Octojin
El terror blanco
25-10-2024, 09:34 AM
Yui, con los ojos brillando de determinación, corre hacia ti a una velocidad asombrosa. Por un momento te podrías permitir dudar si va a usar de nuevo aquella técnica de cambiar el arma de mano, pero no. Simplemente avanza hacia ti raudo y veloz, a sabiendas de que el destino del combate está a punto de sellarse. Sus movimientos son fluidos, cada paso es calculado con precisión. Te das cuenta de que está guardando algo, una técnica final que desatará en el momento justo. A pocos metros de ti, desenfunda su katana en un solo y rápido movimiento, creando un corte de gran magnitud que se dirige hacia ti con una velocidad vertiginosa. El viento silba alrededor del filo de su espada, cargado con la fuerza concentrada de su golpe final. Y solo tú podrías pararlo en ese momento.
Ambos ataques chocan con una fuerza indescriptible. Tu espadón colisiona contra la katana de Yui, y por un momento, el mundo parece detenerse. La energía de los dos guerreros se expande en todas direcciones, creando una onda de choque que resuena entre los espectadores y agita la hierba bajo vuestros pies. Los segundos se sienten eternos mientras el acero lucha contra el acero, en una batalla elegante pero dura, donde la fuerza bruta se intenta abrir camino contra la habilidad refinada.
Y entonces, de repente, Yui es lanzado hacia atrás por el impacto. Cae bien, pero esboza una mueca de dolor. Su cuerpo vuela un par de metros antes de caer sobre una rodilla, su respiración es bastante agitada, pero su mirada sigue fija en ti. Con una habilidad increíble, desvía tus dos ataques básicos siguientes, aunque el esfuerzo parece enorme. Hace un amago de atacar, pero lo frena. Sabe que ya no merece la pena. Cada bloqueo que ha realizado lo ha desgastado un poco más, hasta que, al intentar levantarse, sus piernas no responden. Su cuerpo se tambalea, y por un instante parece que no podrá ponerse en pie. Sin embargo, con una terquedad admirable, a la tercera tentativa, lo logra. Alza su mano, en un gesto claro de rendición. Hasta aquí ha podido llegar el bueno de Yui.
—Ha sido un combate magnífico, Sowon —dice con una sonrisa cansada, pero llena de respeto. Extiende su mano hacia ti, y si la tomas, sentirás la calidez de un guerrero que ha dado todo lo que tiene.
El instructor que te había guiado hasta aquí aparece rápidamente, con el rostro preocupado mientras se inclina hacia Yui, observando las heridas y su estado de agotamiento.
El público, por su parte, empieza a aplaudir por la victoria. Algunos no son tan deportivos y, al ver a Yui perder, simplemente se marchan comentando el combate. En cualquier caso, hay bastante gente que ha quedado gratamente sorprendida con tu desempeño. Y no solo ha sido Yui. Quién sabe, quizá alguno de esos que ahora mismo están aplaudiendo, pueda tener algún trabajito para ti en el futuro. La vida es un pañuelo...
—Yui, descansa. Has hecho un gran trabajo —le dice el instructor con voz suave, antes de volverse hacia ti—. Señorita Sowon, nos has dado un espectáculo impresionante. Por favor, acompáñanos al dojo. Puedes tomar una ducha y descansar un poco. Además, la comida está lista para ti como agradecimiento por este combate tan memorable. No esperábamos que fueras a poner tan contra las cuerdas a Yui. No es algo que suela pasar.
Te guían al interior del dojo, está en ti entrar o no. Si lo haces, verás que es un lugar impresionante, lleno de historia y respeto por el arte de la espada. Las paredes están decoradas con katanas antiguas, y el suelo de tatami es impecable, está sumamente cuidado y te harán descalzarte si deseas entrar. Aunque el lugar está lleno de energía debido al combate reciente, hay un aire de serenidad que solo los espacios dedicados al entrenamiento más riguroso pueden tener. Y aquél es uno de ellos.
El baño, aunque algo pequeño para alguien de tu tamaño, está disponible. A pesar de las dimensiones, te las podrías arreglar para refrescarte. El instructor te ofrecerá un juego de toallas limpias, por si las quisieras usar. No parece mala idea una ducha después del combate, ¿no? Así podrías asearte y lavar las heridas menores que el combate te ha dejado. La comida que te ofrecen es sencilla pero deliciosa: atún con una salsa salada, perfecta para recuperar fuerzas tras una batalla tan intensa.
Una vez hayas decidido ducharte o no, si vas a la mesa a comer algo, el instructor se sentará junto a ti.
