Lemon Stone
MVP
28-10-2024, 01:09 AM
Impactó de lleno en su objetivo con tanta fuerza que poco quedó del pobre hombre que alguna vez fue conocido como Luis. Sus movimientos fueron letales como las garras de un halcón, contundentes como la cena de un fanático del MacDonaru, ese famoso restaurante de hamburguesas y papas fritas. Arrojó varios metros hacia atrás al matón que había estado lanzando higos y cabezas raras por todo el Baratie, y cuando sus armas impactaron… Oh, sí, el sonido de los huesos rompiéndose y de algo líquido estallando en el interior de su víctima fue fascinante.
-Supongo que hoy tendremos fiesta, ¿no? Espera, nada de suposiciones. ¡Vamos a tener una maldita fiesta! ¡Jajaja! -anunció Lemon, riendo escandalosamente.
Cuando levantó la mirada descubrió que todo el mundo se había encargado de los matones que golpearon al hombre pequeño. Ja, malditos delincuentes, habían recibido su merecido. Así que era momento de cobrar la recompensa. Caminó hacia el cadáver de Luis, la trompa del elefante siguiendo coordinadamente sus movimientos. Le echó un ojo al cuerpo sin vida. Estaba casi irreconocible: donde antes había brazos, ahora había una amalgama de tendones y huesos esquirlados. Al menos sus piernas seguían más o menos intactas. Con un gesto brusco podría arrancarla de cuajo, pero tendría mucho cuidado en desplazar el cuerpo.
-Me pregunto qué haré contigo… No pareces prometer mucho -le susurró al cadáver con pose pensativa.
Más tarde, se enteró de que el hombre pequeño quería entregar los cadáveres y cobrar las recompensas asociadas a sus identidades. No le venía mal un poco de dinero, pero era importante conservar el premio de la batalla. Unos cuantos billetes no sustituirían el peso de unos huesos resquebrajados y unas vísceras ensangrentadas. ¿Qué pretendía hacer con el cadáver de Luis? Bueno, eso es un misterio que prefiero ocultar por el bien de nuestra salud mental.
Se giró hacia la sirena y comenzó a caminar hacia ella, pero se detuvo cuando vio que Plumas se le acercó primero. Su Voz interna estaba… ¿deprimida? ¿Dubitativa? Algo había pasado con él. Podía jugar a las adivinanzas o intentar animarle, pero a veces un camarada necesita tiempo a solas, a solas frente a una chimenea y una petaca de whisky en la mano. Nada que una buena borrachera no solucionase.