Alguien dijo una vez...
Rizzo, el Bardo
No es que cante mal, es que no saben escuchar.
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[Común] [C-Presente] Mareas de cambio / Octojin
Octojin
El terror blanco
Octojin escuchaba con atención cada palabra de Asradi a la par que jugaba con su melena, haciendo pequeños tirabuzones con su dedo índice. No sabía si aquello le molestaba a la sirena, y tampoco era consciente de que lo estaba haciendo. Simplemente lo hacía, quizá fruto del nerviosismo que estaba experimentando. Quizá, en el futuro, el gyojin podría jugar con el mechón de melena que le había dado Asradi, aunque no sería igual. Realmente, nada sería igual.

Mientras ella le hablaba, el tiburón sintió un nudo en el estómago, una tristeza que se apoderaba de él al comprender lo que ella intentaba decirle. Sabía que había algo que le estaba ocultando, algo importante, y aunque le dolía, comprendía que lo hacía para protegerlo. ¿Quién no haría eso en su lugar por alguien a quien de verdad ama? Pero esa sensación de impotencia lo consumía, era superior a él. No poder estar a su lado en todo momento, no poder luchar junto a ella para liberarla de ese peso, lo hacía sentir frustrado.

Apretó los puños, pero mantuvo su semblante tranquilo, o al menos lo intentó. Respiró hondo, intentando calmar esa tormenta interna que se revolvía dentro de él. Que era difícil, a decir verdad. Pero lo estaba consiguiendo. Al menos por el momento, a falta de que algún que otro relámpago avisara de que la tormenta aún seguía ahí.

—Asradi, yo... —comenzó, con la voz algo quebrada— Yo solo quiero lo mejor para ti —Le dio un apretón suave en las manos, entrelazando sus dedos con los de ella—. Si me dejaras, navegaría contigo por todo el mundo, te ayudaría a buscar a esa persona de la que hablas y me encargaría de que nunca más tengas que huir de nada ni de nadie. Pero entiendo que tienes tu camino y que no puedo forzarte a nada. También, por tus palabras, entiendo que es algo personal. Algo que debes hacer por ti misma... Y, aunque odie decir esto. Te entiendo.

Una parte de él deseaba gritar, decirle que él podría encargarse de ese problema, que juntos eran imparables. Pero sabía que Asradi no lo permitiría. Era fuerte y decidida, y si había algo que ella estaba buscando hacer por su cuenta, debía respetarlo. Ya había intentado en varias ocasiones que le dijese algo, y lo cierto es que la sirena no soltaba prenda. Así que entendió que el tema se debía dar por zanjado. Fuera lo que fuese, era un tema que debía superar sola, y como tal, no sabría, al menos hasta que lo venciese, de qué se trataba.

—Lo único que puedo decirte es que, cuando estés lista, cuando sientas que ya no puedes con todo eso sola, estaré ahí para ti. —Acarició su mejilla con ternura, intentando transmitirle todo su apoyo y cariño. El peso en su pecho seguía ahí, pero él intentaba sobrellevarlo. No quería que ella sintiera más presión de la que ya cargaba. Sólo quería lo mejor para ella.

Le sonrió con tristeza, intentando mantener su tono ligero para no hacerla sentir peor. Aquello le estaba costando horrores. No se le daba nada bien y estaba la borde de quebrarse. ¿Qué sería tan importante y duro como para hacer que la sirena quisiera tomarse la justicia por su cuenta?

—¿Qué te parece si vamos a comer abajo? —sugirió, sabiendo que quizás un cambio de ambiente ayudaría a ambos a despejarse un poco — Podríamos disfrutar de una buena comida, y... —Su mirada se oscureció un poco, el dolor volviendo a asomar —Y luego despedirnos, si es que hay alguna manera de hacer eso bien. Quizá nos volvamos a ver pronto. Ojalá.

Sabía que la despedida estaba cerca, que no podían estirar el tiempo para siempre. De todos modos, quería aprovechar esos últimos momentos juntos con ella. Comiendo, charlando y riendo. Esa era la manera en la que debían recordarse. Sentía que, cuando se separaran, una parte de él quedaría vacía, esperando ese momento en que pudieran reunirse otra vez. Intentó no pensar en ello, pero... ¿Cómo iba a no pensar en ese momento? Sin duda le haría daño, mucho. Más del que creía en ese momento. Pero todo en la vida es efímero, y es algo que el tiburón había aprendido. Aunque era mucho más fácil decirlo que experimentarlo.

Se levantó, aún con la tristeza rondándole el corazón, y extendió la mano hacia ella, ofreciéndole una sonrisa suave que intentaría no borrar hasta que se separaran.

—Vamos, será más fácil con el estómago lleno —intentó bromear, aunque su voz traicionaba el dolor que sentía, notando un nudo en la garganta que no se iría por el momento.

Sabía que la separación era inevitable, pero al menos quería asegurarse de que esos últimos momentos fueran memorables, un último rato juntos antes de enfrentar la realidad de que cada uno debía seguir su camino.
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[C-Presente] Mareas de cambio / Octojin - por Asradi - 24-09-2024, 06:24 PM
RE: [C-Presente] Mareas de cambio / Octojin - por Octojin - 25-10-2024, 12:50 PM

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