Moderador Bon Clay
OKAMA WAY
29-10-2024, 02:48 AM
Tao habia sido abatido por aquel extraño altar y su misterioso método defensivo, más Lovecraft no parecía intimidarse por aquel extraño fenómeno que dejo noqueado al chico. Es más, el tenia una idea algo clara de que podía tratarse aquellos rayos que habia contemplado, eran un rastro indudable de la presencia de haki en aquello. Más no se podría saber de que naturaleza era su fuente. Cualquiera que hubiera estudiado el haki sabrá que proviene de los seres vivos, pero en este caso parecía venir de una cuerda, un objeto inerte y sin vida. Conforme Lovecraft ascendía la mujer Lunarian lo seguía por detrás muy atenta de sus movimientos, hasta que se quedo junto a su compañero en la entrada del santuario, uno a cada extremo de la puerta observando al monje avanzar hacia el altar.
Lovecraft con todo el amor del mundo dejo al joven Tao apoyado a un rinconcito, contra uno de los pilares que soportaban el templo. Y sin ninguna duda en su corazón avanzo hacia el altar alargando su mano con valentía hacia aquellas cuerdas atadas formando nudos alrededor del altar. En su caso no sintió nada hostil al tocar la cuerda, pero su determinación no le hizo tocarla de forma prudencial sino dar un tirón en la misma nada más tocarla y entonces los nudos se irían deshaciendo conforme el monje tiraba de la cuerda.
Con cada nudo que el monje deshacía una oleada de haki del conquistador era liberada, en esta ocasión si se expandía realmente por la zona más allá de afectar a solo quien lo tocara. Aunque se sentía más bien como unas pulsaciones de haki que se expandían con cada nudo que se deshacía, siendo ondas acompañadas de rayos blancos "Así que esta es tu decisión... Esta bien no parece un mal chico" Lovecraft podía sentir una paz absoluta cuando cada una de ellas atravesaba su cuerpo "Llevábamos tanto tiempo juntos que ya pensaba que nadie te parecería lo bastante bueno nunca" Por contra los dos Lunarian de la puerta fueron arrollados por aquellas ondas de haki. La mujer cayo desmayada en la primera onda, mientras que el hombre cayo primero de rodillas - Maldito... Como puede estar liberándose un poder como ese así... - Una segunda onda lo desplomaría en el suelo aun consiente - No... Debo llevarle eso... A su majestad... - Intento arrastrándose alargar la mano hacia el altar, pero con el tercer nudo su derrota seria certera y caería completamente inconsciente.
El ultimo nudo seria deshecho "Bueno, es hora de pasarte a un nuevo testigo" Y tras caer el ultimo, el propio altar se abriría de forma abrupta de par en par como un armario en pleno cambio de temporada. Revelando en su interior la figura momificada de un monje, era curioso como su cuerpo habia quedado conservado, sus ropas estaban intactas e inmaculadas, como si el paso del tiempo no las hubiera deteriorado. Y el mismo tenia en su regazo algo más extraño aun, un fruto de aspecto muy muy peculiar, pero también perfectamente conservado. Evidentemente el monje ya no se encontraba con vida.
Ante todas esas ráfagas de haki Lovecraft no sintió dolor o malestar, pero estaba empezando a sentir como un leve sensación extraña en su cabeza, como si estuviera algo mareado y en especial, habia algo en aquel fruto que le resultaba atrayente y enigmático, como si el mismo lo estuviera llamando y aguardando con una aura resplandeciente.
Lovecraft con todo el amor del mundo dejo al joven Tao apoyado a un rinconcito, contra uno de los pilares que soportaban el templo. Y sin ninguna duda en su corazón avanzo hacia el altar alargando su mano con valentía hacia aquellas cuerdas atadas formando nudos alrededor del altar. En su caso no sintió nada hostil al tocar la cuerda, pero su determinación no le hizo tocarla de forma prudencial sino dar un tirón en la misma nada más tocarla y entonces los nudos se irían deshaciendo conforme el monje tiraba de la cuerda.
Con cada nudo que el monje deshacía una oleada de haki del conquistador era liberada, en esta ocasión si se expandía realmente por la zona más allá de afectar a solo quien lo tocara. Aunque se sentía más bien como unas pulsaciones de haki que se expandían con cada nudo que se deshacía, siendo ondas acompañadas de rayos blancos "Así que esta es tu decisión... Esta bien no parece un mal chico" Lovecraft podía sentir una paz absoluta cuando cada una de ellas atravesaba su cuerpo "Llevábamos tanto tiempo juntos que ya pensaba que nadie te parecería lo bastante bueno nunca" Por contra los dos Lunarian de la puerta fueron arrollados por aquellas ondas de haki. La mujer cayo desmayada en la primera onda, mientras que el hombre cayo primero de rodillas - Maldito... Como puede estar liberándose un poder como ese así... - Una segunda onda lo desplomaría en el suelo aun consiente - No... Debo llevarle eso... A su majestad... - Intento arrastrándose alargar la mano hacia el altar, pero con el tercer nudo su derrota seria certera y caería completamente inconsciente.
El ultimo nudo seria deshecho "Bueno, es hora de pasarte a un nuevo testigo" Y tras caer el ultimo, el propio altar se abriría de forma abrupta de par en par como un armario en pleno cambio de temporada. Revelando en su interior la figura momificada de un monje, era curioso como su cuerpo habia quedado conservado, sus ropas estaban intactas e inmaculadas, como si el paso del tiempo no las hubiera deteriorado. Y el mismo tenia en su regazo algo más extraño aun, un fruto de aspecto muy muy peculiar, pero también perfectamente conservado. Evidentemente el monje ya no se encontraba con vida.
Ante todas esas ráfagas de haki Lovecraft no sintió dolor o malestar, pero estaba empezando a sentir como un leve sensación extraña en su cabeza, como si estuviera algo mareado y en especial, habia algo en aquel fruto que le resultaba atrayente y enigmático, como si el mismo lo estuviera llamando y aguardando con una aura resplandeciente.