Gretta
La Devoramundos
25-10-2024, 06:05 PM
Los chavales, al igual que los marines y los ancianos del principio, se asustan de primeras con tu presencia, pero tus palabras amables hacen que la situación se relaje. Hacen un pequeño corrillo y al final uno de ellos, el más mayor, que ha ido al gimnasio del pueblo algún día y tiene un pelo característico de la zona, con un degradado a los lados y una especie de tupé arriba, adelanta un paso y te dice de manera descarada.
—¡Bro!, cómo no seas un poco más claro, esto no es la charca de donde vienes, en Kilombo viven un huevo de personas, tete, esto es una gran ciudad, valiste mierda con esa pregunta. ¡KILOMBO KILOMBO KILOMBO!. Vitorea el chico. Y el resto de chavales le sigue, como si fueran una manada de simios.
—Diselo bro!! ¡KILOMBO KILOMBO KILOMBO!
—Si bro!! ¡KILOMBO KILOMBO KILOMBO!
—¡Menudo matao el pez! ¡KILOMBO KILOMBO KILOMBO!
—¡Sergi, estás to petao! ¡KILOMBO KILOMBO KILOMBO!
Te tiras al agua haciendo alarde de tus habilidades y caes como un nadador olímpico. Escuchas desde arriba un silencio y luego un —ohhh— y algún que otro silbido de aprobación.
—Eso no es nada, ¡mirad!. Sergi se tira detrás tuya, haciendo una voltereta.
-Si bro!. Reacciona el resto ante el salto de Sergi.
Una vez en el agua, te ve mirando las galerías y te dice: —Eh, tu parguela, por esa se ha ido un viejo con alguien hace bastante ya. El chaval te señala una de las cuevas.
Si te fijas en ella, crees que podría ser bastante profunda. Está inundada, pero por la derecha hay una especie de paso excavado en la roca. Si decides meterte, tras andar o nadar unos minutos, dependiendo de cómo hayas querido, adéntrate. Cuando tus ojos se habían acostumbrado a la semioscuridad, al fondo ves una luz y unos gemidos/gritos fuertes, parecen provenir de allí.
—¡Bro!, cómo no seas un poco más claro, esto no es la charca de donde vienes, en Kilombo viven un huevo de personas, tete, esto es una gran ciudad, valiste mierda con esa pregunta. ¡KILOMBO KILOMBO KILOMBO!. Vitorea el chico. Y el resto de chavales le sigue, como si fueran una manada de simios.
—Diselo bro!! ¡KILOMBO KILOMBO KILOMBO!
—Si bro!! ¡KILOMBO KILOMBO KILOMBO!
—¡Menudo matao el pez! ¡KILOMBO KILOMBO KILOMBO!
—¡Sergi, estás to petao! ¡KILOMBO KILOMBO KILOMBO!
Te tiras al agua haciendo alarde de tus habilidades y caes como un nadador olímpico. Escuchas desde arriba un silencio y luego un —ohhh— y algún que otro silbido de aprobación.
—Eso no es nada, ¡mirad!. Sergi se tira detrás tuya, haciendo una voltereta.
-Si bro!. Reacciona el resto ante el salto de Sergi.
Una vez en el agua, te ve mirando las galerías y te dice: —Eh, tu parguela, por esa se ha ido un viejo con alguien hace bastante ya. El chaval te señala una de las cuevas.
Si te fijas en ella, crees que podría ser bastante profunda. Está inundada, pero por la derecha hay una especie de paso excavado en la roca. Si decides meterte, tras andar o nadar unos minutos, dependiendo de cómo hayas querido, adéntrate. Cuando tus ojos se habían acostumbrado a la semioscuridad, al fondo ves una luz y unos gemidos/gritos fuertes, parecen provenir de allí.