Qazan
Qazan
25-10-2024, 03:18 PM
- Vaya, no esperaba que la zona fuese tan escarpada-. Dije para mi mismo contemplando lo puñetero que era el lugar. Era muy particular ver cómo todos los barcos pesqueros se estaban concentrando en la otra zona de la isla mientras que en esta no se veía ni rastro de ningún pescador explotando la zona. - Vale que sea algo más complicado... Pero no parece imposible del todo... Me cuadra que Garril haya podido venir hasta aquí, un lugar más tranquilo-. Dije realizando hipótesis. Ahora entendía mejor porqué esta zona había sido bautizada por los lugareños como "El Quitapenas". Viendo las posibilidades que se abrían frente a mi, la más probable a mi parecer resultaba en que Garril se podía haber quitado la vida, otra que ganaba mucha fuerza era que precisamente esta zona fuese la guarida del Don Kilombon. Sea cual fuese era momento de ponerse en marcha.
Traté de encontrar una manera lo más segura de bajar el acantilado y comenzar ya allí abajo mi investigación. Buscando con la mirada encontré un pequeño camino por el cual varios jóvenes estaban transitando. El camino derivaba en varios tramos que cada uno llevaba a diferentes salientes de mucha menos altura aunque igualmente peligrosos. - Ah, entiendo, aquí es donde los niñatos vienen a hacer los simios-. Seguía el camino buscando un saliente provechoso para saltar directamente al mar cuando de pronto se me ocurrió que, capaz alguno de esos críos habían visto o sabían algo sobre Garril. Me acerqué a ellos haciendo algo de ruido a caso hecho, no era muy fan de los niñatos estos pero tampoco quería ser responsable de un resbalón tonto y que alguno se abriese la cabeza.
- Hola chicos-. Les dije cuando llegué a su altura. - Por casualidad no sabréis algo sobre Garril, su mujer dice que salió a faenar por esta zona pero que no ha vuelto a casa. ¿Podéis decirme si habéis visto o sabéis algo del tema?-. Les pregunté. No sabía cuanto tiempo llevaban allí pero seguro que más que yo y puede ser que hubiesen visto u oído a Garril por la zona. Si podían darme algo de información antes de lanzarme al agua sería perfecto. Luego de escucharles, les agradecí lo mucho o poco que fuesen capaces de aportarme y de un salto me lancé al agua.
Tras zambullirme en el agua pude sentir el extraño fluir del agua por todo mi cuerpo, de un rápido vistazo pude ver que toda la zona del acantilado estaba perforada por todo un sistema de cavernas. -Ohhh, me gusta, es un bonito lugar-. Dije contemplando lo que, a mi parecer, era un lugar precioso. Un lugar perfecto donde esconder tesoros, objetos de gran valor... O incluso la guarida de algún monstruo marino. Sin duda iba a ser muy divertido explorar toda aquella zona. Me paré un segundo a ver si alguna de las entradas tenían algún detalle particular, más que nada por descartar caminos que llevasen a callejones sin salida. En caso de encontrar algo parecido sería por ahí por la primera por donde me adentraría a explorar.
Traté de encontrar una manera lo más segura de bajar el acantilado y comenzar ya allí abajo mi investigación. Buscando con la mirada encontré un pequeño camino por el cual varios jóvenes estaban transitando. El camino derivaba en varios tramos que cada uno llevaba a diferentes salientes de mucha menos altura aunque igualmente peligrosos. - Ah, entiendo, aquí es donde los niñatos vienen a hacer los simios-. Seguía el camino buscando un saliente provechoso para saltar directamente al mar cuando de pronto se me ocurrió que, capaz alguno de esos críos habían visto o sabían algo sobre Garril. Me acerqué a ellos haciendo algo de ruido a caso hecho, no era muy fan de los niñatos estos pero tampoco quería ser responsable de un resbalón tonto y que alguno se abriese la cabeza.
- Hola chicos-. Les dije cuando llegué a su altura. - Por casualidad no sabréis algo sobre Garril, su mujer dice que salió a faenar por esta zona pero que no ha vuelto a casa. ¿Podéis decirme si habéis visto o sabéis algo del tema?-. Les pregunté. No sabía cuanto tiempo llevaban allí pero seguro que más que yo y puede ser que hubiesen visto u oído a Garril por la zona. Si podían darme algo de información antes de lanzarme al agua sería perfecto. Luego de escucharles, les agradecí lo mucho o poco que fuesen capaces de aportarme y de un salto me lancé al agua.
Tras zambullirme en el agua pude sentir el extraño fluir del agua por todo mi cuerpo, de un rápido vistazo pude ver que toda la zona del acantilado estaba perforada por todo un sistema de cavernas. -Ohhh, me gusta, es un bonito lugar-. Dije contemplando lo que, a mi parecer, era un lugar precioso. Un lugar perfecto donde esconder tesoros, objetos de gran valor... O incluso la guarida de algún monstruo marino. Sin duda iba a ser muy divertido explorar toda aquella zona. Me paré un segundo a ver si alguna de las entradas tenían algún detalle particular, más que nada por descartar caminos que llevasen a callejones sin salida. En caso de encontrar algo parecido sería por ahí por la primera por donde me adentraría a explorar.