Qazan
Qazan
26-10-2024, 01:24 AM
"¿Y estos anormales?"- Pensé luego de escucharles hablar, la verdad es que parecían un grupo de chimpancés recién salidos de un zoológico. Traté de pasar de ellos pero para mi sorpresa uno de los pelo-brócoli saltó nada más zambullirme yo. -Tranquilo, lo que no hace el mar ya lo hago yo de su parte-. Dije al no aguantar más las niñatadas del chaval, así que le agarré con la cola los tobillos y tiré de él para sumergirlo bajo el agua y ahogarlo. -Desde esa altura no creo que vean bien lo que está pasando-. Dije manteniendo sumergido al muchacho. - Relaaaajate, es más sencillo si no te resistes-. Dije aún sabiendo que no me escucharía del todo por el agua.
Su muerte al menos me serviría para saber por donde adentrarme pues, el muchacho que ahora se le iban encharcando los pulmones, por algún motivo sabía por donde se había metido el viejo Garril. - Podemos ir andando... O podemos nadar Sergi, seguro que la segunda opción te gusta más-. No quería que viesen el cuerpo de su amigo y se diesen cuenta de que estaba intentando ahogarlo, así que me lo llevaría a las profundidades de la caverna aún agarrado por los tobillos. Al tener el resto de las extremidades libre no se me hacía complicado nadar así que podía deslizarme por la cueva sin dificultad. Por desgracia Sergi si que lo pasaría algo peor pues, evidentemente no tenía miramientos si pasaba por una zona algo más rocosa... Mas estrecha... Solo sabía que de vez en cuando notaba como su cuerpo se iba golpeando conforme más me adentraba.
"Te voy a dejar hecho un cromo chavalin"-. Pensaba mientras me seguía adentrando cada vez más y más profundo en la caverna donde presuntamente se había metido Garril. No se veía prácticamente nada mientras atravesaba los túneles hasta que de pronto, al fondo de uno de esos túneles, una luz alumbraba a duras penas el final del tramo. Comencé a acercarme al lugar cuando de pronto comencé a escuchar unos extraños ruidos, parecía alguien gritando pero... cuanto más me acercaba más me daba la sensación de que más que gritos eran gemidos... Como esa gente con gustos sexuales tan extravagantes a los que les gusta el sexo más duro y doloroso. -"Si estoy en lo cierto... Ahí delante me voy a encontrar algo muy grotesco... Será mejor que tu te quedes aquí sumergido, aun no tienes edad Sergi"-. Pensé deteniendome un momento a la vez que comprobaba que mi ahora buen amigo Sergi parecía haber dejado de moverse de una vez. Ya sea porque había caído inconsciente y aún seguía vivo o... Nah, a quien queremos engañar, si no había muerto ahogado lo habría hecho luego de tantos traumatismos por la red cavernosa. -Esta es tu parada nene, disfruta ser devorado por los pececillos-. Dije mientras le soltaba luego de asegurarme que su cuerpo ya no se movía.
Había llegado la hora de descubrir que puñetas le había pasado al buen tipejo de Garril, su mujer debía estar muy preocupada pues ya hacía algún rato que me había ido a buscar a su marido. Terminé de salir del túnel mientras estaba siendo deslumbrado por aquella luz cegadora que se colaba por el túnel, tardé unos segundos en acostumbrarme a la nueva luminosidad pero cuando por fin mis ojos se adaptaron no podían creer lo que estaban viendo.
Su muerte al menos me serviría para saber por donde adentrarme pues, el muchacho que ahora se le iban encharcando los pulmones, por algún motivo sabía por donde se había metido el viejo Garril. - Podemos ir andando... O podemos nadar Sergi, seguro que la segunda opción te gusta más-. No quería que viesen el cuerpo de su amigo y se diesen cuenta de que estaba intentando ahogarlo, así que me lo llevaría a las profundidades de la caverna aún agarrado por los tobillos. Al tener el resto de las extremidades libre no se me hacía complicado nadar así que podía deslizarme por la cueva sin dificultad. Por desgracia Sergi si que lo pasaría algo peor pues, evidentemente no tenía miramientos si pasaba por una zona algo más rocosa... Mas estrecha... Solo sabía que de vez en cuando notaba como su cuerpo se iba golpeando conforme más me adentraba.
"Te voy a dejar hecho un cromo chavalin"-. Pensaba mientras me seguía adentrando cada vez más y más profundo en la caverna donde presuntamente se había metido Garril. No se veía prácticamente nada mientras atravesaba los túneles hasta que de pronto, al fondo de uno de esos túneles, una luz alumbraba a duras penas el final del tramo. Comencé a acercarme al lugar cuando de pronto comencé a escuchar unos extraños ruidos, parecía alguien gritando pero... cuanto más me acercaba más me daba la sensación de que más que gritos eran gemidos... Como esa gente con gustos sexuales tan extravagantes a los que les gusta el sexo más duro y doloroso. -"Si estoy en lo cierto... Ahí delante me voy a encontrar algo muy grotesco... Será mejor que tu te quedes aquí sumergido, aun no tienes edad Sergi"-. Pensé deteniendome un momento a la vez que comprobaba que mi ahora buen amigo Sergi parecía haber dejado de moverse de una vez. Ya sea porque había caído inconsciente y aún seguía vivo o... Nah, a quien queremos engañar, si no había muerto ahogado lo habría hecho luego de tantos traumatismos por la red cavernosa. -Esta es tu parada nene, disfruta ser devorado por los pececillos-. Dije mientras le soltaba luego de asegurarme que su cuerpo ya no se movía.
Había llegado la hora de descubrir que puñetas le había pasado al buen tipejo de Garril, su mujer debía estar muy preocupada pues ya hacía algún rato que me había ido a buscar a su marido. Terminé de salir del túnel mientras estaba siendo deslumbrado por aquella luz cegadora que se colaba por el túnel, tardé unos segundos en acostumbrarme a la nueva luminosidad pero cuando por fin mis ojos se adaptaron no podían creer lo que estaban viendo.