar una [Hemorragia leve], el corte será tan fuerte que cortara todo en un alcance de 5 metros siguiendo el recorrido de los filos. Nitōryū: Si se usan dos espadas en la ejecución de esta técnica será capaz de concentrar los dos tajos en un solo punto creando una [Hemorragia media] y pudiendo llegar a [Amputar] una extremidad fácilmente si no se Mitiga la tecnica.
Golpe Básico + [FUEx3,3] de [Daño cortante]
KENB401
KENBUNSHOKU
Haki básico
Tier 4
No Aprendida
7
2
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones muy fuertes que exterioricen como un sufrimiento fuerte o un gran instinto asesino, etc. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +5 [Reflejos].
Área: [VOLx12] metros. +5 [REF]