Jack D. Agnis
Golden Eyes
02-08-2024, 04:27 AM
42 de Primavera del 724
-Ey King, voy a dar un paseo por la isla. Te encargo la Cuba de vino, mientras busco madera.- le mentí, mientras desaparecía por un camino, algo abandonado, pero aun transitable. Mi idea era ir de vago por la isla y ver que podía encontrar de divertido. Aunque era verdad que necesitabamos madera.
“No recordaba que la isla estuviera en tan mal estado… Aunque si es verdad que nunca llegamos a atracábamos en la misma. “ pensé, mientras caminaba por aquel camino de manera tranquila y despreocupada. Sabia que no había nadie en aquella isla, porque según una leyenda en aquella isla rondaba un marine que perseguía a todo aquel que intentara establecerse.
“Será por eso que no atracábamos con el viejo” pensé divertido. No podía creer que aquel hombre rudo y fuerte fuera tan creyente de las cosas paranormales, pero quien era yo para criticar a alguien que creía en cosas así.
Aquel camino me llevó hacia la entrada de Shelltown. Un increíble pueblo que se había venido en desgracia, aunque a decir verdad nunca lo había conocido cuando este estaba aun en auge. Aun así, no me llamó la atención entrar, sino mas bien continué por el camino que bordeaba el camino, siguiendo el mar.
Si bien era un aventurero nato, prefería estar con King cuando entráramos. Aunque no lo quería aceptar, aquella ciudad me daba un poco de repelús, no solo por la leyenda, sino que también sentía cierta hostilidad ante un pirata como yo.
Miré a todos lados antes de suspirar aliviado tras haber dejado un poco atrás la entrada de aquel pueblo. Realmente no me daba buena espina ese sitio. Aun así, y tras haber avanzado bastante, volví a tener aquella sonrisa despreocupada y divertida en mis labios, mientras continuaba por aquel camino.
Mi idea era ver cuanto tiempo me levaba rodear aquella isla, pero por obvias razones esto me iba a tomar mas que un par de horas. Aun así, mantuve el ritmo y continué sin importarme la hora o el hambre que estuviera sintiendo en aquel momento. No iba a ser la primera vez que iba a caminar solo por la oscuridad y que iba a tener hambre.
Mi caminata era tranquila, pero eso se iba a terminar, cuando pude oír la voz de un grupo de personas que estaba discutiendo acaloradamente.
“Piratas?” me pregunté, mientras me acercaba, logrando ver un grupo de personas, las cuales se encontraban todos mojados y con algunas de sus pertenencias en la arena.
A lo lejos, aunque no tanto, podía ver un navío a medio hundir encallado en un banco de arena. Al parecer los idiotas se habían acercado demasiado a la isla.
-Te dije que tuvieras cuidado con los bancos de arena. Eres un idiota ¿Quien mierda dice que sabe navegar un barco cuando no sabe lo básico?- diría uno, mientras que el otro con el ceño fruncido, lo empujaba y exclamaba:
-Yo no te dije que supiera, te dije que había visto como se hacia. Eres tu el estúpido por no contratar a un navegante para zarpar de Syrup. Maldito tacaño-
Ambos dos estaban a punto de golpearse, pero alguien o algo los detuvo antes de que esto llegara mas lejos y se trataba de un mink, o al menos eso aparentaba.
“Vaya este si es mi día de suerte” pensé, mientras me acercaba a aquellas personas y exclamaba:
-Buenas. Veo que se encuentran en problemas ¿Necesitan algo de ayuda? Tal vez una mano - pregunté sonriente y divertido al mismo tiempo.
-Ey King, voy a dar un paseo por la isla. Te encargo la Cuba de vino, mientras busco madera.- le mentí, mientras desaparecía por un camino, algo abandonado, pero aun transitable. Mi idea era ir de vago por la isla y ver que podía encontrar de divertido. Aunque era verdad que necesitabamos madera.
“No recordaba que la isla estuviera en tan mal estado… Aunque si es verdad que nunca llegamos a atracábamos en la misma. “ pensé, mientras caminaba por aquel camino de manera tranquila y despreocupada. Sabia que no había nadie en aquella isla, porque según una leyenda en aquella isla rondaba un marine que perseguía a todo aquel que intentara establecerse.
“Será por eso que no atracábamos con el viejo” pensé divertido. No podía creer que aquel hombre rudo y fuerte fuera tan creyente de las cosas paranormales, pero quien era yo para criticar a alguien que creía en cosas así.
Aquel camino me llevó hacia la entrada de Shelltown. Un increíble pueblo que se había venido en desgracia, aunque a decir verdad nunca lo había conocido cuando este estaba aun en auge. Aun así, no me llamó la atención entrar, sino mas bien continué por el camino que bordeaba el camino, siguiendo el mar.
Si bien era un aventurero nato, prefería estar con King cuando entráramos. Aunque no lo quería aceptar, aquella ciudad me daba un poco de repelús, no solo por la leyenda, sino que también sentía cierta hostilidad ante un pirata como yo.
Miré a todos lados antes de suspirar aliviado tras haber dejado un poco atrás la entrada de aquel pueblo. Realmente no me daba buena espina ese sitio. Aun así, y tras haber avanzado bastante, volví a tener aquella sonrisa despreocupada y divertida en mis labios, mientras continuaba por aquel camino.
Mi idea era ver cuanto tiempo me levaba rodear aquella isla, pero por obvias razones esto me iba a tomar mas que un par de horas. Aun así, mantuve el ritmo y continué sin importarme la hora o el hambre que estuviera sintiendo en aquel momento. No iba a ser la primera vez que iba a caminar solo por la oscuridad y que iba a tener hambre.
Mi caminata era tranquila, pero eso se iba a terminar, cuando pude oír la voz de un grupo de personas que estaba discutiendo acaloradamente.
“Piratas?” me pregunté, mientras me acercaba, logrando ver un grupo de personas, las cuales se encontraban todos mojados y con algunas de sus pertenencias en la arena.
A lo lejos, aunque no tanto, podía ver un navío a medio hundir encallado en un banco de arena. Al parecer los idiotas se habían acercado demasiado a la isla.
-Te dije que tuvieras cuidado con los bancos de arena. Eres un idiota ¿Quien mierda dice que sabe navegar un barco cuando no sabe lo básico?- diría uno, mientras que el otro con el ceño fruncido, lo empujaba y exclamaba:
-Yo no te dije que supiera, te dije que había visto como se hacia. Eres tu el estúpido por no contratar a un navegante para zarpar de Syrup. Maldito tacaño-
Ambos dos estaban a punto de golpearse, pero alguien o algo los detuvo antes de que esto llegara mas lejos y se trataba de un mink, o al menos eso aparentaba.
“Vaya este si es mi día de suerte” pensé, mientras me acercaba a aquellas personas y exclamaba:
-Buenas. Veo que se encuentran en problemas ¿Necesitan algo de ayuda? Tal vez una mano - pregunté sonriente y divertido al mismo tiempo.