Ray
Kuroi Ya
28-10-2024, 09:03 PM
La isla de DemonTooth es un lugar peculiar, diferente a cualquier otro de cuantos se pueden encontrar en el East Blue. Esto es así no solo por su particular geografía, sino en gran parte por los dos dojos situados en la cima de las dos montañas gemelas que miran la una a la otra. En uno de ellos, situado al oeste, se enseña la ancestral disciplina del Tae-Kwon-Do. En el otro, localizado en el lado este, se practica el arte tradicional de la espada. Inicialmente ambos eran un mismo dojo, situado en el pueblo del centro de la isla, la Villa Shimotsuki. Pero las rencillas fueron alejándolos hasta que se dividieron, mudándose a sus localizaciones actuales. Esta rivalidad tiñe todo en la isla y disminuyó su prosperidad, pero aún así las enseñanzas de los dos dojos siguen dejándose notar muy a las claras en todos y cada uno de los habitantes de esta pequeñísima nación. Sus gentes son tremendamente disciplinadas y respetuosas, siguiendo los valores inculcados durante generaciones por los maestros tanto en artes marciales como en combate con espada.
Es a la villa donde llega Silver, un prometedor capitán pirata que no hace mucho que se hizo al mar con su tripulación. Como espadachín, el misticismo que representa la idea de un ancestral dojo donde se enseña el arte de la lucha con espada es algo que le atrapa, y llega a la isla con intención de visitar ese lugar. Es un día lluvioso, aunque no en exceso. Una densa niebla cubre todo desde una altura de escasos metros por encima de los tejados de los edificios de la villa, ocultando las cumbres donde se encuentran los dojos gemelos de la vista. La temperatura es baja, pero tampoco nada excesivo, en torno a unos diez grados centígrados.
Los habitantes del lugar recorren las calles inmersos en sus tareas, pero como las buenas gentes que son no dudarán en indicarte si les preguntas el camino hasta Jigoku no Tsuno, el Diente del Este. Eso sí, te dejarán claro que el camino no es sencillo, pues el ascenso a la montaña entraña considerables peligros y las condiciones climáticas de los últimos días no ayudan demasiado. No obstante, te dejan claro también que si has venido a aprender el arte de la espada es un viaje que sin lugar a dudas merece la pena. Resulta también muy evidente el tremendo respeto con el que hablan del lugar, refiriéndose a él como un sitio prácticamente de culto.
Es a la villa donde llega Silver, un prometedor capitán pirata que no hace mucho que se hizo al mar con su tripulación. Como espadachín, el misticismo que representa la idea de un ancestral dojo donde se enseña el arte de la lucha con espada es algo que le atrapa, y llega a la isla con intención de visitar ese lugar. Es un día lluvioso, aunque no en exceso. Una densa niebla cubre todo desde una altura de escasos metros por encima de los tejados de los edificios de la villa, ocultando las cumbres donde se encuentran los dojos gemelos de la vista. La temperatura es baja, pero tampoco nada excesivo, en torno a unos diez grados centígrados.
Los habitantes del lugar recorren las calles inmersos en sus tareas, pero como las buenas gentes que son no dudarán en indicarte si les preguntas el camino hasta Jigoku no Tsuno, el Diente del Este. Eso sí, te dejarán claro que el camino no es sencillo, pues el ascenso a la montaña entraña considerables peligros y las condiciones climáticas de los últimos días no ayudan demasiado. No obstante, te dejan claro también que si has venido a aprender el arte de la espada es un viaje que sin lugar a dudas merece la pena. Resulta también muy evidente el tremendo respeto con el que hablan del lugar, refiriéndose a él como un sitio prácticamente de culto.