Gautama D. Lovecraft
El Ascendido
29-10-2024, 01:16 PM
KENB601
KENBUNSHOKU
Haki intermedio
Tier 6
No Aprendida
9
2
Permite al usuario percibir con precisión la presencia de otros seres vivos en un área, siendo capaz de apreciar las emociones que exterioricen y de forma superficial las hostilidades que realmente tienen. Así como estimar de forma general quién es alguien más fuerte o más débil que él. Si lo activa puede anticiparse a un ataque obteniendo para ello un bono de +10 [Reflejos].
Área: [VOLx15] metros | +10 [REF]
Tiré de aquel nudo aunque una parte de mí no estuviera completamente convencido de ello, pero haciendo caso de la intuición lo deshice. Aquello, casi de la misma forma que la anterior vez, pero cambiando de naturaleza, emitió unos haces blancos que se expandirían por la zona, atravesándome, colmando mi cuerpo y mi ser de una calma que ni en las meditaciones más introspectivas había logrado alcanzar, experimenté de nuevo una nueva y extraña sensación mientras que los ecos de los lamentos del tipo lunarian se hacían presentes a la par de que se apagaban.
- ¿Quién eres? -
Me atrevería preguntar tras dedicarle una suma reverencia que haría hincar mis rodillas y posar la frente en la fría piedra grabada, procesando un mayúsculo respeto hacia su figura para aplacar la indiscreción de la pregunta. Una vez más, aquella voz plácida de un hombre desconocido resonó en el santuario, tan notoria como pura y como si estuviera con alguien más ¿Se refería esa tal Karma? No las tenía todas conmigo como para confirmarlo, cuando una nueva pregunta surgiría con tanta fuerza en mi interior que me conmovería y haría resaltar mis párpados de incredulidad... ¿Era aquel hombre el gran maestro? ¿Aquella voz era la del sumo Maestro Gautama?
Escucharía con atención lo que decían sus palabras, las cuales llenarían mi pecho de regocijo, las últimas hicieron que la caja del santuario se abriera con la caída del último nudo, haciendo que recuperara la verticalidad de mi tronco mientras permanecía de rodillas. Los destellos blancos cesaron y se dejó ver dentro del altar una figura humanoide sentada en la postura del loto. Sin duda era alguien, pero alguien no vivo en su forma terrenal, portando unas prendas que se me hacían familiares aunque no concluí ninguna relación de estas con lo que conocía más allá de interpretar algunos motivos cosidos y bordados con lo que parecía oro.
Levanté una pierna para incorporarme completamente, dudaba que clase de testigo era al que se refería la voz, pero pude acercarme un poco más al momificado monje pudiendo ver como entre las manos reposadas en su regazo, un fruto resplandeciente relucía latente. Mi interpretación ante todo esto era obvia, y siguiendo con el conocimiento que tenía al respecto, dada la extraña morfología que presentaba, así como ese halo divino que emitía, aquel fruto era nada más y nada menos que una akuma no mi, una fruta del diablo.
Alcancé las manos hasta la misma para tomarla, empezaba a estar algo mareado, y aún con algo de desmerecimiento por tomar aquella fruta dorada, no podía negar que me resultaba atrayente y enigmática. Dudé en primera instancia, miré a Tao pensando también en como saldríamos ambos de aquí, pues no iba a dejarlo, y tendría que cargar con él al salir del santuario hasta que el pobre recobrase el sentido, también miré a los desfallecidos lunarian, y de nuevo al altar, a la figura humana que yacía dentro, para después cerrar los ojos mientras subía las manos para acabar consumiéndola en silencio, calma y aceptación.