Día 23 de Verano, Noche
La noche había llegado a este largo día y una vez más me encontraba en la habitación del barco, una habitación pequeña pero acogedora que servía como lugar de trabajo y de descanso al mismo tiempo. Las risas, las conversaciones y las palabrotas habían poco a poco ido callándose a medida que cada uno iba a su habitación y mientras mi mente estaba cansada pero con intención de probar otra vez qué podía hacer con mis habilidades.y esa noche decidí que era el momento de hacerlo.
Encendí la vela de un farol que se quedó parpadeando a mi lado con cada movimiento que hacía o amenazando con apagarse con mi respiración. Cerré los ojos y me dejé llevar por la sensación de la energía que notaba bajo mi piel cada vez que utilizaba mis poderes. No era una sensación mala ni asquerosa, pero sí que tenía un estímulo que me avisaba que estaba usando los poderes. A medida que respiraba profundamente, sentí cómo el barro que formaba parte de mí comenzaba a moverse al unísono con mis pensamientos.
-Vamos a probar algo nuevo - murmuré para mí mismo, abriendo los ojos de golpe. Concentré mis energías en mi mano, y con un movimiento firme, invoqué el barro. Una espiral comenzó a formarse lentamente ante mis ojos, tomando la forma de una pequeña serpiente que se enroscaba en el aire. Se alzó de mi palma varios centímetros conectada por un hilo de barro que usaba de soporte.
-¡Esto es increíble!- exclamé, maravillado al ver lo que estaba creando como si fuera un niño pequeño cómo la serpiente se movía ante mí sólo con pensarlo. Podía sentir que la serpiente de barro respondía a mis emociones, adoptando diferentes formas y tamaños con un simple pensamiento. Intenté hacer que se moviera más rápido, pero en lugar de eso, el pequeño ser se desmoronó en un montón de lodo. Había perdido el hilo de barro con el movimiento tan rápido y acabó lanzado a la otra punta de la habitación.
-Puedo hacerlo mejor- me dije animándome. Invoqué barro desde mis pies y lo uní con el barro para traerlo de vuelta y recogerlo todo. Volví a abrir mi mano y volví a crear a la serpiente desde el principio, dándole mayor atención a los detalles. Cada pequeña escapa de la serpiente debía ser perfecto, y esta vez, cuando lo mantuve en el aire, la serpiente tomó una forma más definida que antes.
Pasé parte de las siguientes horas experimentando, no me tocaba guardia ese día así que podía permitírmelo. Tras múltiples intentos fallidos, logré que la serpiente se moviera en círculos alrededor de mi habitación en el círculo de barro que había creado, mientras yo seguía probando diferentes formas y figuras. Podía hacer que el barro se transformara en un pulpo que nadaba la superficie del barro o en un muro que me protegía.
Sin embargo, pronto me di cuenta de que este entrenamiento tenía un costo. Otra vez notaba que el esfuerzo mental de mantener todo esto me cansaba cada vez más, y cada invocación, cada transformación y sobretodo cada detalle que hacía en el barro que realizaba me drenaba un poco más de esa energía. Decidí en ese momento recoger todo el barro en mí y tomarme un momento para respirar.
-Quizás necesite un enfoque diferente- pensé mientras me recostaba en mi cama. La vela ya estaba a punto de apagarse y estaba observando las sombras bailando en mi habitación de la vela luchando por mantenerse encendida.
Dejé mi mente vagar con las diferentes maneras de poder utilizar mis poderes, y para cuando me di cuenta, me había quedado dormido y ya el ruido de mis compañeros de tripulación volvían a inundar el barco.