Vesper Chrome
Medical Fortress
26-10-2024, 07:02 PM
Al final de cuentas Byron se habia ganado el respeto de un hombre como yo, pero incluso una loca hiena, tiene sus propios demonios que encerrar antes de partir de un lugar como este, y en verdad no tenía planes de conseguir un grupo de inadaptados en este lugar. Entendía que como era un problema, una situación personal, esta parda de locos no tendría que moverse del bar, y que yo lo podría resolver totalmente solo, al final de cuentas habia dado con su ubicación hace unos pocos días, por ello habia pasado tantos días bebiendo, emborrachándome, para poder enfrentar con total locura aquella situación que me mantenía atado a esta isla.
Una vez el capitán se equivocase o más bien se fuera por un camino que ni siquiera sabía si era correcto o no, y percatarse de aquello, fue entonces cuando Bonez me alcanzó y escuche sus palabras direccionadas al capitán. —Excelente muchachos, tenemos un capitán con complejo de brújula rota. — Bromee sintiendo las palmadas de Bonez en mi espalda, sabía que mi mejor amigo estaba ahí, y este sí que daría todo por cumplir mi cometido. Voltee al escuchar las palabras de Bonez dirigidas hacia mí. Sonreí con mis colmillos de hiena hacia él, y luego no pude evitar reírme. — ¨Doctohohoho¨ — Miré a todos, en otros tiempos pudiera haberme negado y hacer las cosas solo, pero creo que es momento de abrir mi corazón y decirle si, a los que se convertirán en mi familia. —Hace unos días obtuve la información de donde realmente se encuentra el escondiste de esos malditos bandidos, está en las afueras de Rostock, dentro de lo que parece ser una cueva. — Les comenté a todos mientras me adelantaba dando pasos firmes señalando a las afueras del pueblo, pero no del lado del mar, sino el lado contrario, el bosque, con una sonrisa, las más sádica que una hiena asesina puede brindarle a una isla tan problemática como Kilombo.
Pero lo escuché, ahí estaba Byron, dando el discurso que daría un capitán digno de orgullo, ese discurso acompañado de unos gritos y movimientos bruscos, casi rompe la puerta del bar mientras salíamos y este seguía como si supiera exactamente a donde tenía que dirigirse, y ya habia pasado por eso antes, cuando lo conocí también fue igual, impulsivo. Pero, ¿qué se puede hacer? Este fue el hombre al que decidí mantener a salvo con mis conocimientos médicos, al hombre que decidí seguir y surcar los mares. Este hombre ahora es mi capitán.
El navegante también se unía a esta masacre que estaba por suceder, y no estaba mal, él podía volar, y sé que cuando alguien se une a una situación como la mía es porque en algún punto de su vida perdió a alguien, luchó hasta mas no poder, casi se rinde o quizás lo llegó hacer, pero ahí estaba, listo para apoyar a un recién conocido, para unirse a una tripulación que quien sabe que tiene como ideales, ese tipo de personas, aunque no lo demostrase en ningún momento, son personas que respetare por mucho tiempo. Aunque no tenía intención alguna de demostrar que me sentía conmovido y feliz porque decidieron ayudarme en algo tan personal como esto, la verdad era que por dentro saltaba de la emoción, habia conseguido un grupo de amigos, finalmente parece ser que en verdad tengo alguien que se preocupa por mí.
Aunque de este grupo de locos sabia a ciencia cierta que uno de ellos me ayudaría aun si hubiera declinado la invitación a unirme a esta tripulación, era ese hombre, Bonez, y es que no sé cómo podía congeniar tan bien con una persona tan diferente a mí y encima en tan pocos días, podría decirse que Bonez es lo más cercano que tengo a un hermano, y toda esa amistad, toda esa camaradería surgió en solo unos días, este hombre conoció no solo a Vesper, sino a la locura de mi interior, Vyper, y aun así se quedó, lo gozo, lo vivió y me apoyó como nadie lo habría hecho nunca.
Una vez el capitán se equivocase o más bien se fuera por un camino que ni siquiera sabía si era correcto o no, y percatarse de aquello, fue entonces cuando Bonez me alcanzó y escuche sus palabras direccionadas al capitán. —Excelente muchachos, tenemos un capitán con complejo de brújula rota. — Bromee sintiendo las palmadas de Bonez en mi espalda, sabía que mi mejor amigo estaba ahí, y este sí que daría todo por cumplir mi cometido. Voltee al escuchar las palabras de Bonez dirigidas hacia mí. Sonreí con mis colmillos de hiena hacia él, y luego no pude evitar reírme. — ¨Doctohohoho¨ — Miré a todos, en otros tiempos pudiera haberme negado y hacer las cosas solo, pero creo que es momento de abrir mi corazón y decirle si, a los que se convertirán en mi familia. —Hace unos días obtuve la información de donde realmente se encuentra el escondiste de esos malditos bandidos, está en las afueras de Rostock, dentro de lo que parece ser una cueva. — Les comenté a todos mientras me adelantaba dando pasos firmes señalando a las afueras del pueblo, pero no del lado del mar, sino el lado contrario, el bosque, con una sonrisa, las más sádica que una hiena asesina puede brindarle a una isla tan problemática como Kilombo.