Tofun
El Largo
26-10-2024, 02:47 PM
No sabía de qué estaba hecha la cabeza de ese Galáctico, pero definitivamente no era de carne y hueso; en toda mi vida, jamás había experimentado un material tan duro. Entre el dolor de cabeza, el mareo por el gas, el chupito "El Ascensor", el cansancio y el dolor, estaba más desubicado que un pulpo en un garaje. Asradi me sostenía mientras levantaba la vista, y, para colmo, vi cómo dos Airgids se lanzaban contra el calvorota, seguidos de dos Ragnirs desnudos que acababan de rematarlo.
— ¡Eeeasso! Pimmmm... Masssss… Biennn. — Entrecerré el ojo derecho y apunté con el dedo al Zidane, quien también parecía estar desbordado en mi visión duplicada.
¡Pero eso no era todo! Dos Lobos recibían disparos mientras nos deleitaban con una música que, al menos en mi mente, retumbaba demasiado. Y vaya si retumbaba también en los enemigos. Dos Alistairs y dos Lemons iban directos a acabar con Figo y los tiradores, mientras al fondo un Umibozu de dos cabezas gruñía, diciendo algo que ni siquiera fui capaz de entender, aunque sin duda secundaba.
— Essso… Disselo, hombre. Afunmfba… Eaaaaa su… — Eché la cabeza hacia atrás, dándome cuenta en ese instante de que estaba apoyado en la pechera de la sirena. Su rostro se cruzaba de lado a lado, como un caleidoscopio.
— ¿Estoy en el cielo? Shahahaha… —Reí, aunque la energía se me iba apagando poco a poco. Estaba a punto de perder la consciencia cuando noté que Asradi me estaba intentando sacar del campo de batalla. ¿¡Pero cómo se atrevía!? ¡Por muchos melones que tenga, no tenía derecho a sacarme de ahí! Me revolví como pude, moviendo los brazos y las piernas, intentando flotar como quien no sabe nadar. Mis diminutas extremidades no lograban hacer frente al agarre de la sirena.
— Ragggggg... Umi… aaaaaaaaaaaaa. Grrrrrrrrr… —Patalear como un gato intentando escaparse de su dueño era lo mejor que pude hacer. — Douma, quiero ser gaviooota… Libre. Aaaaaa… —Pero no había manera. Seguí pataleando y tratando de zafarme de Airgid, cada vez más cansado, cada vez con el cuerpo más pesado y lento, hasta que finalmente caí dormido.
Desperté horas después con la noticia de que habíamos vencido a los Galácticos y de que Douma y los suyos estaban bien. ¡Y además, que teníamos comida gratis y habría una celebración! Al escuchar sobre la fiesta, lo primero que pensé fue en todo lo que iba a beber, así que traté de levantarme del camastro donde Asradi me había dejado. Pero en cuanto me enderecé, un conjunto de dolores en cada rincón de mi cuerpo me pegó un latigazo tal que acabé retorcido y tumbado otra vez. Tras unos segundos de aclimatación, sonreí.
— Ha merecido la pena… —Susurré, satisfecho por el trabajo realizado.
— ¡Eeeasso! Pimmmm... Masssss… Biennn. — Entrecerré el ojo derecho y apunté con el dedo al Zidane, quien también parecía estar desbordado en mi visión duplicada.
¡Pero eso no era todo! Dos Lobos recibían disparos mientras nos deleitaban con una música que, al menos en mi mente, retumbaba demasiado. Y vaya si retumbaba también en los enemigos. Dos Alistairs y dos Lemons iban directos a acabar con Figo y los tiradores, mientras al fondo un Umibozu de dos cabezas gruñía, diciendo algo que ni siquiera fui capaz de entender, aunque sin duda secundaba.
— Essso… Disselo, hombre. Afunmfba… Eaaaaa su… — Eché la cabeza hacia atrás, dándome cuenta en ese instante de que estaba apoyado en la pechera de la sirena. Su rostro se cruzaba de lado a lado, como un caleidoscopio.
— ¿Estoy en el cielo? Shahahaha… —Reí, aunque la energía se me iba apagando poco a poco. Estaba a punto de perder la consciencia cuando noté que Asradi me estaba intentando sacar del campo de batalla. ¿¡Pero cómo se atrevía!? ¡Por muchos melones que tenga, no tenía derecho a sacarme de ahí! Me revolví como pude, moviendo los brazos y las piernas, intentando flotar como quien no sabe nadar. Mis diminutas extremidades no lograban hacer frente al agarre de la sirena.
— Ragggggg... Umi… aaaaaaaaaaaaa. Grrrrrrrrr… —Patalear como un gato intentando escaparse de su dueño era lo mejor que pude hacer. — Douma, quiero ser gaviooota… Libre. Aaaaaa… —Pero no había manera. Seguí pataleando y tratando de zafarme de Airgid, cada vez más cansado, cada vez con el cuerpo más pesado y lento, hasta que finalmente caí dormido.
Desperté horas después con la noticia de que habíamos vencido a los Galácticos y de que Douma y los suyos estaban bien. ¡Y además, que teníamos comida gratis y habría una celebración! Al escuchar sobre la fiesta, lo primero que pensé fue en todo lo que iba a beber, así que traté de levantarme del camastro donde Asradi me había dejado. Pero en cuanto me enderecé, un conjunto de dolores en cada rincón de mi cuerpo me pegó un latigazo tal que acabé retorcido y tumbado otra vez. Tras unos segundos de aclimatación, sonreí.
— Ha merecido la pena… —Susurré, satisfecho por el trabajo realizado.