—Yui se está duchando, y pronto le vendarán las heridas. Te agradeceríamos que esperases un poco para que pueda despedirse adecuadamente. Ha aprendido mucho de este combate, y esperamos que tú también te hayas llevado algo importante de este encuentro.
El dojo parece vibrar con la energía del combate que acabas de tener, un lugar donde has dejado tu huella y ganado el respeto de todos los presentes.
Ambos ataques chocan con una fuerza indescriptible. Tu espadón colisiona contra la katana de Yui, y por un momento, el mundo parece detenerse. La energía de los dos guerreros se expande en todas direcciones, creando una onda de choque que resuena entre los espectadores y agita la hierba bajo vuestros pies. Los segundos se sienten eternos mientras el acero lucha contra el acero, en una batalla elegante pero dura, donde la fuerza bruta se intenta abrir camino contra la habilidad refinada.
Y entonces, de repente, Yui es lanzado hacia atrás por el impacto. Cae bien, pero esboza una mueca de dolor. Su cuerpo vuela un par de metros antes de caer sobre una rodilla, su respiración es bastante agitada, pero su mirada sigue fija en ti. Con una habilidad increíble, desvía tus dos ataques básicos siguientes, aunque el esfuerzo parece enorme. Hace un amago de atacar, pero lo frena. Sabe que ya no merece la pena. Cada bloqueo que ha realizado lo ha desgastado un poco más, hasta que, al intentar levantarse, sus piernas no responden. Su cuerpo se tambalea, y por un instante parece que no podrá ponerse en pie. Sin embargo, con una terquedad admirable, a la tercera tentativa, lo logra. Alza su mano, en un gesto claro de rendición. Hasta aquí ha podido llegar el bueno de Yui.
—Ha sido un combate magnífico, Sowon —dice con una sonrisa cansada, pero llena de respeto. Extiende su mano hacia ti, y si la tomas, sentirás la calidez de un guerrero que ha dado todo lo que tiene.
El instructor que te había guiado hasta aquí aparece rápidamente, con el rostro preocupado mientras se inclina hacia Yui, observando las heridas y su estado de agotamiento.
El público, por su parte, empieza a aplaudir por la victoria. Algunos no son tan deportivos y, al ver a Yui perder, simplemente se marchan comentando el combate. En cualquier caso, hay bastante gente que ha quedado gratamente sorprendida con tu desempeño. Y no solo ha sido Yui. Quién sabe, quizá alguno de esos que ahora mismo están aplaudiendo, pueda tener algún trabajito para ti en el futuro. La vida es un pañuelo...
—Yui, descansa. Has hecho un gran trabajo —le dice el instructor con voz suave, antes de volverse hacia ti—. Señorita Sowon, nos has dado un espectáculo impresionante. Por favor, acompáñanos al dojo. Puedes tomar una ducha y descansar un poco. Además, la comida está lista para ti como agradecimiento por este combate tan memorable. No esperábamos que fueras a poner tan contra las cuerdas a Yui. No es algo que suela pasar.
Te guían al interior del dojo, está en ti entrar o no. Si lo haces, verás que es un lugar impresionante, lleno de historia y respeto por el arte de la espada. Las paredes están decoradas con katanas antiguas, y el suelo de tatami es impecable, está sumamente cuidado y te harán descalzarte si deseas entrar. Aunque el lugar está lleno de energía debido al combate reciente, hay un aire de serenidad que solo los espacios dedicados al entrenamiento más riguroso pueden tener. Y aquél es uno de ellos.
El baño, aunque algo pequeño para alguien de tu tamaño, está disponible. A pesar de las dimensiones, te las podrías arreglar para refrescarte. El instructor te ofrecerá un juego de toallas limpias, por si las quisieras usar. No parece mala idea una ducha después del combate, ¿no? Así podrías asearte y lavar las heridas menores que el combate te ha dejado. La comida que te ofrecen es sencilla pero deliciosa: atún con una salsa salada, perfecta para recuperar fuerzas tras una batalla tan intensa.
Una vez hayas decidido ducharte o no, si vas a la mesa a comer algo, el instructor se sentará junto a ti.
—Yui se está duchando, y pronto le vendarán las heridas. Te agradeceríamos que esperases un poco para que pueda despedirse adecuadamente. Ha aprendido mucho de este combate, y esperamos que tú también te hayas llevado algo importante de este encuentro.
El dojo parece vibrar con la energía del combate que acabas de tener, un lugar donde has dejado tu huella y ganado el respeto de todos los presentes.