[Diario] [D - Pasado] Una oportunidad en la Marina

Primavera de 724

Lionhart D. Cadmus caminaba lentamente por las calles empedradas de la Isla Kilombo, observando con curiosidad los bulliciosos puestos del mercado y los grupos de marines patrullando. La isla estaba impregnada de una atmósfera de orden y disciplina. Caminaba hacia arriba dirigiéndose más al centro de la isla, donde se erguía imponente la base de la Marina G-23.

La base G-23 era una estructura robusta y bien defendida, un símbolo de la justicia que su abuelo tanto valoraba. Al llegar frente a la entrada principal, Cadmus se detuvo y miró fijamente el edificio. Sus pensamientos se inundaron de recuerdos de su abuelo: las historias de valentía y honor que le contaba cuando era niño, las lecciones sobre la importancia de la justicia y el deber.

—Abuelo Saifer, ¿qué hubieras querido para mí? —murmuró Cadmus, como si el viento pudiera llevar sus palabras a donde descansaba su abuelo.

Se sentó en un banco cercano, permitiendo que sus pensamientos fluyeran libremente. Había una profunda conexión entre él y su abuelo, una que lo había guiado a lo largo de su vida. Sin embargo, a medida que pasaba el tiempo, Cadmus sentía que su camino se bifurcaba de lo que Saifer imaginaría para él. Era un hombre críptico y no sabría descubrir sus verdaderas intenciones.

—Tal vez la Marina no es mi destino como el tuyo —se dijo a sí mismo, con un tono más firme. Reflexionó sobre sus experiencias y las personas que había conocido en sus viajes. Se dio cuenta de que, a pesar del respeto y la admiración que sentía por la Marina, había algo en la libertad y la aventura de la vida pirata que lo atraía.

La idea de convertirse en pirata siempre había estado en el fondo de su mente, pero nunca le había dado demasiada importancia, pensando que seguiría los pasos de su abuelo. Sin embargo, en ese momento, frente a la base G-23, la posibilidad de forjar su propio camino se hacía más clara y atractiva.

—Quizás mi destino no es seguir tus pasos exactamente, abuelo Saifer —continuó en un susurro—. Tal vez mi misión es encontrar mi propia justicia y mi propio camino en este vasto mundo.

Con una última mirada hacia la imponente base de la Marina, Cadmus se levantó, sintiendo una mezcla de determinación y liberación. Se alejó del centro de la isla con una nueva claridad en su mente. Su futuro estaba lleno de incertidumbre, pero también de posibilidades infinitas. Estaba listo para abrazar su destino, sea cual sea, ya fuera como un marine que honraba a su abuelo o como un pirata que buscaba su propia verdad en los mares.