De nada, somos amigos y por eso no me importa ayudarte-confesó ante los agradecimientos de Akari, ella le invitó a cenar y bueno, ya le había negado el dinero, negarle la comida también quizás la enfadaba-Será un placer con ustedes. Tengo bastante hambre jeje-a decir verdad Akari le salvaba la vida al muchacho ya que le ahorraba dinero de comprar comida y esfuerzo de tener que cocinar tan tarde.
La petición de Yoshiro fue escuchada por su amiga y aunque su intención no era obligarla a cocinar aquello no podía negar que enserio tenía antojo de comer pasta. Sin ningún tipo de quejas por parte de los padres de la chica, Akari cocinó felizmente mientras el resto descansaba un poco del largo día que habían tenido y cuando por fin la mesa estaba lista tomaron asiento para comer todos juntos.
Provecho todos-y sujetando el tenedor pasó a comer felizmente la cena hecha especialmente por su amiga. Cuando por fin terminaron de comer los padres de la chica se ofrecieron a limpiar los platos sucios, mientras Akari empujaba a Yoshiro para irse, no, no lo estaba echando, solo quería salir con él.
Vale, vale. Acompáñame pero si no hay mucha gente te regresas-Yoshiro no quería que ella se fuera sola en el viaje de regreso con las calles solitarias y loquitos sueltos.
Akari le entregó unas galletas y el muchacho sonrío mientras tomaba una de la bolsa-Gracias, comamos en el camino-como temía, era muy escasa la gente por la calle a esta hora, aquellos que aún estaban despiertos eran los mas borrachines de la isla, aveces no eran gran cosa, se les podia incluso decir torpes y comicos pero aveces le pegaba la luna y se volvían agresivos como ese que sw colocó frente a ellos.
¿Mmm?-Yoshiro no sabía de que hablaba ¿Le había hecho algo malo antes? No lo sabía con certeza pero al ver la botella volar simplemente la atrapó con su mano diestra, su fuerza frenó el avance del envase y lo miró molesto mientras oía como lo llamaba Juan, perfecto, otro loco que lo confundía con un idiota cualquiera-Señor, yo no soy ningún Juan. Vaya a casa, la bebida ya le afectó allá cerebro-dejó caer la botella al suelo sin partirla, luego escuchó el grito de una mujer y miró a Akari.
Ven, ayudemos a la señora-el muchacho tomó la mano de su amiga y corrió a donde había oído el grito para intentar ayudar de alguna forma, dejando atras al tambaleante borracho que ojalá no continúe buscando pelea.
La petición de Yoshiro fue escuchada por su amiga y aunque su intención no era obligarla a cocinar aquello no podía negar que enserio tenía antojo de comer pasta. Sin ningún tipo de quejas por parte de los padres de la chica, Akari cocinó felizmente mientras el resto descansaba un poco del largo día que habían tenido y cuando por fin la mesa estaba lista tomaron asiento para comer todos juntos.
Provecho todos-y sujetando el tenedor pasó a comer felizmente la cena hecha especialmente por su amiga. Cuando por fin terminaron de comer los padres de la chica se ofrecieron a limpiar los platos sucios, mientras Akari empujaba a Yoshiro para irse, no, no lo estaba echando, solo quería salir con él.
Vale, vale. Acompáñame pero si no hay mucha gente te regresas-Yoshiro no quería que ella se fuera sola en el viaje de regreso con las calles solitarias y loquitos sueltos.
Akari le entregó unas galletas y el muchacho sonrío mientras tomaba una de la bolsa-Gracias, comamos en el camino-como temía, era muy escasa la gente por la calle a esta hora, aquellos que aún estaban despiertos eran los mas borrachines de la isla, aveces no eran gran cosa, se les podia incluso decir torpes y comicos pero aveces le pegaba la luna y se volvían agresivos como ese que sw colocó frente a ellos.
¿Mmm?-Yoshiro no sabía de que hablaba ¿Le había hecho algo malo antes? No lo sabía con certeza pero al ver la botella volar simplemente la atrapó con su mano diestra, su fuerza frenó el avance del envase y lo miró molesto mientras oía como lo llamaba Juan, perfecto, otro loco que lo confundía con un idiota cualquiera-Señor, yo no soy ningún Juan. Vaya a casa, la bebida ya le afectó allá cerebro-dejó caer la botella al suelo sin partirla, luego escuchó el grito de una mujer y miró a Akari.
Ven, ayudemos a la señora-el muchacho tomó la mano de su amiga y corrió a donde había oído el grito para intentar ayudar de alguna forma, dejando atras al tambaleante borracho que ojalá no continúe buscando pelea.